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UCR implantará uso de software abierto

Un acuerdo emitido por el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) promoverá el uso de programas informáticos (software) abiertos (sin costo monetario y reformable) y los recursos ahorrados se destinarán para comprar las licencias informáticas especializadas que sí sean necesarias.

Un acuerdo emitido por el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) promoverá el uso de programas informáticos (software) abiertos (sin costo monetario y reformable) y los recursos ahorrados se destinarán para comprar las licencias informáticas especializadas que sí sean necesarias.
Cabe mencionar que al software comercial se le llama privativo, porque no solo hay que pagar por su licencia, sino también porque no puede ser modificado ni distribuirse ilimitadamente, algo que sí puede hacerse con el abierto.
Alonso Castro, miembro de la Comisión Institucional de Equipamiento del Centro de Informática, dijo que el primer paso de esta emigración es reducir las licencias de Microsoft Office a las alternativas libres de OpenOffice y LibreOffice, meta que esperan cumplir para el año 2013.
Según el acuerdo, con la sustitución se utilizarán los formatos abiertos Open Document Format (ODF), que es un estándar ISO, que permiten al usuario apropiarse de los contenidos de sus documentos, en lugar de tener que compartirlos con corporaciones de software (como sucede en los formatos de Office).
Este primer traslado significará para la UCR un ahorro anual de ¢60 millones en licencias. Estos serán reinvertidos en software especializado, como por ejemplo el programa JAWS, que permite la lectura de textos digitales para personas no videntes, o en esfuerzos de adecuación de los programas libres a las necesidades específicas de sus usuarios (por ejemplo, en el uso de bases de datos).
Castro señaló que al no ser esta una disposición impuesta, el siguiente paso es analizar el resto de programas privativos que pueden ser sustituidos por alternativas libres, que cumplan las mismas expectativas, según criterios de expertos asignados por área. Asimismo, para aquellos programas propietarios que no tengan un equivalente real en software libre, la UCR seguirá invirtiendo en las licencias que sean necesarias.
“Se seguirán comprando la cantidad de herramientas que se ocupen para ellos; pero, para aquellos que no van a sacarle el máximo provecho a la herramienta, vamos a sustituirlo con software que hace lo mismo, pero libre”, explicó.
EQUILIBRIO DE SOFTWARE
En la búsqueda de un balance entre software privativo y libre, el Centro de Informática definió tres bandas de uso de programas de computadora. La primera banda es la de software libre, es decir, programas que tienen equivalentes en la alternativa de licencia libre y en los que se hará un traslado completo, como los programas de Ofimática.
La segunda es la banda de software especializado, donde se invertirá el dinero que se ahorre de la primera, como JAWS (para personas no videntes), SPSS (programa de estadísticas) o sistemas de información geográfica como ArcGIS. Para esta banda, se busca explotar sobre todo el sistema de distribución “campus”, para que la institución pueda proveerle tanto a unidades académicas como a docentes y estudiantes los paquetes de software, sin un costo extra para estas personas ni para la institución.
Mientras tanto, la tercera banda es en donde conviven aplicaciones de licencia cerrada y abierta, como por ejemplo bases de datos que hagan uso de plataformas como JAVA, que es un software libre.
Por su parte, el director del Centro de Informática, Abel Brenes, asegura que a la hora de aplicar esta disposición van a tener que enfrentar una “barrera cultural” de educación basada en software privativo.
Sostiene que, para aceptar este cambio, es importante dejar de comparar las interfaces y funciones de los programas como si fueran realmente equivalentes, y empezar a apreciar los programas de liberados por sí mismos.
“La idea es pensar en un modelo de convencimiento. Primero, hay que indicarle a los usuarios que a nivel de formatos no hay problemas como los que había antes; el software libre ha tenido que desarrollarse y madurar”, comentó.
Brenes asegura que la idea es impulsar un cambio de manera voluntaria y facilitar a la comunidad universitaria capacitaciones y espacios de aprendizaje, para que logren acostumbrarse a este cambio tecnológico desde el momento mismo que ingresan a la institución.

  • Natalia Díaz Zeledón 
  • Universitarias
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