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Recordando a Rodolfo Cerdas

Con profundo dolor recibimos la noticia del fallecimiento de quien fuera nuestro profesor en la Escuela de Ciencias Políticas, el Dr. Rodolfo Cerdas Cruz. Quizás uno de los primeros recuerdos que tenemos de este connotado politólogo está ligado a la televisión; él dirigía el programa “Foro 2”, donde se analizaba la situación política de América Latina. Desde ese momento percibí cómo mis mayores admiraban el análisis de don Rodolfo.

Con profundo dolor recibimos la noticia del fallecimiento de quien fuera nuestro profesor en la Escuela de Ciencias Políticas, el Dr. Rodolfo Cerdas Cruz. Quizás uno de los primeros recuerdos que tenemos de este connotado politólogo está ligado a la televisión; él dirigía el programa “Foro 2”, donde se analizaba la situación política de América Latina. Desde ese momento percibí cómo mis mayores admiraban el análisis de don Rodolfo.
No imaginaba yo que muchos años después, a la hora de matricular los cursos más avanzados de la carrera de Ciencias Políticas, me iba a corresponder el honor de ser alumno del profesor, más que profesor maestro, Cerdas Cruz.
Es así como ese semestre, me encontraba yo a punto de iniciar el “Taller de Estudios Comparativos de América Latina”. Don Rodolfo venía precedido por su capacidad intelectual; quien esto escribe ya había escuchado a otros compañeros que habían llevado el curso, sobre su amplio conocimiento, su habilidad expositiva, y su rigurosidad académica.
Pues allí estaba yo, en el aula respectiva, esperando al profesor Cerdas. Puntual, entra este hombre, saluda, posando su mirada sobre el grupo de estudiantes, solicita permiso para quitarse el saco y punto seguido dice: “Me corresponde a mí impartirles este curso, pueden ustedes llamarme profesor don Rodolfo”.
Y allí comenzó la aventura de recibir la enseñanza de tan prestigioso académico: la diferencia entre la política, lo político y la Ciencia Política; la diferencia entre comentario político y análisis político; luego pasó a abordar de manera enfática el concepto de Estado, sobre todo en su capacidad de integración; el tema de la democracia, no como producto acabado (cosa que en Costa Rica es creencia común); y un tema que resultó central en el curso: la globalización.
Don Rodolfo era un profesor con gran apertura para la discusión, no solo ante las dudas de sus alumnos, sino, para abordar algunos de los temas de sus escritos. En más de una ocasión, a petición de sus alumnos, profundizó no solo tesis centrales de sus artículos, sino también, anécdotas o historias con los que los ilustraba.
De igual manera, era evidente su paciencia para aclarar conceptos que podíamos no tener claros o líneas de argumentación que no resultaban correctas; esto, pese a que en ese proceso debiera pasarse por debates con cierta carga de terquedad.
Una de las características de don Rodolfo en este curso, era su prácticamente atención personalizada para cuidar los detalles en la elaboración del trabajo final. Él preguntaba el tema que queríamos tratar y a partir de allí, afinaba una estrategia que permitiera el uso de las categorías que se veían en clases.
Pues bien, he dicho que uno de los temas principales de esa materia, era la globalización. Para estudiarlo leímos un texto de don Rodolfo que reunía dos trabajos bajo el título: “América Latina. Globalización y Democracia” (Cuaderno 97 de FLACSO).
Este texto, ha sido de lo mejor que hemos leído sobre el tema. Ningún autor que habíamos leído tocaba con tal integralidad el de la globalización. Era definitivo, estábamos ante un trabajo esencial para comprender el fenómeno en estudio.
Basados en ese documento escribimos un artículo para un boletín relacionado con una central sindical de nuestro país, artículo que fue censurado por sostener la idea de lo implacable de la globalización y la práctica imposibilidad de oponerse a él.
Una tarde, en los pasillos de la Facultad de Ciencias Sociales, me encontré a don Rodolfo y le conté lo sucedido. Él me dijo que era lamentable que los grupos de presión no entendieran el contexto en el que se desenvolvían y me motivó a seguir adelante en una línea de análisis político crítico.
Poco después de jubilarse, la Asamblea de Escuela decidió hacerle un pequeño pero sentido homenaje no solo a él, sino, a otro gran profesor: don Ronald Fernández Pinto. Gracias a Dios pude ser testigo de ese evento como uno de los representantes de los estudiantes ante esta estructura.
También más adelante, pudimos trasmitir para dos emisoras, la conferencia que el maestro pronunciara el 2 de junio del año 2000, en razón de la dedicatoria que se le hiciera de la II Semana Nacional de la Ciencia Política.
Para quien esto escribe, es un orgullo haber formado parte del último grupo de estudiantes  a los que el profesor Cerdas les diera clases en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica.

  • Ocean Castillo Loría (Directivo de Consumidores de Costa Rica)
  • Opinión
Democracy
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