La falta de recursos, la imprecisión de los escenarios de cambio climático y la desarticulación entre las políticas de mitigación de los distintos espacios gubernamentales son solo algunas de las debilidades que identificó el proyecto “Políticas de Cambio Climático en Costa Rica, integrando esfuerzos para asumir los retos” del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la Universidad a Estatal a Distancia (UNED).
Para el investigador del proyecto, Roberto Vindas, estas debilidades se reflejan en la incapacidad del Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET) para asumir el liderazgo en el tema y articular los esfuerzos que se realizan de manera dispersa, a pesar de que el país forma parte de la región más vulnerable a los efectos del cambio climático.
“Costa Rica y Centroamérica aportan una cantidad ínfima al cambio climático, es decir, las emisiones de toda Centroamérica juntas es una miseria. Sin embargo, las características geográficas, sociopolíticas y socioeconómicas hacen que sean sumamente vulnerables”, explicó.
Vindas opinó que si bien Costa Rica es el primer país en invertir en programas de mitigación de los efectos y es el único con un departamento dedicado exclusivamente al tema, no se han contemplado estrategias de adaptación ante el cambio en las condiciones y el trabajo de la Dirección de Cambio Climático ha sido afectado tanto por la falta de recursos económicos y humanos como por el creciente abandono, tras la salida del exministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Roberto Dobles durante la administración del expresidente Óscar Arias.
“Falta muchísimo liderazgo desde el ente rector que es el MINAET, faltan muchos recursos materiales y humanos, falta fortalecer, por ejemplo, el Instituto Meteorológico, cuya red de estaciones es sumamente deficiente y, por eso, no se pueden hacer pronósticos detallados”, acotó.
Los resultados parciales de este proyecto han sido presentados en las distintas sedes de la UNED, junto con un diagnóstico local de la vulnerabilidad del cantón de Puntarenas ante el fenómeno.
El informe final será presentado en octubre, donde se espera presentar el diagnóstico a las instancias gubernamentales involucradas en el tema.
DEFICIENCIA E IMPRECISIÓN
A la fecha, Costa Rica ha invertido en políticas de investigación, especialmente en materia de eliminación de las emisiones de carbono, tema que para el investigador Roberto Vindas se ha convertido en el eje de los esfuerzos nacionales a través de ayudas internacionales.
El investigador aseguró que pese a que el Gobierno se propusiera la meta de ser un país “carbono neutral” – es decir, equiparar las emisiones de dióxido de carbono con las de oxígeno- para el año 2021, ello se convierte en un objetivo “imposible”, pues la única política que reglamenta el tránsito de vehículos no está directamente dirigida a minimizar el impacto ambiental, sino a reducir la congestión vial.
Añadió que se sigue invirtiendo en prevenir y mitigar los efectos del cambio climático, sin dirigir esfuerzos a preparar al país para los efectos inevitables del fenómeno a través de infraestructura adecuada y cambios en materia agropecuaria que se encuentren adaptados a las variaciones de las condiciones climáticas.
“Costa Rica respecto de Centroamérica está un poquito mejor parada en lo que es la cuestión de la mitigación, es decir, Costa Rica trae muchísimos recursos del extranjero para programas de captura de carbono, por ejemplo, pero el país tiene que volcarse rápidamente al tema de adaptación”, enfatizó.
Igualmente, Vindas dijo que este proceso es realmente difícil de llevar a cabo si no se cuentan con datos más exactos sobre los posibles escenarios ante las variaciones.
El experto señaló que la única orientación del MINAET es un documento emitido el año pasado, cuya gran escala geográfica no permite predecir con precisión las variaciones de temperatura y precipitaciones que se llevarían a cabo en los próximos 89 años.