Abrir Noticia Guardar

Cuente su historia en un documental

Con base en su experiencia de vida, en la que un puntual cambio en la dieta le permitió librarse de una severa enfermedad, Daniel Ross pretende estructurar su próximo documental “Locura, comida, locura”.

Con base en su experiencia de vida, en la que un puntual cambio en la dieta le permitió librarse de una severa enfermedad, Daniel Ross pretende estructurar su próximo documental “Locura, comida, locura”.
A partir de la técnica testimonial, que tuviera su florecimiento en la literatura latinoamericana en los años ochentas y noventas, Ross contará la historia de muchos que se resume en una sola: cómo una sana alimentación o un cambio profundo en ella puede salvar una vida.
Va  por la línea de los “milagros”, así entre comillas, en el sentido de que tratará que la fuerza testimonial sea la clave para que muchos incrédulos se den a la tarea de darle espacio a los pequeños pero significativos cambios.
Pese a que el documental está en ciernes, si se parte de lo que representan los “paratextos” en la literatura, se podría decir que la producción ya comenzó y es con el testimonio del propio director, quien en un breve mensaje, da cuenta del milagro de vida que lo acompaña desde los diez meses de vida.
Él, sostiene Ross, estaba prácticamente desahuciado para la medicina tradicional y un golpe de “suerte” le salvó la vida.
De ahí que, aunque tampoco el documentalista haya definido la estructura definitiva de la producción, es muy probable que siga el modelo que él mismo emplea en la promoción.
Las historias en primera persona tienen la particularidad de poseer mucha fuerza narrativa, tanto en la literatura como en el cine.
INSTRUMENTO PARA SANARSE

En una coyuntura en la que las dietas milagrosas para obesos y para modelos predominan en el mercado, Ross busca centrarse en aquellos testimonios que brinden una esperanza real al que está en la orilla del sufrimiento.
Partirá, entonces, de una base real mediante la que hilvanará una historia de múltiples voces que acrediten la tesis general de que la comida puede servir para la curación.
El sustento filosófico, como se sabe, no es nuevo, dado que los griegos hace más de tres mil años partían de una premisa similar, pero se abre la expectativa sobre la calidad y la cantidad de testimonios que el documentalista pueda obtener.
El objetivo es que la gente que ha vivido una experiencia similar a la de Ross, es decir, la de curarse de una enfermedad contra todos los pronósticos, gracias a un cambio en la dieta, cuente su vivencia.
Si usted tiene interés en dar a conocer un testimonio en la línea en que se desarrollará la propuesta de Roos, puede comunicarse a [email protected]
Ross expresó que espera comenzar la filmación el próximo año y presentar el documental a finales de 2012.
Por ahora, la convocatoria es para aquellas personas que se animen a revelar el hecho de que algún cambio, aunque sea básico, que les haya permitido dar un vuelco positivo en su salud.
La tesis del documental es que la comida no solo sirve para alimentarse de forma elemental, sino que puede ser un instrumento para combatir los males que aquejan a la humanidad.
“Nací con esferositosis hereditaria, un mal congénito de la sangre. A los diez meses de vida y con diez transfusiones de sangre, el doctor le dijo a mi madre que yo era muy débil y que no lo lograría. Mi madre, por consejos de amigos macrobióticos, inclusive de uno de su precursores Misho Kushi, me empezó a dar miso, que es pasta de frijol de soya con arroz fermentado en barriles. Después de consumir miso, nunca más me hicieron transfusiones”, explicó Ross.
Historias como la suya es la que Ross quiere incluir en su documental, el cual tiene el respaldo del Fondo Iberoamericano de ayuda Ibermedia. Este en un principio aportará $15.000 (¢7,5 millones al tipo de cambio actual).
Ross partirá de la premisa de que si a él un “simple” movimiento en la dieta diaria le permitió dar un salto cualitativo en su salud, ese esquema puede repetirse y de esa forma “salvar vidas”.
Aunque se encuentra en las primeras etapas, el director del documental considera que las historias pueden dar para un documental de 52 minutos. Sobre la estructura que podría prevalecer en el espacio, aseguró que desconoce el formato que empleará para organizar las diferentes historias.
“La estructura está por definirse, al igual que muchos detalles de forma, que se podrán determinar una vez que concluyamos la etapa de desarrollo”, dijo.
La forma en que se distribuirá el documental tampoco está definida. En un principio se transmitirá por “Martes al borde”.

  • Jose Eduardo Mora 
  • Cultura
Notas

Este documento no posee notas.