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Costa Rica se debate entre apoyar a Palestina o abstenerse en la ONU

Aunque Costa Rica reconoció el Estado palestino el 5 de febrero de 2008 y estableció relaciones diplomáticas desde esa fecha, el voto costarricense para la próxima Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) –del 19 al 21 de setiembre- que abordará el tema de la incorporación de Palestina a la organización mundial como estado independiente, es una verdadera incógnita.

Aunque Costa Rica reconoció el Estado palestino el 5 de febrero de 2008 y estableció relaciones diplomáticas desde esa fecha, el voto costarricense para la próxima Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) –del 19 al 21 de setiembre- que abordará el tema de la incorporación de Palestina a la organización mundial como estado independiente, es una verdadera incógnita.
Ante una consulta de este Semanario, el canciller interino Carlos Roverssi afirmó que,  sobre el próximo debate en la ONU, “Costa Rica no ha tomado una decisión, ya que esta se tomará entre la presidenta Laura Chinchilla y el nuevo canciller Enrique Castillo”, quien asume el cargo en los próximos días.
Roverssi evocó la decisión adoptada por el anterior gobierno, del expresidente Óscar Arias, y aseguró que “eso no va a cambiar”, y rehusó hacer cualquier comentario sobre el voto costarricense en la próxima asamblea de la organización mundial.
Esta incertidumbre podría parecer insólita en relación con un asunto de política internacional en que el país como Estado, ya no como gobierno, ha tomado posición, pero sí es obvio que el tema se debate en medio de intensas presiones, según varios analistas.
En los últimos días, entidades relacionadas con la influyente comunidad judía de Costa Rica han desplegado un intenso “lobby” en el entorno diplomático y político costarricense, en procura de que el país se abstenga en la próxima votación de la ONU.
Desde hace días circula en los correos electrónicos de la Cancillería, la Asamblea Legislativa y otros medios de gobierno, un documento  de un autodenominado Comité Pro Abstención de Costa Rica, en que se califica de “ilegal, improcedente e inoportuna” la pretensión de los palestinos de lograr el reconocimiento de su Estado.
“Costa Rica debe reafirmar valientemente, sin complejos ni temores, su liderazgo internacional en materia de paz, neutralidad y democracia. Es por eso que nuestro gobierno y su representación diplomática en la ONU, se deberían abstener en la votación del propuesto reconocimiento del Estado de Palestina y su incorporación como miembro de la ONU”, señala el documento, en el que no aparece ninguna firma responsable.
Por otra parte, sectores que simpatizan con la causa palestina piden al Gobierno que vote favorablemente el reconocimiento, posición que hasta el momento cuenta con el respaldo de 124 países de todo el mundo.
Entre estos sectores se encuentra el Centro de Amigos por la Paz, cuyo presidente, Francisco Cordero, considera que en estos momentos se libra una pugna interna dentro del Gobierno, entre quienes promueven el voto afirmativo y los que defienden la abstención.
PEDIDO AL CONGRESO
“Tenemos la información de que el nuevo canciller (Enrique Castillo) tiene una posición de respeto a la postura tradicional de Costa Rica que respalda la coexistencia de ambos Estados, posición que se ha mantenido desde 1947”, señaló Cordero.
Sin embargo, hay presiones fuertes –reconoce -, que se ejercen desde la cúspide misma del Gobierno, donde están posicionados prominentes miembros de la comunidad judía, como son los casos del segundo vicepresidente de la República, Luis Liberman, o el diputado socialcristiano Luis Fishman.
Además, “el embajador de Costa Rica en Tel Aviv, Rodrigo Carreras, es conocido ampliamente por sus posiciones favorables a la posición judía”, lo cual podría indicar un cambio en la actitud oficial de Costa Rica frente al tema, durante la actual administración de la presidenta Laura Chinchilla.
La agrupación encabezada por Cordero ha hecho una petición a la Asamblea Legislativa, en el sentido de que emita un voto de apoyo a la creación del Estado palestino, “para que no se mueva esa posición que ya fue adoptada en el pasado gobierno”.
No obstante, las posiciones en torno a este tema están divididas. Mientras el Partido Acción Ciudadana y el Frente Amplio ven con buenos ojos la petición, el Partido Unidad Social Cristiana está dividido entre los diputados afines a Fishman -que defiende la posición israelí- y los diputados cercanos a Walter Céspedes, que tienen la posición contraria.
En el Partido Liberación Nacional, los criterios también están divididos, señaló Cordero, quien ha mantenido reuniones con varios legisladores en busca de apoyo a su iniciativa.
Por su parte, el excanciller Bruno Stagno publicó recientemente un documento en el que afirma que, “si de apego al derecho internacional se trata”, la administración Chinchilla “solo puede inclinarse a favor del Estado de Palestina”.
“Este es un tema en el cual no se vale ausentarse o abstenerse”, manifestó el excanciller durante cuya gestión se establecieron relaciones con la Autoridad Palestina (ver posición de Stagno en artículo adjunto).
 

