“Me cae bien la presidenta, siempre tan sencilla.
Me cae bien la doña Laura, la doña Laura Chinchilla.
 
Jugando de sencilla, igual a sus antecesores.
Siempre todos en campaña, con acento de agricultores.
 
Todos en campaña, jugando de campesinos.
Pero en la realidad, ellos son bastante finos.
 
Pero engañan a las masas, y nos tragamos bien la yuca.
Y luego  el garrotazo, que nos meten por la nuca.
 
Y no es la culpa de ellos, los problemas del país.
El problema somos todos, el problemas es de raíz.
 
El problema está en nosotros,  y es la mediocridad.
Jugar de pobrecitos, en nuestra mezquindad.
 
Dejarnos engañar,  por una bola de mentirosos.
Pero somos una bola, una bola de perezosos.
 
El tico es pura paja,  solo es contradicción.
El tico nunca aprende, nunca aprende la lección.
 
Nos dejamos engañar, con hediondas carreteras.
Y nos meten las manotas, en nuestras billeteras.
 
Hediondas carreteras, sin puentes peatonales.
Pero sí hay para un finquero,  y para sus animales.
 
Pasando allá el ganado, ni piden con permiso.
Ahí de fijo que hay más plata, ahí de fijo que hay chorizo.
 
Y la idiotez que hacemos, bloqueando carreteras.
Parados bajo el sol, con cerebro de maceteras.
 
A usted lo atienden mal, y usted nunca reclama.
Y luego al salir, ahí sí,  va haciendo un drama.
 
El tico es así, es la mediocridad.
Y ni para qué hablar,  de la seguridad.
 
Seguridad privada, que siempre nos estafan.
Nunca hacen nada, y de responder se zafan.
 
Hicieron una feria, seguridad y tecnología.
Con un montón de idiotas, sin más psicología.
 
Entre los artefactos, había uno que tira niebla.
Y deja todo el chante, en la pura tiniebla.
 
¿De qué le va a servir, a la gente esa playada?
Es una estupidez, y no va a servir de nada.
 
Peligroso sería más bien, que la confusión desaten.
Y los tombos que hay aquí, entre ellos más bien se maten.
 
Porque ese es otro tema, la porquería de tombos.
Son demasiado idiotas, reclutados ahora en combos.
 
En los últimos graduados, allá en Puntarenas.
Se desmayaron un montón, causándonos más  penas.
 
 
Un montón con cara de tapis, todos gordos y panzones.
Me siento más seguro, les guindan los pezones.
 
Deberían echarles niebla, para que ya no se desmayen.
Para que les tape el sol, y no se despapayen.
 
Y la pobrecita Laura, ella siempre toda mensa.
Le toca soportar, soportar esta vergüenza.”