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Con regularidad nos hemos estado cuestionando psicólogas y psicólogos, la idea según la cual el plan de estudios de formación en Psicología en el nivel de grado, sostenga como uno de sus principios que tal formación ha de ser multiparadigmática. Por ejemplo, el profesor Manuel Martínez ha insistido en cuestionar lo que esto significa, debido a las controversias que suscita a la hora de tomar algunas decisiones de tipo curricular o al pensar en el recambio generacional. Pero ¿a qué se refiere este concepto?
En la Psicología, nacional e internacional, se ha dado una apropiación particular de este concepto, el cual se remite a la idea proveniente de la filosofía de la ciencia de Thomas Kuhn, quien a finales de los años sesenta del siglo pasado, insistió en que la mejor manera de comprender el desarrollo de la ciencia en general se refería a la existencia de un paradigma normativo. Este agrupa las ideas dominantes en torno a la ciencia y a los grupos científicos, e incluso, a quienes toman decisiones de qué tipo de ciencia financiar, en un período socio-histórico dado. Un paradigma dominante, sin embargo, podría verse sometido a un cambio de paradigma y sustituir al anterior. Esta síntesis muy poco detallada implica ya una importante diferenciación, hay dos contextos para la discusión: uno es el del desarrollo de las ciencias psicológicas y otro es el de la formación en psicología.
De hecho, la discusión de aquellos años en la filosofía y también en la sociología de la ciencia, incluía ideas muy ricas y autores diversos como Karl Popper, Paul Feyerabend e Imre Lakatos. Es decir, que la controversia ha sido desde entonces muy álgida y que esta ha permeado las discusiones en el ámbito de cómo pensar la formación en psicología en la Universidad de Costa Rica. La cuestión fundamental ha sido ¿cómo hacer coexistir en la formación en psicología a diferentes escuelas, las que a fin de cuentas se han comprendido como “paradigmas” rivales?
Al parecer, la solución encontrada en la Escuela de Psicología en los años noventa, no fue conducida por las propuestas de Kuhn, sino por la idea de inconmensurabilidad de los paradigmas de Paul Feyerabend. Esta idea supone que frente a teorías que compiten entre sí, con frecuencia sólo queda el camino de la inconmensurabilidad de las teorías, por lo cual, para Feyerabend lo más productivo consistía en no restringir nuestra comprensión del desarrollo de la ciencia y pensarla en términos de un pluralismo teórico. Esta idea permitió abrirse al horizonte metateórico del multiperspectivismo, el que, aplicado a la formación en psicología facilitaba de muchas maneras la coexistencia de escuelas en conflicto. En mi opinión, la idea de multiperspectivismo dio como resultado el principio de formación multiparadigmática en nuestra Escuela de Psicología.
Es cierto, en las tendencias internacionales actuales de esta discusión, la psicología ha tratado de tomar alguna distancia de la filosofía de la ciencia. De alguna manera es lo que muestra el trabajo de Nicholas R. Milton con su idea de los “frameworks”. A contrario está la propuesta de Lutz Eckensberger, quien invita a pensar en el pluralismo teórico y en la interrelación de los paradigmas, escuelas, modelos o teorías. Naturalmente, esto no sucede necesariamente en el núcleo duro de la psicología de la corriente principal, en donde la preocupación fundamental es por la inmensa fragmentación de la disciplina en microteorías de microcampos; esto sucede más bien en los márgenes de la psicología.
¿Y la formación en psicología, la vamos a seguir pensando multiparadigmática y polivalente? En mi opinión, es urgente y necesaria la autoclarificación colectiva del problema.
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