 
La controversia
La Asamblea General de la ONU se reunirá del 19 al 21 de setiembre para un asunto que “rompe la rutina”: la petición de Palestina de ser reconocida como Estado independiente e incorporada a la organización como miembro con plenos poderes.
La Autoridad Palestina ha pedido a la comunidad internacional que se reconozca el Estado Palestino con base en las fronteras según la situación de 1967, incluyendo la integridad de Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza.
Un total de 124 países han respaldado esta pretensión, a la cual se opone Israel con toda su maquinaria diplomática y, sobre todo, con el apoyo de Estados Unidos, que podría ejercer su derecho a veto en el Consejo de Seguridad  de la ONU, para revertir la decisión de la mayoría.
El excanciller Bruno Stagno señaló recientemente en un artículo publicado en un medio nacional, la existencia de dos informes importantes que abonan a la posición palestina.
Uno de ellos es el “Informe de Monitoreo Económico”, presentado al Comité Ad Hoc de Enlace y publicado por el Banco Mundial el 21 de setiembre de 2010, el cual reafirma que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) “está bien posicionada para el establecimiento de un Estado en cualquier momento en el futuro cercano.
El segundo informe, del coordinador especial para Oriente Medio, Robert H. Seery, del 13 de abril de 2011, señala que dentro del limitado territorio bajo su control, y dentro de las limitaciones en el terreno impuestas por temas políticos aún sin resolver, la Autoridad Palestina ha acelerado el progreso hacia la mejora de las funciones gubernamentales, las cuales ahora son suficientes para un gobierno funcional propio de un Estado”.
“La paciencia de los palestinos ya está agotada. A medida que pasa el tiempo y avanzan los asentamientos construidos por Israel más allá de la línea verde de 1967, más se reduce territorialmente lo que supuestamente le corresponde a Palestina”, señala Stagno.
La reacción de Israel ha sido la de calificar el inminente reconocimiento de la ONU a Palestina como una “maniobra unilateral”.
La paz entre Israel y el mundo árabe, en particular Palestina, “resultará de un acuerdo mutuo y no de maniobras unilaterales ni de una imposición de la comunidad internacional”, señala un documento elaborado y distribuido por el Comité Pro Abstención de Costa Rica.
Sin embargo, el diálogo bilateral se ha complicado en tanto Israel establece como condición -para aceptar la formalización del Estado palestino-, la exclusión de Hamás, una organización político-militar de corte radical que controla parte del territorio palestino.
“La organización terrorista Hamás se niega a reconocer la existencia del Estado de Israel y, más bien, procura su destrucción con las armas. En abril pasado Hamás oficializó un acuerdo de unión nacional con el Fatah, para formar parte de la Autoridad Palestina. Por lo tanto, un reconocimiento del “Estado de Palestina” significaría un apoyo implícito a una entidad que ahora tiene un socio de carácter terrorista, en lugar de un “Estado amante de la paz”, como lo requiere el Reglamento de la ONU para la admisión de nuevos miembros”, señala el documento del mencionado Comité.
En el fondo, Israel ha intentado por todos los medios posponer la formalización de Palestina como Estado, mientras expande sus fronteras a costa del territorio que correspondería a los palestinos. La creación de nuevos asentamientos en tales territorios es una prueba contundente de esa estrategia.

  • Óscar Núñez Olivas 
  • País
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