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El hecho de que prácticamente sólo se contrata mano de obra extranjera, principalmente nicaragüense, las duras condiciones de trabajo de los obreros y la misteriosa muerte de grandes árboles ubicados frente al sitio de construcción, son las principales quejas que personas de las comunidades cercanas a playa Matapalo manifestaron ante los trabajos de construcción de la segunda etapa del hotel Riu, en el cantón de Carrillo.
Así lo constató UNIVERSIDAD tras una gira realizada al sitio el pasado 6 y 7 de agosto, coordinada con el programa Kioscos Ambientales de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la Universidad de Costa Rica (UCR), durante la cual fue evidente el descontento de los pobladores.
En los terrenos aledaños al hotel, una gran superficie está rodeada por una malla; sin embargo, a la distancia se pueden apreciar grandes movimientos de tierra y maquinaria.
Narciso Granados, de la seccional del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción (SUNTRACS), dijo que aproximadamente el 95% de la mano de obra es extranjera; “costarricenses y más específicamente sardinaleños, son muy escasos; creo que no habrá diez sardinaleños (comunidad cercana) trabajando y a un sueldo bajísimo”.
“A los ticos no nos dan trabajo, no porque no queramos trabajar, sino porque cobramos las garantías sociales, nos tienen que pagar el seguro, la póliza, vacaciones; y tampoco pagan liquidación”, expresó.
Granados también llamó la atención sobre el hecho de que en la zona el trabajo de construcción es de por sí duro, por el fuerte sol y las altas temperaturas; denunció que cuando un obrero se agota por trabajar en esas condiciones “lo botan sin pagarle nada y traen uno fresco, pues siempre hay gente que ocupa el trabajo; es una condición de esclavitud”.
Mientras tanto, Donald Canales, del mismo sindicato, afirmó: “Estamos cansados de esto; vivimos en un sitio donde hay trabajo, pero no para nosotros; contratan a nicaragüenses en condiciones muy malas; no tenemos nada contra ellos, pero les pagan lo que les da la gana y no existen las garantías sociales”.
Agregó que los obreros de la zona se sienten “desamparados”, ya que “desgraciadamente los inspectores de la Caja Costarricense de Seguro Social llegan a pasear; al trabajador no lo toman en cuenta para nada. No sabemos qué hacer o quién nos podrá ayudar”.
Por otra parte, Edgar Cantón, presidente del Consejo Ecocivil de Carrillo, expuso que “estamos alarmados” por la muerte de grandes árboles frente al proyecto de construcción, los cuales “aparentemente pudieron haber sido envenenados con algún tóxico”. Mostró además que los árboles están ubicados en lo que será el frente de la segunda etapa del hotel, es decir, “estorbarían la vista del hotel hacia la playa y el mar”.
Agregó que ese Consejo solicitó al Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET) y a la fiscalía ambiental de Santa Cruz que se hagan estudios de toxicología, para determinar qué ha pasado, así como a la UCR y a la medicatura forense.
“¿Cómo es posible que mueran así árboles centenarios que están en peligro de extinción? Ahora vemos un cenízaro de 300 o 400 años de edad que se está pelando solo”, lamentó.
Desde el hotel Riu la funcionaria Nelly Quirós detalló que la nueva etapa consiste en un hotel de 539 habitaciones, el cual informó generará aproximadamente 450 nuevos empleos directos.
Afirmó que el proyecto de construcción cuenta con todos los permisos necesarios municipales y ambientales vigentes, y que “hay órdenes estrictas de que el personal por contratar sean costarricenses en su gran mayoría”.
Respecto a los salarios pagados y garantías sociales, aseguró que se paga lo establecido por ley y que “frecuentemente” reciben inspecciones del Ministerio de Trabajo, para confirmar que se cumple con toda la legislación laboral.
Al referirse a la muerte de los árboles, indicó que a pesar de que la noticia ha trascendido en diferentes medios de comunicación, “en realidad no se han dado los elementos técnicos que permitan atribuirnos la responsabilidad a nosotros”.
Añadió que “somos los más interesados en mantener la belleza escénica de la playa” y que la sombra de los árboles es necesaria para “proteger a nuestros clientes de los rayos del sol y que ellos disfruten de la naturaleza de Costa Rica, que es la razón principal por la que visitan este país”.
MULTINACIONAL
Edgar Cantón muestra parte de la corteza que yace alrededor de un árbol de cenízaro, cuyas ramas fuera de foco ya casi no tienen hojas. (Foto: Vinicio Chacón)
La construcción de la primera etapa del hotel Riu concluyó en noviembre del 2009 y cuenta con más de 700 habitaciones, cuya construcción implicó una inversión de $175 millones.
