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El libro debe ser tomado en serio por las personas estudiosas de Russell y por las que se preocupan por la política.
Ética y política en el pensamiento social de Bertrand Russell, del Dr. Álvaro Carvajal Villaplana, es un libro que consta de dos partes con distinto origen. La primera es una adaptación de la tesis de licenciatura de Carvajal, dedicada al tema de la relación entre ética y política en el pensamiento del gran pensador inglés. La segunda consta de varios artículos sobre asuntos que de diversa manera tienen relación con el autor estudiado, de los cuales el capítulo sobre la crisis de los misiles de 1962 es el más largo; dada la cantidad de información que contiene esa sección, puede resultar interesante para lectores que quizá no tengan interés en el resto del libro.
En el año 2010 se cumplieron 40 años de la muerte de Bertrand Russell (1872-1970), de modo que la publicación de esta obra cerca de esa conmemoración resulta al mismo tiempo un homenaje y un recordatorio de las ideas y actuaciones de un individuo, cuya vida se extendió desde fines del siglo XIX hasta más allá de la mitad del XX, y cuya influencia aún se siente en campos tan variados como la lógica y la política.
En 1937, muchos años antes de morir, Russell había escrito en broma una esquela mortuoria en la que se describía como el último superviviente de una época ya pasada. Carvajal describe esta época y a este autor como romántico, entre otras cosas por la rebeldía contra lo establecido que mostró Russell hasta sus últimos días. Esa rebeldía -contra la Primera Guerra Mundial, contra la moralidad de su época, contra la guerra de Vietnam y a favor de otras causas- lo hizo acabar en la cárcel en más de una ocasión. Aunque destacó como matemático, lógico, filósofo, ensayista y activista político, el premio Nobel que recibió en 1950 fue sin embargo en literatura. Su Autobiografía en tres volúmenes recoge tantos datos sobre tantas personas y eventos, que a veces parece un complemento a la historia universal en el período entre 1872 y 1970.
La primera página de esa Autobiografía, en la que Russell describe las tres pasiones que guiaron su vida (pasión por el conocimiento, deseo de amar y compasión por el sufrimiento), es uno de los textos más sublimes que se han escrito en la historia de la filosofía. Aparece claramente en esas líneas la concepción de la filosofía como amor a la sabiduría, visión olvidada por muchos filósofos que han prestado su pluma a la defensa de regímenes tiránicos. Es un acierto incluir esta página de la Autobiografía al comienzo del libro que estamos reseñando.
Muchos años de escribir sin descanso hacen que la lista de libros y artículos de Russell sea muy larga y los asuntos sobre los que escribió muy variados. Fue tal su producción que The Bertrand Russell Dictionary of Mind, Matter and Morals (New York: Citadel Press, 1952) recoge textos de 115 libros.
ÉTICA Y POLÍTICA
En este libro, Álvaro Carvajal se centra en un tema que aparece en forma fragmentaria en varias de sus obras y que cambió a lo largo de los años: la naturaleza de la ética y de la política, y las conexiones entre ambas.
Sin embargo, la bibliografía que aparece al final de este volumen tiene una utilidad que va más allá del tema escogido. Además, se incluye una cronología del autor estudiado y -cosa rara en un libro académico publicado en español- se encuentra un índice analítico. Aprovechemos esta oportunidad para lamentar que autores y editoriales de España y América Latina sigan con la costumbre de publicar obras eruditas sin índice analítico, como si el lector tuviese la obligación de leer todo el volumen cada vez que necesita encontrar una idea o un nombre.
Las variaciones de la opinión sobre la relación entre pasión y razón llevan a Carvajal a la distinción entre períodos, aunque la extensión de cada uno no siempre está clara. Él distingue los siguientes: el objetivista (1900-1914), el subjetivista (1914-1940) y el de síntesis (1940-1970). En cada uno de estos períodos se plantea la relación entre deseos, emociones, creencias, valores y acciones.
Lo que tienen en común, según la hipótesis que se plantea en la página 23, es que el pensamiento ético-político de Russell se vincula con su visión del mundo en cada uno de los periodos señalados. Dicho de otro modo, que entre la teoría y la práctica siempre hubo coherencia. El punto de partida para esta visión coherente es la relevancia de la ética para la política.
Mientras los filósofos con frecuencia se enredan en posiciones que niegan cualquier papel de la ética en la política o caen en el relativismo que confunde la ética con la antropología cultural, las multitudes generalmente muestran mayor claridad al respecto. Russell tenía claro que los regímenes corruptos e injustos pierden la legitimidad tarde o temprano y a veces solo consiguen continuar en el poder gracias a la violencia. Como todo ciudadano, los políticos son juzgados por sus acciones deliberadas, no por las excusas que dan para justificarlas. Aunque algunos aspectos de sus propuestas hoy nos parecen irrealizables e indeseables, Russell señaló en la dirección correcta cuando apuntó a organismos internacionales para resolver problemas locales capaces de amenazar el bienestar de la comunidad global.
Russell vuelve con frecuencia al problema que planteó David Hume con claridad: ¿es la razón esclava de las pasiones? Podría parecer que entonces la razón no tiene autonomía y que nuestras opiniones y creencias siempre obedecen a la pasión, que sería el motor de la acción. Sin embargo, el texto citado al comienzo mismo de la Autobiografía ofrece una clave para ver la relación entre ambas: entre las pasiones que motivaron las acciones de Russell durante toda su vida se encuentra el amor por el conocimiento. La frase de Hume no es la más afortunada para describir las relaciones entre pasión y razón y los largos análisis de Russell para aclarar dichas relaciones muestran que el asunto es más complejo de lo que parece.
Álvaro Carvajal se esfuerza por desentrañar esa complejidad y el resultado es un libro que debe ser tomado en serio por todas las personas estudiosas de Russell, así como por todas las que se preocupan por la política.
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