Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El EMU contó con la participación de estudiantes, docentes y administrativos provenientes de distintas sedes y recintos de las universidades públicas del país. (Foto: Katya Alvarado)
Visibilizar el tema del acoso sexual, romper estereotipos de género y cohesionar a las mujeres universitarias para defender sus derechos fueron algunos de los objetivos que presentó el primer Encuentro de Mujeres Universitarias (EMU), celebrado en la Ciudad de la Investigación de la Universidad de Costa Rica (UCR) el pasado 18 y 19 de agosto.
La actividad, coordinada por estudiantes universitarias y el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la UCR, reunió a estudiantes, docentes y administrativas de la Universidad Nacional (UNA), el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), la Universidad Estatal a Distancia (UNED), la Universidad Técnica Nacional (UTN), y la UCR, para discutir perspectivas de género alrededor de las conductas de hostigamiento y acoso sexual en el espacio universitario.
La motivación para realizar el EMU nació de la carencia de espacios reales donde se puedan discutir a profundidad problemáticas que aquejan a las mujeres, según explicó Daniela Chacón, estudiante de Ciencias Políticas de la UCR y miembro de la coordinación del evento.
Chacón aseguró que se busca que el EMU se convierta en un espacio periódico, en el cual se pueda tratar distintos ejes temáticos relacionados con la mujer universitaria; para esta primera ocasión, se vinculó con el tema del hostigamiento y el acoso sexual, debido al poco conocimiento que manejan las mujeres universitarias.
“Pese a que los porcentajes de acoso y hostigamiento dentro de los espacios universitarios son realmente altos y alarmantes, son muy pocos los casos de denuncia que se reciben, porque no estamos acostumbradas a hablar de esta temática por pena”, planteó Priscilla López, estudiante de sociología de la UCR y también miembro del equipo coordinador.
La actividad contó con mesas de trabajo en las que se discutieron mitos y realidades del acoso sexual, para sensibilizar a las participantes en que estas conductas son tan cotidianas, que persiste una tradición de “naturalizarlas” y obviar el derecho y deber de denunciarlas.
Cabe mencionar que las coordinadoras facilitaron el reglamento universitario que regula estas conductas, con el que se analizaron los procedimientos de denuncia, las instancias a las cuales recurrir y las sanciones pertinentes para los estudiantes y empleados universitarios que incurran en estos delitos.
Las coordinadoras del EMU hicieron ver que un fin primordial del foro fue enlazar las distintas universidades en términos de defensa de los derechos de las mujeres universitarias, para crear una red que se reúna periódicamente a tratar temas de género, de modo que exista un sistema de apoyo para las mujeres que reciban un trato desigual, humillante o discriminatorio, dentro de los espacios de las universidades públicas del país.
MUCHOS CASOS, POCAS DENUNCIAS
Silvia Meza, investigadora del CIEM, expuso que los casos de hostigamiento sexual responden a acciones no deseadas en la víctima, que suele en su mayoría pertenecer al sexo femenino, aun cuando sí existen estadísticas que se refieren a casos en hombres, tendencia que responde a construcciones sociales de género y la difusión de un sistema patriarcal y económicamente desigual.
Según una encuesta realizada por este centro ente entre el 2002 y el 2004, un 20% de la población femenina ha sido víctima de estas conductas; sin embargo, entre el año 2000 y 2007 la Comisión Institucional contra el Hostigamiento Sexual (instancia encargada de procesar denuncias de este tipo) recibió un total de 30 denuncias formales, cifra que contrasta con el porcentaje anterior. Meza indicó que usualmente la población docente es la que menos utiliza estos mecanismos.
“La Universidad tiene un mecanismo, el mecanismo funciona, pero a veces necesitamos más apoyo para las chicas que van a denunciar, necesitamos que las compañeras o compañeros sirvan de testigos en los procesos; o sea, sí necesitamos movilizar un poco las denuncias”, aseguró.
Este documento no posee notas.