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Hacia un modelo de producción social y ambiental responsable de piña en Costa Rica

Costa Rica es el principal exportador de piña del mundo. Tenemos 50 años de experiencia en el cultivo (cayena lisa, champaca, golden). Más de 45 mil hectáreas en producción distribuidas en 21 cantones ubicados en la Zona Norte, Caribe y Pacífico. Cerca de 1250 productores pequeños, medianos y grandes. El 35% esta en manos de empresas transnacionales y el 65% son productores independientes agrupados en cooperativas y asociaciones.

Costa Rica es el principal exportador de piña del mundo. Tenemos 50 años de experiencia en el cultivo (cayena lisa, champaca, golden). Más de 45 mil hectáreas en producción distribuidas en 21 cantones ubicados en la Zona Norte, Caribe y Pacífico. Cerca de 1250 productores pequeños, medianos y grandes. El 35% esta en manos de empresas transnacionales y el 65% son productores independientes agrupados en cooperativas y asociaciones.
Exportamos el 52% a la UE, 48% EUA. Costa Rica exporta el 31.9% de piña en el nivel mundial. En el 2010 las ventas al exterior suman $752 millones. El sector genera 27.500 empleos directos y 110 mil indirectos. En cuanto a los empleos directos, cada empleo tiene ingresos de más de  ¢230.444.28 mensuales más o menos $400 al mes y cuentan con todos los derechos laborales.
La piña es un producto estrella, una vaca lechera, un producto que da rentabilidad. Pero hay dilemas. El principal: “disminuir los impactos ambientales y sociales negativos del cultivo de piña”.  En ese sentido, un modelo y una estrategia de producción y comercio responsable de la piña desarrollado en corto plazo (5 años) es la mejor solución.
Ese modelo debería ser guiado por el principio de sostenibilidad (éxito comercial, desarrollo económico y social, protección del medio ambiente y estabilidad de la sociedad). Este principio debería estar conducido por argumentos empresariales en el cual se desarrollen los factores de sostenibilidad que son: Gestión empresarial e implicación (Gestión empresarial y dirección- Implicación de los interesados), Orientación Ambiental (Mejora de los procedimientos ambientales- Productos y Servicios Ambientales), Desarrollo socioeconómico (Crecimiento económico local- Desarrollo Comunitario- Gestión de los Recursos Humanos) y que se deben mezclar con los factores de éxito empresarial (Crecimiento de los ingresos y acceso a los mercados, Ahorro de Costos y productividad, Acceso a capitales, Gestión de riesgos y aceptación social, Capital Humano, Valor de marca y reputación).
Al mezclar los tres, desde allí podríamos avanzar a un Sello –País de Sostenibilidad para el Sector de la Piña certificado nacionalmente por auditoría externa unificada guiada por criterios objetivos, imparciales, competentes por parte de CANAPEP, MAG, PROCOMER, MCE, MINAET, PNUD, ICCO.
En conclusión, si bien es cierto que en todas las actividades empresariales, no hay garantías de que la mejora del desempeño ambiental, social o de la gestión empresarial conduzca al éxito, poder reconocer los riesgos y aprovechar las oportunidades será cada vez más importante a medida que se acelere en el camino de la sostenibilidad que es el camino de la  coeficiencia. Para el sector de piña costarricense, el tiempo de la acción es aquí y ahora.

  • Luis Gilberto Martínez Sandoval (Licenciado en Relaciones Económicas Internacionales)
  • Opinión
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