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El tenista serbio Novak Djokovic se sentó en su silla al lado de la cancha e hizo un gesto de dolor mientras un masajista le manipulaba su hombro derecho. Momentos después, el tenista número uno del mundo reanudó el encuentro, pero sus servicios no tuvieron la potencia que suelen tener; sus débiles golpes de derecha dieron contra la red y fue quedándose cada vez más rezagado en el marcador contra el británico Andy Murray, en la final de Cincinnati, la gran antesala del U.S. Open que se inauguró el pasado lunes.
“Nole”, como se le conoce popularmente a Djokovic en el circuito profesional, tiene marca de 57-2 en el 2011 y desea ganar en Nueva York.
Considerando todas las dolencias y varios problemas que últimamente han causado tropiezos a figuras de alto nivel del tenis, probablemente sea normal que Djokovic no esté al 100% de su nivel, pero de cara al último Grand Slam de la temporada, no dudó en afirmar: “tengo la confianza de que puede recuperarme y estar listo para ganar el torneo”.
El número uno del planeta inició su ruta esta semana enfrentando a Niland, que viene de la fase previa; se supone que ganó, ya ustedes conocen el resultado. Una derrota sería un tsunami para la organización, que ha tenido además decenas de complicaciones por culpa de doña Irene, el huracán que azota al puerto.
Berlocq podría ser el rival de Novak en la segunda ronda, para luego empezar a jugar en serio probablemente ante el temido mata gigantes ruso, Nicolay Davydenko. En los octavos de final, el serbio se podría enfrentar ya a tenistas clasificados entre los primeros 16 del Open. Su eventual rival sería el tenista francés, Richard Gasquet, sembrado número 13 y de una técnica exquisita.
Lógicamente, conforme se avanza en la llave, cada juego se torna más complicado; Djokovic es consciente de que el calendario de la temporada es muy apretado y es normal esperar que en cualquier momento se presente el agotamiento físico, máxime si se arrastra una lesión.
“Aquí en Nueva York puede pasar cualquier cosa; he tenido una temporada maravillosa, con 41 victorias consecutivas y nueve títulos, he ganado dos de los Grandes, Australia y Wimbledon, pero así como abandoné en Cincinnati, puedo abandonar Nueva York”, dijo el serbio, lo que llenó de dudas a sus “fans”.
Sin embargo, el veterano tenista profesional, Jim Courier, hoy analista de CBS, pone las manos en el fuego por “Nole” y lo señala como el gran favorito: “la lesión de Cincinnati no afectará a Djokovic para nada. En absoluto. El es el favorito a dejarse la corona”.
En cuartos de final, Novak podría verse contra dos rivales bien peligrosos: el francés Gael Monfilis o el checo Tomás Berdych y si sobrevive, entra a la recta final del US Open, donde se las verá con Róger Federer o Mardy Fish en semifinales y en la final lo espera uno de estos cuatro gigantes: Soderling, Murray, Nadal o Ferrer.
Rafael Nadal, el campeón defensor, llega al US Open limitado físicamente, con ampollas en su pie izquierdo y los dedos hipersensibles, por una quemadura que se hizo al tocar un plato de cerámica caliente en un restaurante. Además, y en caso de una final Djokovic-Nadal, el español suma una marca nefasta esta campaña con el serbio de 0-5, todas estas derrotas en finales, más otro par de reveses dolorosos en Montreal y Cincinnati.
Y mucho ojo, que nadie descarte a Róger Federer. Este se ha salido de los primeros planos, dejándole los honores a Novak y en parte a Nadal, pero no se pueden olvidar los cinco títulos del US Open que el suizo guarda en sus vitrinas; además, es uno de los grandes que no esta lesionado y lo más peligroso, tiene sed de victoria, porque si no gana el US. Open, vería cortada su racha de ocho años en que al menos, gana un Grand Slam.
Un punto en contra del tremendo Federer es estadístico. Apenas este 8 de agosto cumplió 30 años y el último tenista en ganar un título de Grand Slam después de pasar esa edad fue André Agassi, en el Abierto de Australia 2003.
SERENA ACAPARA
En la llave femenina, el retiro de la vigente campeona, la belga Kim Clisters, que ha ganado el US.Opn en tres oportunidades, abre el terreno para que otras jugadoras aspiren al cetro, entre ellas la número uno del mundo, Caroline Wozniascki; la reactivada María Sharapova que juega un tenis de muy buen nivel; la aguerrida italiana, Francesca Schiavone, una pura sangre, finalista en Roland Garros y campeona de este torneo en 2010; pero los analistas no dudan que la jugadora a vencer es la local, Serena Williams, hoy 29 del mundo, dado su largo tiempo en receso por serios problemas de salud.
La menor de las Williams, con 28 primaveras metidas en su fuerte musculatura, es la tenista activa con mayor número de títulos de Grand Slam ganados, nada menos que 13, incluyendo tres en Nueva York y empieza su recorrido enfrentando a Jovanovski; si gana sigue probablemente contra María Krajicek, una veterana del circuito, y luego en tercera ronda empieza a pelear fuerte ante la cuarta clasificada del Open, la rusa, Victoria Azarenka.
En la cuarta ronda, a Serena la esperarían Jelena Jankovic (11) o Ana Ivanovic (16) para entrar en la recta final del Abierto neoyorquino, seguramente ante la italiana Schiavone. En semifinales, Williams puede vérselas con la revelación de la República Checa, Petra Kvitova, y en la final la puede esperar la carismática María Sharapova.
Al igual que la expectación que causa Djokovic en varones, la arrastra con menor fuerza la primera del mundo en mujeres, la danesa Wozniacki, que el pasado domingo se coronó en New Haven. Pero esta tenista tiene una sombra y es que no gana los Grand Slams. Lo mismo que le sucedía a la cuestionada Dinora Safina, que eran número uno por acumulación de puntos, pero no ganaban los Grandes.
Habrá que esperar como le va a Caroline en Nueva York, donde abre contra la española Nuria Llagostera, si gana va con la rusa Vesnina y luego tiene en el sendero de espinas a Daniela Hantuchova, una veterana de fuste y a la impresionante rusa, Svetlana Kuznetsova. Toda una odisea para Caroline.
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