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El artista Luis Tenorio transgrede la historia bíblica de la Verónica en su exposición “Divinos Rostros. Reliquias Altermodernas”. (Foto: cortesía de La Zona de Entrenarte)
Así como la Verónica enjugó el rostro de Jesús mientras iba camino a su muerte con un sencillo pedazo de tela, el artista Luis Tenorio se apropia de este acto para discurrir en una serie de metáforas plasmadas en una colección de acrílicos sobre tela titulada “Divinos Rostros. Reliquias Altermodernas”, que se está exponiendo en la Zona de Entrenarte, en Santa Ana.
Con una escasa museografía, el pequeño espacio del sitio albergará hasta el próximo 31 de octubre este ensayo pictórico de Tenorio, quien coloca de igual de igual al político, al artista, a la estrella futbolera, a la mujer y hombre que camina cotidianamente por nuestras calles. En este trabajo, en términos de la humanidad y la divinidad de cada uno, no hay clases, solo divinidades.
Luis Tenorio presenta al escrutinio público esta obra, en la que se descubre como un artista de pincelada fuerte que confirma que al final del día, o al momento de la muerte si se piensa más profundamente, lo verdaderamente valioso del acto creativo es compartir con los demás el proceso reflexivo que originó obras.
“Mi concepto de ‘anatomía del retrato’ propone la deconstrucción de mis proyecciones sobre el modelo: a veces sujeto, a veces objeto. Nuestra estructura mental está modelada para mirar al otro según nuestros valores, de forma que la representación del retratado, ‘del otro’, siempre está investida de los juicios, temores o deseos del artista”.
En exposiciones anteriores, Tenorio abordó el retrato desde otras vertientes, lo mismo que su análisis de las metáforas religiosas que sustentan una parte significativa del imaginario latinoamericano. En el 2009, presentó en la Galería Nacional su instalación “¿Amén?”, y un año después otra titulada “¿Oramos?”.
Para Tenorio, el tema del retrato es recurrente en la propuesta teórica de sus anteriores exposiciones. “Sujeto y objeto se funden en multiplicidad de identidades, que surgen de la relación que yo como artista construyo, reconstruyo y al final deconstruyo sobre el modelo, el que también es a su vez el objeto representante de un género, anónimo personaje portador de sus propias historias que borro a través de mis percepciones de él como destinatario de mis fantasías, a veces y emisor de sus realidades, otras”.
Con pericia y con un claro mensaje al espectador, los “Divinos Rostros” de Luis Tenorio son una prueba que el artista sabe su oficio. Sin duda, se perfila como una de las figuras predominantes en la plástica costarricense de los próximos años.
EL MITO FRENTE A LA METÁFORA
La primera sensación del visitante a La Zona de Entrenarte es que del techo y las paredes cuelgan unos pedazos de tela blanca, y sobre ellos una colección de rostros de costarricenses de las más diversas procedencias, desde las distintas etnias que comparten esta nación y hasta personajes políticos de mayor o menor aceptación en las encuestas.
“Estas reliquias altermodernas, a lo Bourriaud, como llama Tenorio a sus retratos diversos y multiculturales, apuntan al catolicismo como un ethos (una comprensión común entre todas los niveles socioeconómicos y culturales de Costa Rica, una experiencia compartida que vive de su constante memoria), pero lo secularizó al apoyar esa experiencia en una acción participativa, solicitando a todos los “amigos” de las redes sociales, principalmente de Facebook, que publicaran en el muro de La Zona de Entrenarte sus fotos para convertirse en ‘Divinos Rostros’, recibiendo por lo menos cincuenta imágenes de las que seleccionó varias; otras, fueron tomadas del natural en parques urbanos y de apuntes y fotografías de rostros de personas (conocidas o desconocidas) hechas por él mismo”, explicó Marcela Valdeavellano, curadora de la muestra.
Solo toma unos minutos para que los referentes culturales se activen, aún para quienes no profesan la religión católica. La historia de la Verónica que limpia el rostro de Jesús asalta la mente, y la lectura del trabajo de Tenorio toma un giro.
“La leyenda del velo de la Verónica se remonta al siglo XII. No deja de ser curioso que el mismo nombre de Verónica signifique ‘Verdadera imagen’. Mi leyenda empieza donde termina la de la Verónica; pinto lienzos sin marco ni límites de ningún tipo, que representan los rostros de todos, pobres, ricos, feos, bonitos, niños, niñas, viejos, mujeres, hombres, políticos, artistas, locos, empresarios, lavanderas, pulperas, guardas, campesinos, pero todos, son ‘Divinos Rostros’, porque como dijo Leonardo Boff, todos nosotros somos seres de luz”, dijo el artista.
Para el próximo 21 de setiembre, entorno a esta exposición, la galería organizó el coloquio “Religión y Libertad”, con la participación del poeta Carlos Bonilla y la presencia de Tenorio. La Zona de Entrenarte está ubicada en Lindora, Santa Ana, en el Centro Comercial Vía Lindora, 100 metros al norte del restaurante Mac Donalds. Para reservar los espacios debe llamarse el teléfono 2205-4320.
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