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Las evaluaciones actuariales muestran que el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) es sostenible, aseguró el jerarca de la Dirección Actuarial de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Guillermo López.
La sostenibilidad de este régimen es un tema de interés para todos los costarricenses, quienes cotizan durante toda su vida para gozar de una pensión digna y justa.
Es por ello que UNIVERSIDAD se ha dado a la tarea de indagar y consultar con los actores de primera mano, quienes tienen a su cargo el control, fiscalización y manejo de los recursos de este sistema. A continuación se ofrece un resumen de las respuestas dadas por Guillermo López al respecto.
Don Guillermo, los informes actuariales sobre la sostenibilidad del régimen de IVM los han hecho la Caja y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). ¿Cómo fue ese proceso?
-En el 2007 la Superintendencia de Pensiones (SUPEN) efectúo una contratación externa con una firma mexicana para hacer una valuación actuarial del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte. A finales de ese año presentaron los resultados en la Caja, pero nunca tuvieron ningún tipo de coordinación con la Dirección Actuarial para discutir supuestos, ver bases de datos o validar tablas biométricas.
Esos resultados eran abismalmente diferentes a los nuestros. Eso preocupó, porque mientras nosotros decíamos que la sostenibilidad estaba garantizada hasta el 2038, ellos afirmaban que sería hasta el 2015. Las diferencias de técnicas en valuaciones actuariales son normales, cuando se habla de dos o tres años, pero no con tanto tiempo.
Ante esto pensamos que era necesario tener un tercer criterio y quién mejor que la OIT para que hiciera el estudio actuarial. Le pedimos ayuda y tardó unos 9 o 10 meses haciendo el análisis, y al final sus resultados coincidieron con los datos de la institución.
Consideramos que los resultados a los que ha arribado la OIT son muy consistentes con la realidad que tenemos; coinciden con los nuestros, no porque utilicen los mismos supuestos, sino porque su base y metodología conduce a derivaciones similares, lo que nos da mucha satisfacción.
No es cierto, como han afirmado, que el trabajo que hizo la OIT era una validación del software con que hacíamos las proyecciones; esto era una parte, pero el estudio se integró también por la proyección de los datos con el modelo de la Organización. Además, la OIT surgió en 1918 y es el organismo de mayor prestigio a nivel mundial en materia de seguridad social, por lo que considero una falta de respeto decir que simplemente usaron una calculadora y metieron los datos de la Caja, cuando en realidad estamos hablando de un modelo matemático actuarial muy complejo.
¿De dónde vienen las diferencias de los datos entre el estudio de la SUPEN, el de la OIT y de la Caja?
-Las hipótesis económicas son exactamente las mismas, son las que se utilizan para un estudio actuarial. La gran diferencia es el modelo que ellos utilizan. Es mucha casualidad que nuestro estudio coincida con el de la OIT y, por otra parte, la auditoría externa contrató otro estudio, que avala los resultados. No es cierto que el sistema colapsará dentro de poco; estamos abiertos a dar toda la información sobre las inversiones, somos transparentes y estamos anuentes a hacer un análisis profundo con la SUPEN o cualquier otra entidad.
La SUPEN hizo valoraciones para años en los que hubo crisis y no se puede valorar una proyección, como la que hizo OIT, con los resultados de los primeros años. Se deben valorar en su verdadera dimensión los resultados y no sacar conclusiones, en el sentido de que se sobreestimaron los ingresos, porque eso confunde a la gente.
¿Cuál es la situación actual del régimen de IVM?
-La situación es consistente con lo que se programó en el proceso de reforma en el año 2005, que fue negociado con todos los sectores involucrados. Nuestro objetivo era prolongar por al menos tres décadas la sostenibilidad del régimen y es lo que reflejan los resultados de nuestras valuaciones actuariales.
No significa que ahí acaba todo, porque los sistemas de pensiones son dinámicos. Cuando se acerca a 10 o 15 años de la fecha establecida, se deben reunir de nuevo a los actores, para volver a acordar ajustes y garantizar otro período de sostenibilidad.
