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Aciertos del “kirchnerismo” darán triunfo a Cristina Fernández

La presidenta Cristina Fernández parece encaminada a un cómodo triunfo en las elecciones del próximo 23 de octubre en Argentina, después de haber logrado más del 50% de los votos en las primarias realizadas a mediados de agosto pasado.

La presidenta Cristina Fernández parece encaminada a un cómodo triunfo en las elecciones del próximo 23 de octubre en Argentina, después de haber logrado más del 50% de los votos en las primarias realizadas a mediados de agosto pasado.
Para ganar en la primera vuelta, un candidato debe obtener más del 45% de los votos válidamente emitidos. La otra alternativa es que obtenga el 40% y una diferencia mínima del 10% respecto al candidato que lo sigue.
Todas las encuestas parecen indicar que las elecciones se resolverán en primera vuelta, asegurando así un nuevo período en el cargo para la presidente argentina.
Quizás por eso, la consigna de su campaña es “no hagan olas”, mientras la mandataria destaca la buena marcha de la economía y los logros sociales de su gobierno.
Esos éxitos parecen aun más relevantes cuando se cumple una década del default argentino, hoy citado reiteradamente por dirigentes políticos y autoridades económicas europeas, ante la amenaza de que Grecia se vea afectada por una situación similar.
En todo caso, el ejemplo argentino contrasta con el camino adoptado por las autoridades europeas, quienes pidieron al Gobierno de Atenas medidas de recortes presupuestarios tan drásticos, así como la venta de empresas públicas ‒esto aumentó las protestas en Grecia y ponen en duda que se pueda lograr finalmente algo así‒.
“La contundencia del voto a Cristina es una respuesta por parte del pueblo a los aciertos que supo tener el ‘kirchnerismo’ –como sector más lúcido de las clases dominantes argentinas– en la adopción de medidas acordes a la situación del capitalismo nacional y mundial, así como a su habilidad para generar un diálogo con las expectativas y necesidades populares”, estimó un analista argentino.
Para Raúl Isman, académico de la Universidad de Buenos Aires con más de una quincena de libros publicados, entre los que destaca “Los Piquetes de La Matanza” (2004), “el proyecto de Kirchner es desarrollista. Nosotros le decimos nacional y popular también. Nacional, porque se sostiene sobre un Estado fuerte donde las decisiones no las toma el Fondo Monetario Internacional ni el Banco Mundial, sino que se toman dentro del país y en función del crecimiento propio. Y popular porque beneficia al pueblo”, estimó.
Entre los logros del Gobierno citó el control del desempleo, que está actualmente en 7%, “muy cerca del desempleo friccional, aquel que no baja nunca y que es de un 5%. Cuando Néstor Kirchner, entonces esposo de Cristina, asumió la presidencia, la cesantía era de un 25%”.
Isman destacó, también, que Kirchner renegoció la deuda externa. “La pagó, pero con dos condiciones fundamentales: apuntando al desendeudamiento, para independizarse de los poderes mundiales, y pagando en pesos argentinos. Antes de Néstor, Argentina debía una vez y media su Producto Interno Bruto, y hoy debe la mitad de su PIB.”
RIVALES
Cristina Fernández se va a enfrentar a otros seis candidatos a la presidencia. El que aparece en segundo lugar en las preferencias es Ricardo Alfonsín, de la Unión para el Desarrollo Social (UDESO), hijo del expresidente Raúl Alfonsín. Lo siguen el expresidente Eduardo Duhalde (2002-03), del Frente Popular; Hermes Binner, del Frente Amplio Progresista (FAP); Alberto Rodríguez  Saá, del peronismo disidente; Elisa Carrió, de la Coalición Cívica; y Jorge Altamira, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, de orientación trotskista.
Alfonsín plantea que “la mitad del país quiere un cambio, y ese cambio somos nosotros”, y reclamó al Gobierno “rápidos cambios” en la política nacional para evitar que la crisis mundial “complique seriamente” al país.
Duhalde disputa a Alfonsín el papel de líder de la oposición. “Ningún viento me lleva para otro lado, yo soy la oposición convencida”, aseguró la semana pasada, al iniciarse la campaña, en alusión a los cambios de dirección de su rival.
Binner, por su parte, no abandona el sueño de llegar segundo, por lo menos en Buenos Aires, donde el FAP “podría alzarse con el senador por la minoría, desplazando a peronistas disidentes y radicales”.
Los jefes de campaña de Rodríguez Saá se plantean también “desmoronar el concepto equivocado de que Duhalde es el vocero de la oposición” y trabajar la imagen de su representante “como el único líder”.
Finalmente, Altamira pone el énfasis en una serie de demandas sociales, entre ellas “la lucha por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar por ocho horas de trabajo; el fin de la tercerización y toda forma de precarización laboral; y la nacionalización de las privatizadas, bajo control obrero”.
ECONOMÍA BAJO CONTROL
Cristina Fernández concluye su gobierno con una economía estable, pero no inmune a la crisis internacional y, especialmente, a lo que ocurra con la economía de su principal socio comercial, Brasil.
El presupuesto enviado la semana pasada al Congreso contempla un crecimiento de 5,1% el año próximo y una inflación de 9,2%. El saldo de la balanza comercial, que algunos analistas calculaban en cinco mil millones de dólares, fue estimado finalmente en casi $8,6 mil millones.
Otro aspecto importante es el gasto público, que tendrá un crecimiento del 18,8%. Un 60% del presupuesto estará destinado a servicios sociales, como salud, asistencia social, educación, vivienda, agua potable y otros.
Pero ese panorama, relativamente optimista, se enfrenta a otro desafío. “Más que el eventual desenlace de la crisis económica en el mundo industrializado, Argentina observa con moderada preocupación la desaceleración de la economía de Brasil, un socio clave para su desarrollo”, afirman los analistas.
«El 40% de las manufacturas industriales argentinas se venden a Brasil”, un destino comercial particularmente importante para la industria automovilística argentina.
El escenario social es otro aspecto que explica la popularidad de la mandataria.
Todavía hay gente que vive en la calle, dijo Raúl Isman, “pero no está muerta de hambre”.
Por otra parte, agregó, “el derecho a educación gratuita opera en los tres niveles de la enseñanza”. “El sistema de salud es muy complejo. Se gasta mucho en el área. Existen hospitales nacionales, provinciales y municipales. Son gratuitos, pero hay ciertos problemas con las listas de espera”.
Y en cuanto a la seguridad social, “en la medida en que ha aumentado la industrialización crece el sindicalismo. Y la seguridad social tiene una pata en los sindicatos a través de sus obras sociales y beneficios. El 50% de los trabajadores ‘en blanco’ está sindicalizado y, por tanto, tienen acceso a diversas prestaciones. Fernández estatizó las jubilaciones y las pasó a la Administración Nacional de Servicios Sociales (ANSES). Ello permite que dos veces al año se les aumente la jubilación a las personas. El mínimo jubilatorio está en $400” y los servicios básicos –concluyó–  “están subsidiados y parte de ellos, reestatizados.
Las críticas vienen de quienes estiman que el Gobierno negocia poco con los adversarios políticos, manipula las estadísticas económicas, o avanza hacia la consolidación de un modelo productivo cada vez más orientado hacia la concentración de la tierra y la producción de soya.
Finalmente, los electores argentinos harán un balance del Gobierno de su presidente y decidirán si le renuevan su confianza en las urnas el próximo 23 de octubre.

  • Gilberto Lopes 
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