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“Carmen Lyra: El cuento de su vida” es una biografía de la célebre y triste escritora costarricense, quien a través de sus textos dejó una huella que generación tras generación se venga de quienes la obligaron a abandonar el país y a morir en la amargura del destierro.
Se trata de una obra de Annie Lemistre y se ve la luz bajo el sello de la Editorial Alma Máter. La presentación del texto se realizó el pasado jueves 2 de junio en el Salón de Expresidentes de la Asamblea Legislativa y contó con la participación del diputado Claudio Monge, del Partido Acción Ciudadana (PAC), entre otros.
Poco antes del evento, Lemistre atendió a este medio y explicó que abordó la tarea biográfica sobre la escritora con “toda la metodología de búsqueda y crítica de fuentes”, pues se trata de “un ícono nacional, pero muchos aspectos de su vida quedaron encubiertos y por eso llevé a cabo la investigación”.
En ese sentido, manifestó que uno de esos aspectos encubiertos es el hecho de que fuera “hija natural”, no reconocida al nacer por su padre, lo cual es el hilo conductor “del libro, de su vida y su obra”.
DE MARÍA ISABEL CARVAJAL A CARMEN LYRA
La investigadora aborda la narración de la vida de Carmen Lyra a partir de una estructura particular. “En la segunda parte se trata lo más polémico, mientras que en la tercera se presentan textos de ella no tan conocidos. La unidad de todo es que ella misma es un personaje”, detalló.
Agregó que muchos aspectos son polémicos “no porque lo quiera yo, sino porque su vida ha sido tan encubierta”.
El libro se remonta al contexto “pueblerino, entre rural y urbano” en el cual nació María Isabel Carvajal en 1887, una sociedad “patriarcal”, donde las relaciones sociales se basaban en el parentesco, “más particularmente en la autoridad paterna, forjándose en torno a los varones fundadores”.
Carvajal entonces crece en esa sociedad de muy cerradas costumbres como hija no reconocida por su padre Andrés Venegas, quien fue abogado, juez, diputado y canciller.
Según explicó Lemistre, mucho de la respuesta a la interrogante de cómo María Isabel Carvajal se convirtió en Carmen Lyra -uno de los objetivos fundamentales de la investigación según la introducción del libro-, se encuentra en ese hecho: haber sido negada al nacer.
De esa manera, el texto se adentra en la sicología de Carmen Lyra a partir de textos que dejó, como “Por esas Almas”, en el cual describió “con muchos detalles concretos” su “proceso depresivo”.
El libro aborda aspectos notables como el de encabezar junto a Omar Dengo el Centro de Estudios Sociales Germinal, el cual “tenía las típicas caracterísiticas de las agrupaciones anarquistas”, según un testimonio reproducido en el libro.
De igual manera, se abordan faces como su papel de maestra en la Escuela Normal, su viaje a París en 1920, gracias a una beca del Gobierno de Julio Acosta, y su compromiso y militancia política con el Partido Comunista.
Lemistre, quien también publicó el libro “Dos bronces conmemorativos y una gesta heroica: la estatua de Juan Santamaría y el Monumento Nacional” en 1988, llamó la atención sobre el hecho de que Carmen Lyra dejó una obra con un sentido particular.
“Los Cuentos de mi Tía Panchita’ tienen un sentido más profundo, presentan su rol literario ligado a su vida. Al ser ‘hija natural’ entra en un arquetipo de la literatura universal y la fuerza de su obra se deriva de la identificación con sus propios personajes. Ella misma es un personaje de cuento”, indicó.
Particular dramatismo cobra en el libro la narración de los últimos días de Carmen Lyra. En abril de 1949, tras el final de la Guerra Civil, la escritora ya muy enferma debe abandonar el país, pues según testimonios reproducidos en el texto, ya las tropas liberacionistas en San José hablaban de buscarla en su casa y “arrastrarla por las calles”.
Judith Ferreto, Manuel Mora, el líder emblemático del Partido Comunista, y su esposa Addy Salas son su familia en el destierro mexicano. Ellos cuidan de ella hasta su muerte el 13 de mayo, justo el día que, según el texto, Manuel Mora pretendía realizar un vuelo clandestino para que pudiera morir en Costa Rica.
Lemistre indicó que “lo que más me sorprendió de ella es su valentía”.
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