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A la Dra. María Pérez, Vicerrectora de Acción Social:
No contenta con hostigarme, suspenderme y, finalmente, cesarme de manera retroactiva de mi puesto como documentalista en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS), todavía tenía, además, que difamarme en su artículo “¿Hostigamiento o Campaña de Desprestigio?”, aparecido en el Semanario Universidad del 27 de julio. Déjeme decirle que ya le entendimos perfectamente su mensaje: si en la UCR alguien usa medios de comunicación para denunciar políticos influyentes (como lo hice yo en el documental “El oro de los tontos”), se va para afuera, y él y su descendencia serán perseguidos hasta el final de los tiempos, incluso si esto significa levantar falsos y violentar las leyes nacionales y los reglamentos internos de la Universidad de Costa Rica.
Según usted, soy un caso perdido como documentalista y profesional. Usted tiene derecho a su opinión, así como tiene derecho a organizar su oficina como le parezca mejor. Pero déjeme decirle a qué NO tiene derecho:
1) Mentir sobre la existencia o no de un documento oficial: dice usted en su artículo que “Lamento que (Pablo Ortega) mienta diciendo que tenemos una prevención del Ministerio de Trabajo que no existe como documento oficial”. El documento está lejos de ser una leyenda urbana: se trata de la prevención SJ-IC-04844-11, un documento público que se puede consultar en el Ministerio o se lo puede ver en la siguiente página: http://acosolaboralucr.blogspot.com/. En la última página del mismo, Doña María, usted puede verificar el recibido con sello que le hizo su secretaria el 15 de junio a las 10:30 a.m.
Es muy conveniente para usted decir que este documento oficial no existe, pues de otra manera usted, al haberme cesado, habría violado el artículo 12 del Código de Trabajo, y, como es sabido, una consejera pública del prestigio de María Pérez es lógicamente incapaz de hacer tal cosa. Peor para la realidad.
2) Falsear los datos de mi productividad: dice usted que en el último año solo he producido dos videos, “El oro de los tontos” y la “Síntesis Histórica de la facultad de derecho”. En primer lugar, debería usted aclarar que solo tengo medio tiempo como realizador. En segundo lugar, si usamos el término “año” en el sentido astronómico de 365 días y unas horas más (ignoro qué calendario usa la VAS), resulta que en este último año tiene que incluir, además, la presentación del video “Fuerza contra Verbo” de 25 minutos sobre la autonomía universitaria (octubre, 2010: irónico que lo hiciera yo, ¿no le parece?), el documental “Los Intereses Creados” de 20 minutos sobre las políticas de intereses del Banco Central (setiembre, 2010) y el proyecto de animación “Animales de Alquiler” (noviembre 2010), realizado con el debido permiso del anterior director de gestión, y que participó en una sección del Festival de Cannes. Son cinco trabajos en total, más otros trabajos de subtitulado y distribución que usted no toma en cuenta.
¿Pude haber producido más? ¡Sí! ¡Si a usted no se le hubiera ocurrido dejarme desde julio de 2010 sin equipo humano de producción, tal y como constató el Ministerio de Trabajo en la mencionada prevención! (¡Ups! Se me olvidaba que este documento no existe). Me permito hacerle notar a los demás lectores que mi principal denuncia contra la VAS en varias instancias es que me ha negado herramientas de trabajo y luego me han acusado de improductivo.
3) No puede descalificarme por no realizar trabajos que no me corresponden: argumenta usted que no me podían mantener en la unidad de producción porque yo no hacía cámara, editaba o realizaba labores técnicas. Al parecer no le bastaba con que yo fuera director, investigador, guionista y productor. Permítame decirle que la producción audiovisual no está contemplada como una tarea unipersonal: existe algo que se llama especialización de funciones (esa es una de las razones por las cuales la entrega de los premios Oscar es tan larga). Ni siquiera Orson Welles hizo todas esas cosas que usted pretende de mí, y Da Vinci ya hace mucho murió. Su amigo y protegido, el Sr. Giuseppe Cirotti, por ejemplo, no sabe cómo hacer guiones. Y estoy seguro que tanto usted como yo nos morimos de hambre como maratonistas de competencia.
4) Insinuar que yo me niego a hablar con gente humilde: desde que llegué a la VAS, aclaré que no podía ir a giras de varios días porque tenía tres cuartos de tiempo aparte como profesor, diseminados mis cursos a través de la semana. Esa es la razón laboral de que no pudiera ir a giras, no una pretendida misantropía. En todo caso, me imagino que sus continuos viajes a Europa como Vicerrectora tienen como objetivo primordial visitar a la gente humilde de Europa.
Finalmente, usted que es tan buena para ver mis monstruosos defectos, ¿por qué no hace un trabajo de introspección y se pregunta por qué me impuso una sanción por faltas graves sin derecho a legítima defensa, acto tan arbitrario que hasta la Rectoría, su tradicional aliada, tuvo que anularlo en oficio R-4017-2011? ¿Por qué no le dice a la gente que usted violó el artículo 21 de la Convención Colectiva, al cesarme argumentando una reorganización consistente en sacar a un solo funcionario y sin mediar aviso ni negociación? Y, por último: créame que me tienen muy sin cuidado sus irónicas acusaciones de que yo hago politiquería. Su inagotable sed por perpetuarse u orbitar en torno a puestos administrativos de alto rango no tiene por qué alterar mi exigencia a un trato justo y respetuoso de mis derechos como funcionario universitario.
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