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La basura de Guanacaste

Por fin comienza a salir a la superficie la verdad. No basta con haber llevado a la provincia de Guanacaste a la ruina económica y la desigualdad extrema a través de un plan de desarrollo excluyente.

Por fin comienza a salir a la superficie la verdad. No basta con haber llevado a la provincia de Guanacaste a la ruina económica y la desigualdad extrema a través de un plan de desarrollo excluyente.
El 25 de Julio, día de la anexión de Guanacaste, el periódico La Nación por fin reportó que la situación en la provincia norteña es escabrosa y escalofriante. Por primera vez desde que yo nací en Costa Rica en 1942, he sido testigo de costarricenses batallando contra perros para lograr extraer de la basura comida para sus familias. ¡Nunca, jamás, había ocurrido eso en nuestra patria! No sé  qué milagro ocurrió para que lo reportase La Nación. El desarrollo turístico ha asesinado a la provincia.
A más turistas que llegan, más pobreza se produce. El modelo empresarial de desarrollo es un fracaso rotundo.
Claro que con la extrema desigualdad se desata, además de hambre y desempleo, un marcado aumento en la criminalidad. En realidad es hora de que la Iglesia Católica denuncie este salvajismo desde sus púlpitos. Lo que ocurre en Guanacaste va totalmente en contra de lo que predica la doctrina social del Catolicismo.
Asimismo, es hora de organizar a las poblaciones de afectados y distribuir panfletos que les expliquen lo que realmente les está ocurriendo. Panfletos y oradores. Es necesario tomar más acción, pues muchos afectados no parecen comprender el porqué de lo que les ocurre. Más de uno pensará que lo empresarial es central para el desarrollo.
Lo importe para ellos  es que no los excluyan, en vez de que el paradigma y el modelo son tantas ideas trasnochadas de otrora época. ¡Pobres inocentes, pues siempre serán excluidos!
Tantas promesas del desarrollo y prosperidad promulgadas por los proponentes del TLC. Es cuestión de mirar a Guanacaste. Lo que queda es el esqueleto de lo que en un tiempo fuese la rica provincia ganadera. Los zopilotes la han dejado como tanta carroña carcomida al lado de la carretera de la prosperidad humana.
No faltan eso sí las sectas fundamentalistas de la llamada derecha cristiana ofreciendo a través del Evangelio de Jesucristo, esperanzas opiáceas a un pueblo hambriento y angustiado. Cuando una religión carece de la caridad y del amor como hecho social de lucha contra la opresión, es una religión que favorece al explotador y opresor económico.
Tal parece el caso del fundamentalista de derecha en Noruega (Breivik) que cometió tantos asesinatos. Los movimientos de solamente odio al prójimo, proliferan las fobias típicas de una nada vengativa.
Desde la xenofobia a la homofobia, se caracterizan por indicar la falta y el pecado, mas no la maravilla del humano. Buscan desvanecer el aspecto sacramental, místico, mítico y mágico de lo que es la vida planetaria en hermandad. La muerte del prójimo por imputación de raza, religión, preferencia o género sexual, nivel socioeconómico, etc.; son tantas embestidas contra el amor y la caridad, que enseña la bondad y la misericordia de un buen Dios.
La sombra de la Cruz ha caído sobre Guanacaste. Los únicos culpables del desastre son la avaricia y lujuria de unos cuantos a expensas de la mayoría.
Ninguna religión puede aceptar el que la presente situación sea correcta y que una rebelión contra patronos tan salvajes sea incorrecta. Toda religión mundial  condena el que el hombre no tenga dignidad y justicia salarial en su pasada por la Tierra y que necesite  pelear con perros y otros hombres, para regatear pedazos de comida entre basureros.
No comprendo cuándo el gobierno de Costa Rica tomará riendas en el asunto y establecerá justicia, donde  ahora reina el hurto de la prosperidad. En fin, los últimos veinte años han sido un holocausto económico para nuestro pueblo. Todos los gobiernos han prometido arreglarlo y ninguno lo ha hecho.
Siempre se culpa a la recesión de haber disminuido la cantidad de turistas y no se mira al hecho  que mucho antes de dicho siniestro mundial, ya se pagaban sueldos de miseria a los trabajadores. Tanto de construcción como de hotelería, gastronomía y tiendas de todo tipo. Ha sido un caso de un capitalismo no regulado de tipo letal y mortífero. Se sigue creyendo que a más inversión más prosperidad. Parece que las estadísticas indican que hay inversiones tóxicas que producen miseria masivamente. ¡Las verdaderas armas de destrucción masiva!
Pensadores tales como Stiglitz y Krugman , ambos Premios Nobel de Economía, concuerdan con el desastre producido por el neoliberalismo mundial.
Las aves de rapiña han dejado una Costa Rica sin clase media y con clases sumergidas en la miseria y la desocupación. Una Costa Rica que gime y suspira bajo el yugo de una economía clasista disfrazada de populismo e igualitarismo.
La demagogia mantuvo que el Estadio de Fútbol era un gran avance. ¡No comprendo cuál avance será ese! Solamente los grupos derechistas del país parecen concordar en que es objeto de orgullo nacional.
Lógico, pues muchos de ellos han usufructuado del desplome del país. Quieren convencer al pueblo de que la nada es el todo. ¡Tanta comunicación chatarra convertida en horarios de la devastación!

  • Carlos Ml. Quirce Balma PhD (Catedrático /Investigador UCR)
  • Opinión
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