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Todos desean que el Alajuelense no conquiste el tricampeonato, excepto los rojinegros desde luego, pues siempre la mayoría apunta contra el campeón y el monarca busca reverdecer laureles.
En las dos temporadas cortas que Óscar “Macho” Ramírez ha dirigido a los manudos, la corona viajó a la provincia de los mangos y ahora va en procura del tricampeonato; los erizos reforzaron sobre todo su zona de ataque y son, junto al Saprissa, los principales candidatos al gallardete.
Herediano, Cartaginés y el subcampeón nacional –San Carlos– se perfilan como cercanos pretendientes al título y, junto a los dos grandes, son favoritos para clasificarse entre los primeros cuatro de la clasificación general, que disputarán el título.
La forma de jugar el campeonato mayor de fútbol tuvo variantes radicales: desaparecieron los grupos, desapareció un equipo -Barrio México-, se va a jugar todos contra todos a dos vueltas, cada fecha descansa un club, al término de las 22 jornadas siguen con vida cuatro y el equipo con menos puntos desciende.
En las semifinales cruzadas, el primero juega contra el cuarto, ida y vuelta, y el segundo enfrenta al tercero. Belén, campeón de la segunda división, sustituye a la Universidad de Costa Rica, que descendió a la segunda.
Los dos puertos, Limón y Puntarenas, más el aguerrido equipo de Pérez Zeledón, son los llamados a vegetar en la parte media de la tabla, mientras que en zona de descenso se ubican Santos de Guápiles, el Orión Desamparados, que tomó la franquicia de Brujas, y el ascendido Belén.
Los guapileños entran al torneo con un magnífico entrenador, Marvin Solano. Perfectamente, esta oncena podría intercambiar posiciones con Pérez Zeledón y los dos puertos en la parte intermedia de la tabla.
A manera de vaticinio, pronosticamos que Saprissa y Alajuelense van por el título; San Carlos, Herediano y Cartaginés por la clasificación; Pérez Zeledón, Limón y Puntarenas a vegetar, y Santos, Orión y Belén a luchar por no descender.
ACECHO A LOS GRANDES
El Herediano de Alejandro Giuntini; el Cartaginés de Johnny Chávez y el San Carlos de Daniel Casas tendrán que trabajar el doble de la temporada anterior, si pretenden quitarle la posibilidad de la corona a los dos grandes de nuestro fútbol.
La Liga pierde el concurso de su viejo capitán, Luis Antonio Marín, pero se ha reforzado hasta los dientes en su zona de ataque con las incorporaciones de Minor Díaz, Fernando Sequeira, Cristian Lagos -que no vio acción la temporada anterior- y Alejandro Alpízar -que regresa de una severa lesión-; sigue Jonathan MacDonald; y se marchó Leandrinho.
La nómina manuda es muy fuerte. Será un atractivo ver la evolución de Jorge Davis, un volante de marca que se fracturó en la pretemporada anterior y no jugó un minuto, pero ahora está listo; siguen los juveniles Salvatierra, Meneses, Valle y Calvo; el capitán de la Selección Nacional, Acosta; están Gabas, Oviedo, Guzmán, Sancho, Argenis, Clarke, los porteros Pemberton y Quesada; en fin, un equipo apenas para el tricampeonato.
Su gran rival será el Saprissa, que estrena director técnico: Alexandre Guimaraes, viejo conocido del fútbol criollo, que vuelve a las andadas en el club de sus amores. Siempre de la mano del talento de Walter Centeno y también acusando la ausencia de su capitán, Víctor Cordero -que dijo adiós-, los morados cuentan con una nómina de lujo, joven y rejuvenecida, donde ahora los líderes son Donny Grant, Gabriel Badilla, Douglas Sequeira y un aporte de juveniles enriquecedor: Duarte, Mena, Paniagua, Guzmán, Elizondo, Josué; más Bolívar, Heiner Mora, Mooke, Russell, Arrieta y Erick Scott. Un equipazo.
Este par de planillas repletas de muy buenos jugadores para nuestro entorno son las que tienen que doblegar y vencer a las otras tres nóminas fuertes del torneo, sobre todo la del Cartaginés que nos parece la más solvente entre los clubes escoltas: sentimos que tanto Herediano como San Carlos se han “debilitado” en relación con el equipo de la temporada anterior. ¡Ojo con el Cartaginés!
Juan Luis Hernández, donde quiera que esté y haga lo que haga, es un hombre expectante; ahora se metió de lleno a revivir al viejo e histórico Orión, lo ubicó en Desamparados –populoso cantón–, alquiló para administrar la franquicia de Brujas –un club que entró en deriva con la detención en Estados Unidos de su presidente, Minor Vargas–, y “La Constelación”, como se le llama al club orionista, fichó a buenos futbolistas, que supuestamente lo tendrían que alejar de zona de descenso.
Esta es una de las mayores interrogantes del campeonato: la ruta del Orión. ¿Caminará para arriba o irá, con Belén, para abajo? Porque entre los analistas hay pocas dudas de que los belemitas puedan salvarse del atolladero del descenso, a pesar de las buenas intenciones de su sano timonel, Vinicio Alvarado. La planilla es débil y no abunda el dinero. Los Puertos también son un enigma.
Puntarenas canceló sus deudas con la Caja, lo que pinta a buena administración, pero este club, económicamente es un misterio. Se reforzó con buenos futbolistas del Barrio México y tiene nómina para no descender. Limón vive la angustia de mirar a su mecenas en prisión, el dirigente Carlos Pascall. Entonces, este es un club que podría caerse y buscar el descenso, lo que favorece a Orión y Belén.
Santos está en una cuerda floja; es un equipo trapecista: o se mantiene en línea y quizá pueda desbancar a Pérez Zeledón, o se lanza al vacío a acompañar a Belén. Su planilla no es fuerte.
Pérez Zeledón navegará en aguas tranquilas, Jeaustin Campos puede meterlo entre los cuatro primeros como ha sucedido tantas veces, ahora con algunos apremios o instalarlo entre el quinto y noveno lugar, sin ninguna prisa.
Arranca el domingo el campeonato: San Carlos recibe al Cartaginés; Belén espera a Santos; el Herediano va a Puntarenas y la Liga a Pérez Zeledón; Orión debuta en casa ante Limón. Descansa el Saprissa que empieza el campeonato al siguiente domingo, en el clásico contra Alajuelense. ¿Quién lo diría?
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