En marzo del 2010, UNIVERSIDAD reportó la realización de un “Campamento por el rescate de playa Matapalo”. Ese reportaje abordó daños ambientales denunciados, como la desaparición de más de 8.000 metros cuadrados de manglar y de una quebrada (ver edición del 3 de marzo del 2010).
El hotel además cobró notoriedad tras la muerte -en circunstancias aún no aclaradas- de un obrero nicaragüense, quien enfermó en los barracones en los que vivía con los demás trabajadores, caso al que UNIVERSIDAD también le dio seguimiento.
Según la información oficial dispuesta para la prensa en su sitio en Internet, la cadena hotelera Riu Hotels & Resorts es “familiar”; fue fundada en 1953 en Palma de Mallorca, España y ha establecido sus hoteles “en los mejores destinos de playa” de Europa mediterránea, el Norte de África, el Caribe y Norte y Centroamérica. Destaca además que es la cadena que “más (sic) porcentaje de hoteles construye directamente”.
De acuerdo con esa información, actualizada al 31 de diciembre pasado, la cadena cuenta con 107 hoteles en 19 países -de los cuales el 40% tiene categoría de cinco estrellas- y reportó ingresos por €1.109 millones (más de ¢800.154 millones a ¢721,51 el euro), aunque no especifica en qué periodo.
En 1991 abrió el primer hotel internacional en República Dominicana. En la actualidad en el continente americano cuenta con 33 hoteles en México, Florida, Bahamas, Jamaica, Cuba, Aruba, Costa Rica y Panamá.
En marzo de este año, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) allanó la Municipalidad de Carrillo y -según informó Diario Extra- fueron secuestrados los expedientes municipales en los Departamentos de Auditoría, Secretaría del Concejo, Oficina Ambiental, Catastro y Zona Marítimo Terrestre, tras denuncias que vincularon al hotel Riu por “la destrucción de bosques primarios, manglares, arrecifes, eliminación de quebradas, alteración del estero y construcciones ilegales en la zona marítimo terrestre, según consta en el expediente 003649-09 de la Fiscalía Ambiental”.
Ese mismo mes diversas organizaciones y activistas realizaron el “II Campamento Rebelde en Playa Matapalo”, con el fin de mantener la vigencia pública de las denuncias contra la cadena hotelera.
Edgar Cantón informó que entre los pobladores de Carrillo se ha comentado mucho “toda esta destrucción, primero del manglar y ahora el aparente envenenamiento de los árboles”, y a su parecer “hay que decir ¡basta ya!; está bien que vengan construcciones, pero tienen que respetar la zona marítimo terrestre y la naturaleza”.
“El hotel tiene construcciones en la zona marítimo terrestre; los costarricenses somos pasivos ante toda esta destrucción. He traído a este sitio a gente de la Municipalidad y del MINAET, pero se trata de poderes del Estado manipulados desde la Meseta Central y no hacen nada; mientras tanto, los árboles padecen una muerte lenta”.
MODELO DE DESARROLLO
Paralelo a las denuncias sobre el actual proyecto de construcción de Riu Hotels & Resort, el tema de discusión de fondo es si ese tipo de empresas hoteleras son lo más conveniente para la evolución económica y social de los habitantes de la zona.
Nelly Quirós, del mencionado hotel, sostiene que actualmente apoyan a los trabajadores independientes de la playa, para que conformen la Asociación de Comerciantes de Playa Matapalo, con el objetivo de que a futuro se puedan establecer de forma legal “en un proyecto que tenemos de un pequeño mercado”.
Añadió que el hotel trabaja de la mano con esas personas en la limpieza de la playa, reforestaciones y les ayudan en la gestión de cursos para la zona.
Sobre los beneficios que el hotel implica para las comunidades aledañas, estima que uno de los principales es el empleo, pues “un 62% de nuestros colabores” provienen de esas poblaciones de Carrillo.
Las comunidades beneficiadas más directamente son Nuevo Colón y Artola, con las cuales mantienen diferentes iniciativas. Según dijo, mensualmente el hotel patrocina proyectos para mejorar la infraestructura presentados por los directores o la Junta de Educación de ambas escuelas, y también se imparten charlas de reciclaje y primeros auxilios.
Tras mencionar que se gestiona la formación de grupos de Guías y Scouts en cada una de las comunidades, comentó que “los estudiantes de ambas escuelas nos apoyan en la limpieza de playa y reforestaciones”.