Cada vez sube más la edad de mortalidad, y esto provoca un encarecimiento del sistema de pensiones. Con la crisis de 2009 y 2010 se perdieron cerca de 40.000 empleos, lo que produjo una reducción en los ingresos.
¿Qué parámetros les indican que el régimen es sostenible?
-Si bien es cierto el IVM se alimenta de las contribuciones de los cotizantes, también obtiene recursos de los rendimientos de inversiones y éstos se mantienen crecientes.
Un régimen es sostenible en el tanto las reservas crezcan; en estos momentos ascienden a ¢1.3 billones y no han dejado de crecer. Nuestras proyecciones indican que seguirá creciendo hasta 2038, igual que las proyecciones de la OIT. Los costarricenses pueden estar tranquilos de que el régimen es sostenible y la responsabilidad institucional está en que más adelante empezaremos a discutir nuevos ajustes, que nos permitan prolongar la sostenibilidad.
¿En la actualidad a cuántas personas sostiene el régimen IVM?
-En estos momentos se presentan alrededor de 170.000 pensionados, pero esa cantidad, en realidad corresponde a 150.000, pues algunos casos dan lugar a dos o tres pensiones, en caso de muerte del cotizante.
La SUPEN sugiere que hay que buscar mayores recursos para sostener el IVM, ¿qué opinión le merece a la institución este tema?
-Hay recomendaciones de la SUPEN que dicen que en lugar de un 8% hay que cobrar un 16%, y es que eso es una apreciación del estudio que ellos contrataron, pues de acuerdo con nuestros análisis las contribuciones van a aumentar medio punto porcentual cada cinco años. En enero se aplicó un medio punto, pasando del 7.5% al 8.0%; en el 2015 pasará a 8.50%, hasta llegar al 2035 con un 10.50%.
Con los análisis posteriores veremos si es necesario continuar con los ajustes, reducirlos o acelerarlos. Lo realmente alarmante es cuando dice la SUGEF que se debe cobrar 16% de un solo, pues no es viable, ya que afectaría los bolsillos de los cotizantes de manera innecesaria en este momento.
¿Y qué sucede con el 15% de las utilidades que deben trasladar las empresas públicas al fondo de IVM, y que fue establecido con la reforma al artículo 78 de la Ley de Protección al Trabajador en el año 2005?
-Para un régimen de IVM, ingresos adicionales siempre son bien recibidos. Con esta iniciativa, la institución inició la elaboración de estimaciones de cuánto representarían esos recursos para el sistema de pensiones. La institución ha hecho todo lo posible para que ese dinero llegue, pero es el Poder Ejecutivo el que tiene la última palabra.
Se han dado una serie de cuestionamientos en cuanto al manejo de los recursos de la reserva de IVM, ¿cuánto podría afectar esta situación la sostenibilidad del sistema?
-No se deben vincular ambos temas, pues uno es meramente administrativo y el otro es sobre la sostenibilidad financiera; incluso tiene tintes de carácter personal.
Pero en materia de inversiones, desde el punto de vista actuarial, existe un comité de inversiones y de riesgo, que son los que se encargan de este tema.
Nosotros recibimos un informe, pero vemos el comportamiento histórico que nos demuestra que han sido positivos; inclusive los números nos indican que las inversiones han tenido rendimientos cinco puntos por encima de la inflación.
Otro tema que se dijo es que se estaban utilizando las reservas, pero eso no es cierto; nunca se han tocado. Lo que pasa es que se confundieron conceptos, pues la reserva se alimenta de las contribuciones que sobran una vez pagadas las inversiones y lo que se genera de las inversiones. Dada la crisis, los ingresos fueron menos, y lo que se utilizaron fueron los intereses, que tienen el papel de coadyuvar al financiamiento de los gastos y alimentar la reserva.
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