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La Universidad de Costa Rica brinda espacios para la difusión del pensamiento, es además centro y crisol de ideas que deben ser debatidas con el fin de mejorarlas. La UCR es, entonces, un centro académico, en donde todas las personas que trabajamos en ella, nos debemos a mejorar cada día los espacios de sana discusión de las diversas ideas que cada día, por ventura, salen desde todos los rincones de nuestra “Alma Máter”. Sin embargo, algunas discusiones toman matices bastante delicados para espacios universitarios que son tan frágiles ante la opinión pública y que definitivamente mueven a reflexión.
Este es el caso de la destitución del señor vicerrector de Investigación y la información periodística que se ha generado al respecto. No queremos, ni es nuestro deseo, analizar las razones por las cuales dicha destitución ocurrió. Nos interesa llamar a la reflexión en torno a la coyuntura en la cual se da por cuanto la persona afectada se sabe, tiene aspiraciones electorales a la Rectoría de la Universidad de Costa Rica. Por lo tanto, y analizando los diversos comentarios surgidos en consecuencia, se podría entender que de alguna forma esta situación podría haber tomado matices electorales, los cuales se estarían presentando mucho tiempo antes de que oficialmente el proceso electoral de inicio. Por lo tanto, cabría discutir si es conveniente o no de que personas que están en estos puestos clave de la universidad y en ejercicio de sus funciones tengan aspiraciones electorales ya que nos preguntamos: ¿Puede esto generar distracción en sus funciones? ¿Puede esto ir en detrimento del quehacer universitario? ¿Puede esto trastocar la implementación o el desarrollo de procesos internos necesarios para mejorar actividades o servicios propios de la unidad que la persona precide? ¿Puede esto alterar de alguna manera las decisiones al más alto nivel de la institución? ¿Puede esto generar tensiones y fisuras peligrosas dentro del bloque rectoral de turno, afectando decisiones de interés para la institución?
Ya que está próximo un nuevo Congreso Universitario, el tema de la elección a la rectoría debe plantearse de manera seria y precisa. Es nuestra opinión que se debe reflexionar en torno a la conveniencia o no, de que se postulen a la Rectoría personas que al momento estén ocupando puestos jerárquicos vitales dentro de la estructura orgánica de la institución. Se debe considerar también si es contraproducente o no para los intereses universitarios, que la persona jerarca renunciara a su puesto para tales fines.
El Estatuto Orgánico no contempla ninguna norma ante esta situación; es por eso que compete a la Comisión de Revisión del Estatuto Orgánico del Consejo Universitario analizar a profundidad este tema que se perfila de gran interés para toda la comunidad universitaria.
Es nuestro deseo que nuestra querida “Alma Máter” sea ejemplarizante y que no se convierta en un reflejo de lo que ocurre en la política en el nivel nacional. Hacemos votos para que se plantee un espacio sano de discusión con el fin de establecer las ventajas y desventajas de estos procederes y hechos que últimamente ocurren en nuestra Universidad.
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