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Soy partidario de las acciones educativas para solucionar los problemas sociales; tanto la familia, como también del Estado, deben trabajar en forma conjunta e integral, para que nuestros hijos tengan las herramientas necesarias para seguir en las aulas educándose, y esta acción debe ser prioritaria en cada hogar, para asegurarnos una sociedad sana, entendiendo que la educación es la puerta del crecimiento de una nación; “los problemas sociales deben ser tratados de manera integral, y cada quien tiene su cuota de responsabilidad”, debemos invertir en educación.
Según la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), los costarricenses al menos en el año prueban una bebida alcohólica, el 67.8% hombres y el 32.2% mujeres; nuestros jóvenes tienen el primer contacto con el alcohol entre los 15 a 16 años, que según este estudio, el inicio temprano del consumo regular se correlaciona con el abuso del licor en los años subsiguientes; también el 54% de los jóvenes lo consume entre amistades, el 32% porque les gusta y casi el 8% porque en los hogares se les acostumbró; en países desarrollados el consumo de licor no tiene un repunte en algún día en especifico (menos cantidad por ocasión); en Costa Rica, el mayor consumo se da los sábados o días festivos, con consecuencias muy lamentables. Las estadísticas nos dicen que cuanto más se reprime a la sociedad, esta actúa en contra de la imposición de la regulación, civil, penal, jurídica y constitucional; ejemplo de ello es la “LEY SECA”, donde los índices de consumo no disminuyen, se nota una igualdad en consumo; no es que diga que no se debe imponer fuertes sanciones, se deben dar, pero que esta responsabilidad no caiga en el consumidor solamente, debe ser compartida por todas las partes involucradas.
La industria del licor en Costa Rica, sin duda, es una de las más fuertes, su publicidad es agresiva, atenta contra la salud y no respeta edades, nivel social ni económico; esta también es altamente responsable de las muertes en carretera.
Hoy en la Asamblea Legislativa los diputados discuten por la aprobación o no la LEY DE CERO TOLERANCIA, que si bien es cierto creará conciencia en muchos conductores, no eliminarán los casos de abuso de licor; y da risa, y es ridículo hasta dónde llega la creatividad de algunos legisladores como el señor Dip. Carlos Avendaño, quien anuncia una campaña de calcomanías; “QUÉ LEGISLADORES MÁS CREATIVOS TENEMOS”, eso es lo único que se le ocurre; solo son aptos para apoyar alza salarial y una campañita de calcomanías; de verdad que muchos como él deberían estar en otras actividades, velando por su rebaño en su Iglesia. La Alianza Evangélica Nacional no debe permitir que más pastores se involucren en la política nacional, que lo que da es vergüenza.
En varios países, así como en algunos estados de Norteamérica, por ejemplo en Connecticut, se aplica una ley, no solamente para el consumidor, sino para los que lucran con licor; esta es una acción conjunta de todos los sectores: vendedor, consumidor y policía. Esta consiste en que la policía constantemente ingresa a los bares y observan detenidamente en el lugar que no existan personas pasados de tragos; si se identifican en estado etílico ande o no vehículo, se realiza un parte policial con sanción económica en contra del propietario; la reincidencia de la falta con cárcel; de esta manera ayuda a esos países a bajar el índice de accidentes de tránsito, producto de conductores ebrios, ya que los mismos dueños no les venden licor a los que para su concepto ya han tomado suficiente, por el temor a la sanción y cierre del local. En Costa Rica, los bares deben compartir la responsabilidad de los delitos que se comenten producto de choferes irresponsables; los negocios de licor son también responsables, ya que el cliente no ha terminado su bebida y la mesera, la bonita, llega con su sonrisa galopante y voz sensual a ofrecer una nueva bebida, y es comprensible porque el dueño le obliga a la venta masiva, sin importar la condición de esta persona.
Señores diputados, toda acción es buena cuando de preservar la vida se refiere, pero tan responsable es el consumidor como los dueños de los bares; debe existir sanciones sobre este tipo de industria, que por engrosar sus cuentas bancarias, no les importa en lo más mínimo si sus clientes salen cayéndose de la borrachera a conducir sus vehículos.
El Partido Verde Ecologista presentará un proyecto de ley, donde a los dueños de los bares se les obligue a no vender en exceso licor, así como las sanciones que se aplicarán.
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