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La presidenta Laura Chinchilla, y su gobierno, que apenas cumple un año y dos meses, se vieron en el centro de las críticas de la oposición, que sigue sin encontrar el rumbo que la mandataria, la primera mujer en presidir el país, dice estar impulsando a su gestión.
Golpeada por un progresivo desgaste en su popularidad, según revelan las más recientes encuestas de opinión, Chinchilla sufrió un fuerte golpe este jueves con la intempestiva renuncia de su mediática ministra, María Luisa Ávila, a cargo de la cartera de Salud, quien se marchó con todo su equipo estratégico de trabajo.
Ávila, caracterizada por su carácter firme, se alejó del gabinete de Chinchilla tras entrar en desacuerdo por el manejo oficial de la crisis que sacude a la Caja Costarricense del Seguro Social.
La mandataria aprovechó la renuncia de la ministra más popular en los sondeos para aplicar una nueva cirugía en su equipo gubernamental. Trasladó al canciller René Castro, su lugarteniente de campaña política, al ministerio de Energía, Ambiente y Recursos Naturales.
Castro venía siendo cuestionado por la oposición política por el manejo de nombramientos de personal en el servicio exterior y la conducción de una crisis que estalló el año pasado a raíz de un diferendo fronterizo con Nicaragua.
En mayo pasado, la mandataria se vio obligada a hacer un primer ajuste en su equipo ministerial, tras la renuncia del titular de Seguridad Pública, José María Tijerino y el de la presidencia, Marco Vargas.
El secretario general de la Asociación de Empleados Públicos, Albino Vargas, considera que la inestabilidad en el equipo de gobierno de Chichilla deja en evidencia la «falta de rumbo y de liderazgo» de la mandataria.
Y eso precisamente es lo que le reclaman muchos costarricenses en los sondeos de opinión. El debilitamiento de su imagen comenzó a observarse después de iniciado 2011, en momentos en que Chinchilla sufrió atisbos de fracturas dentro de su partido, Liberación Nacional.
Pero los expertos en política insisten en que a más de un año de gobierno, éste parece no «arrancar».
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