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Si Ricardo La Volpe no apura su trabajo para mejorar las opciones ofensivas de la Selección Nacional de cara a la eliminatoria mundialista, será muy difícil clasificar a Brasil 14.
Costa Rica perdió 1 a 0 con Colombia en el juego inaugural de estas dos selecciones en la Copa América. En ese partido, durante 90 minutos, la tricolor solo tuvo una leve oportunidad de gol, en un remate desviado del mediocampista David Guzmán. Al portero colombiano, Luis Martínez no le llegó un solo remate directo a puerta.
El mismo técnico argentino reconoce esta limitación y lo dijo al final de la confrontación contra los suramericanos. Prometió una mejora en la zona ofensiva de su equipo para el siguiente partido ante Bolivia, el jueves 7 de julio, pero es difícil que se produzca el cambio.
Costa Rica juega con un “catenaccio” disfrazado y desde que asumió funciones como entrenador de la Selección Nacional, La Volpe se ha volcado en trabajar tácticamente con su retaguardia, una zona que se presentó floja en la Copa Oro, pero que mostró mucho mayor orden y seguridad en el compromiso ante los cafeteros.
El estratega pide paciencia y anuncia trabajos tácticos que ayuden a mejorar el sector ofensivo de la tricolor, donde en la mayoría de los encuentros, don Ricardo sale jugando con solo un delantero: Álvaro Saborío en Copa Oro y Joel Campbell en Copa América. Esto hace de la Selección Nacional un equipo débil, inoperante y que da la impresión de que no va a meter un gol nunca.
“Tenemos que mejorar mucho del medio campo hacia delante”, asegura el técnico, más la interrogante es ¿cómo hallar esa mejora dentro de su esquema táctico? En el partido contra Colombia, terminó con 10 hombres en zona de retaguardia, luego de verse obligado a sacrificar a Campbell, por la expulsión de Randall Brenes.
Después de que Costa Rica le opuso a México un partido abierto en la Copa Oro y terminó goleada, el entrenador La Volpe no ha vuelto a presentar un juego con esas características. Su prioridad es el reforzamiento de su línea defensiva, donde ha imperado la línea de tres defensores centrales, dos carrileros, dos volantes de marca y dos enganches. Atrás el portero y adelante un solo delantero.
No creemos que La Volpe sacrifique a ninguno de sus hombres de retaguardia, ni en defensa ni en la cintura, de manera que la única opción de sumar en ataque, es acercando a los dos enganches con el hombre en punta, algo que no hicieron Bryan Ruiz, Cristian Bolaños y Álvaro Saborío en la Copa Oro y que por la expulsión de Randall Brenes, tampoco pudieron asociarse este, con Diego Madrigal y Joel Campbell en el arranque de la Copa América.
ATAQUE REFORZADO
Podemos hablar de una artillería reforzada en la Selección Nacional, el día en que La Volpe nos anuncie una formación que presente, por ejemplo, a Saborío, Campbell y Marco Ureña en ofensiva. Para esto, tiene que sacrificar hombres de retaguardia.
Si Costa Rica jugara con línea de cuatro defensores, se ganaría una posición en ataque, pero en Copa Oro, la Selección naufragó cuando jugó línea de cuatro.
Se presume más difícil una variante defensiva, ahora que contra Colombia se vio muy bien parada nuestra retaguardia. Duarte, Acosta y Calvo como marcadores centrales; Salvatierra y Leal como carrileros; y Mora y Guzmán como medios de marca lucieron muy ordenados ante los cafeteros, quienes presentaron una formación plagada de estrellas. Entre ellas, se destacaba Radamés Falcao, goleador de las Liga Europa y juega en el campeón Oporto de Portugal.
No es prudente romper ese ordenamiento defensivo, que tanto trabajo y tantos goles en contra ha costado conformar, para alimentar la línea de ataque. De manera que si no se puede alinear un tridente ofensivo como el que señalamos, con Saborío, Ureña y Campbell, no hay más remedio que buscar ataque con lo que se tiene, y eso es lo que se presentó en las dos últimas competencias.
Bryan Ruiz, Cristian Bolaños, Diego Madrigal, Randall Brenes, César Elizondo y los otros jugadores que Ricardo La Volpe utiliza como “ocho” o “diez” tendrán que trabajar muchísimo en estrategia para que abandonen sin temor sus parcelas defensivas y en lugar de jugar pegados a los volantes Celso Borges, Geiner Mora, Bryan Oviedo o David Guzmán se suelten más en ataque y se junten con Saborío o Campbell o Ureña.
Si Costa Rica no refuerza el sector ofesivo del equipo, no va para ninguna parte.
Se está jugando a que no nos metan muchos goles, a perder con decoro, como contra Colombia, pero jugar así en una eliminatoria al Mundial es letal.
A la Copa América, se viajó con una selección Sub 23 reforzada con cinco jugadores mayores. El equipo no estaba obligado a ganar, sino a cumplir. Tenía dos derrotas presupuestadas. Una ante Colombia y otra en el cierre del grupo contra la Argentina. Al equipo que supuestamente se le puede ganar es Bolivia.
Pues bien, este es el desafío: vencer a los bolivianos que le sacaron un empate uno a uno a los anfitriones y no son pan comido, de ahí lo interesante de analizar tácticamente los movimientos que ordenara Ricardo La Volpe, para presentar un equipo ofensivo, bajo el mismo esquema táctico.
Nos sorprendería mucho el estratega argentino si ordena sacrificio de posiciones en zona defensiva, para fortalecer la zona ofensiva. Vamos a ver cuál de las dos estrategias utiliza contra Bolivia para cumplir con su promesa de que jugará 70% al ataque.
De no hacerlo y observamos una Selección Nacional escondida en posiciones de retaguardia, las promesas del entrenador serían en vano y tendremos los costarricenses que armarnos de una coraza de paciencia para esperar los cambios.
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