También citó la compra de equipo para riego -durante el verano- de la cancha de fútbol de Artola y la restauración de la cancha de baloncesto de Nuevo Colón. “Colaboramos además con las diferentes fiestas de los niños y niñas de ambas escuelas”, acotó.
Otro aporte es la participación de clientes voluntarios que han ido a la escuela de Nuevo Colón a dar clases de inglés y un grupo de Jazz de la Universidad de New York que ofreció un concierto magistral en la de Artola.
“Para el hotel Riu la educación es la fuente de cooperación, comprensión e implementación de prácticas sostenibles fuertes; por eso trabajamos de la mano de la escuelas de nuestras comunidades aledañas”, insistió.
Por otro lado, el empresario local Frank Chévez -dueño de un restaurante- considera que a la playa Matapalo “a más tardar a fin de año la privatizan y nosotros tenemos la culpa; los beneficios son solamente para ellos mismos; mucha gente me ha manifestado que no puede quejarse de nada, porque pierden el trabajo y conseguirlo en la zona es muy duro”.
Explicó que ha sabido que los trabajadores enfrentan jornadas de hasta 16 horas “sin que les pague una sola hora extra. Si ponen una queja en el Ministerio de Trabajo, el mismo día ya el departamento de recursos humanos sabe quién fue y a qué hora, y al día siguiente tiene su carta de despido”.
“¿Beneficio? Para la comunidad no veo ninguno, sólo esta carretera, pero porque la presión que hicimos fue mucha, ha sido una lucha constante”, puntualizó.
Chévez reconoció que se imparten unos cursos del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) de turismo ecológico, pero los calificó como “atolillo con el dedo que le dan al pueblo”, pues -según dijo- los estudiantes son llevados a Puntarenas y otros sitios a hacer la tesis, ya que “aquí es imposible desarrollar iniciativas con lo que les enseñan”.
Al respecto Eunice Contreras, del Comité Pro Defensa del Agua de Sardinal, cuestionó que cuando se escucha la palabra “desarrollo”, “entendemos que significa crecimiento, pero ¿para cuántos, para quiénes?”.
Recordó que ese Comité se formó ante un proyecto inmobiliario que pretendió “quitarnos el agua” y que actualmente se encuentra “totalmente paralizado por muchas irregularidades que acumularon”. Sin embargo, informó que se mantienen en alerta, dado que “en cualquier momento se podría reactivar; hay mucha corrupción en las instituciones públicas, muchos funcionarios que se han prestado para dar permisos ilegales”.
Cabe recordar que entre los inversionistas de ese polémico proyecto del acueducto en Sardinal figuraron varios donantes de la campaña electoral del expresidente Óscar Arias (ver UNIVERSIDAD del 25 de junio del 2008).
En relación con el hotel Riu, afirmó que no ha significado ningún beneficio, y coincidió con otros entrevistados, en el sentido de que son pocas las personas de la zona de Carrillo y Sardinal que laboran allí.
“Si hubiera trabajo para todos estaría bien, pero con la contratación de mano de obra extranjera se ha desvalorizado la mano de obra nacional, porque les pagan muy poco”, cuestionó.
Además, externó su preocupación por daños ambientales como la destrucción de manglares y el hecho de que playa Matapalo fue un sitio de desove de tortugas marinas, “pero ya no, porque depositaron una capa de lastre muy grande”.
Juzgó toda la situación como “lamentable” y expresó que “no nos oponemos al desarrollo, pero queremos un desarrollo sostenible, bien planificado y armónico con la naturaleza, que sea incluyente”.
Por eso –señaló-, la visión del Comité Pro Defensa del Agua es que la nueva etapa del hotel Riu no se debería realizar, y que si cuenta con el aval de la Municipalidad de Carrillo -“que está a favor de los grandes proyectos”-, entonces es el momento de cuestionar de qué clase de desarrollo se trata y a quién busca beneficiar, “porque Sardinal está excluido, no le dan trabajo a nuestra gente”.
Ante una pregunta directa de UNIVERSIDAD, calificó de nuevo como “lamentable” el hecho de que en su cantón el Partido Liberación Nacional haya ganado las elecciones, porque ello incide en que se promueva un desarrollo inmobiliario que beneficia a grandes transnacionales.
“A raíz de la triste situación que la gente atraviesa, si les ofrecen un saco de víveres o un bono de vivienda les dan el voto, porque piensan que recibirán ayuda; es una manipulación electoral de la pobreza”, reprochó.
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