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La falta de tiempo es la principal causa para que los estudiantes universitarios no cumplan con horarios regulares de comida ni sigan regímenes de ejercicio, según señala el estudio Análisis de la Situación Integral de la Salud (ASIS), realizado por la Oficina de Salud y Bienestar de la Universidad de Costa Rica (UCR) durante el año pasado con la población de primer ingreso.
De acuerdo con los resultados, más de la mitad de los estudiantes de primer ingreso suelen saltarse regularmente los tiempos de comida, para privilegiar otras actividades o porque no tienen apetito para alimentarse. Además, el estudiante promedio suele consumir de 1 a 3 porciones de cada una de las categorías de alimentos procesados que fueron cuestionados (comida rápida, gaseosas, frituras, repostería y alimentos empacados).
Carlos Villalobos, vicerrector de Vida Estudiantil de la UCR, asegura que los factores de mayor riesgo para la salud estudiantil son la falta de información y aplicación de una alimentación adecuada, además del mal manejo de la presión académica en el proceso educativo.
“Los estudiantes están consumiendo productos que los van a enfermar o que los están enfermando; entonces, de ahí vienen padecimientos que son remarcados por procesos de estrés, como la gastritis, colitis o migrañas”, asegura Villalobos.
De igual forma, un 33% de los estudiantes no realiza ninguna actividad física y solo un 10% admite no realizarlo de manera regular por falta de interés, compañía y tiempo. La población con mayor incidencia en este problema es la femenina, con un 40.4%; en contraposición, en la masculina solo el 23.4% admite descuidar este aspecto.
La Oficina de Salud y Bienestar se encuentra produciendo un nuevo ASIS, con datos actualizados a este año y cuyos resultados serán publicados en las próximas semanas.
OTROS PROBLEMAS
El Vicerrector mencionó como otro problema de salud, el consumo de drogas, hábito que adquieren durante su estadía en la Universidad.
Villalobos, sin embargo, estima que las cifras tienen una tendencia afortunadamente baja para la población encuestada y que la Universidad no se enfoca en castigar moralmente el consumo, sino en capacitar a los estudiantes para tomar una decisión informada.
“No es ningún problema que una persona consuma alguna droga; el tema está en cómo la consume, qué información tiene en relación con esta droga y el cuidado que debe tener en no abusar de esta droga, por ejemplo del licor, que es socialmente aceptado”, destacó.
Respecto al consumo de drogas lícitas, el muestreo expone que un 6% de los estudiantes son fumadores regulares, mientras que un 26% admite consumir alcohol, porcentajes que son menores a los consumos activos de tabaco (15%) y de alcohol (40%) que reporta el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia en el territorio nacional.
En materia sexual, Villalobos considera que hay un riesgo por la falta de información, ya que del 25% de los estudiantes que han iniciado su vida sexual al entrar a la Universidad, el 46% confesó no haber utilizado preservativo en su última relación.
Según el Vicerrector de Vida Estudiantil, ante estas debilidades en la salud universitaria, la UCR implementa acciones de “alfabetización” en salud, para capacitar a los estudiantes en el “conocimiento básico y el cuidado de sí mismos”, en complemento con la calidad académica que se les ofrece.
“Si sacamos profesionales costarricenses muy buenos desde el punto de vista académico, pero descuidamos la parte de la salud, me parece que nos estaríamos ofreciendo una educación completa a los estudiantes”, comentó.
Villalobos hizo ver que actualmente las acciones de la UCR en este campo, se insertan incluso en un marco de ejecución internacional, pues para octubre Costa Rica será sede del V Congreso Internacional y el I Congreso Nacional de Universidades Promotoras de la Salud, con el que esperan atraer estudiantes de todas las universidades del país, independientemente de si son públicas o privadas.
Agregó que la acción no puede circunscribirse solo al campus universitario y que la promoción de la salud debería ser un eje de ejecución política del país, en el que deberían involucrarse todas las instituciones de educación superior, el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social. “Las universidades podemos aportar una parte, pero no todo; es un asunto de Estado”, puntualizó.
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