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El ingeniero forestal Óscar Lücke fue homenajeado por la Escuela de Geografía de la UCR, por su trayectoria en temas de gestión de recursos ambientales.
La ausencia de políticas de ordenamiento territorial y el uso desmedido de recursos son parte de las causas de una mala preparación ante el fenómeno del cambio climático, según explicó Óscar Lücke Sánchez -docente pensionado de la Universidad de Costa (UCR)- en su conferencia “Impacto del cambio climático en los recursos hídricos de Costa Rica”.
El ingeniero forestal explicó que estas medidas son necesarias para una eficaz mitigación y adaptación ante el fenómeno de la crisis climática que amenaza al planeta y al país, y para conocer cómo administrar los territorios eficientemente.
Lücke señaló la postergación, en los planes nacionales de desarrollo, de una política estructurada en términos de organización territorial, de administración de tierras y de cuencas del país, que incluye el presente el plan de desarrollo actual. Este último, pese a dedicar un único capítulo al tema, no ha sabido invertir esfuerzos en ejecutarlo.
“Dicen que hay que comprar un programa de ordenamiento territorial que junte el eje ambiental y el eje social; ¿dónde está ese programa? Ya llevamos dos años (del presente gobierno) y no hay programa”, lamentó.
Entre otras circunstancias que deben ser solucionadas, el especialista mencionó la existencia de una Ley de Aguas que data de 1942 y cuyos esfuerzos por actualizarla se han entrabado en el aparato legislativo durante los últimos nueve años, por lo que Lücke atribuye la situación a “intereses” ligados a los recursos hídricos.
“Tenemos en este país muchas compañías que no están siendo éticas y que vierten sus residuos a las agua de los ríos y que utilizan aguas subterráneas y pagan un canon risible”, reprochó.
Al respecto, comentó que entre las empresas que hacen uso de aguas nacionales, está la Florida Ice & Farm –propietaria de la Cervecería de Costa Rica, los refrescos Tropical y el agua Cristal–, que explota para sus fines la microcuenca del río Segundo en Barva de Heredia.
BALANCE HÍDRICO
Lücke explicó, asimismo, la necesidad de establecer un “balance hídrico” que considere la cantidad de recurso hídrico disponible y el porcentaje de demanda creciente que tiene, para buscar políticas de administración de cuencas. Este cálculo sí se encuentra contemplado en la Estrategia Integral de Manejo de Recurso Hídrico, desde el año 2004.
“Deberíamos tener una línea base de balance hídrico, para poder saber cómo están nuestros recursos hídricos y el pueblo entero debería conocerlo. Existe uno, pero el pueblo no lo conoce”, lamentó acerca de la poca difusión que se le da.
El ingeniero asegura que el agua ya tiene los “números en rojo”, en tanto es un recurso finito; pero no existe una comunicación eficaz para que las personas entiendan cómo darle un uso responsable al agua. Por eso, enfatizó en la importancia de que se empoderen las organizaciones locales de herramientas para poder aplicar esta gestión de recurso hídrico, y para visualizar las partes que deben ser trabajadas simultáneamente, para tener un resultado nacional.
Entre las áreas que esta gestión debería tener, destacó la importancia de desarrollar una estrategia de sensibilización y educación, precisamente para involucrar a las personas en prácticas más sostenibles y responsables con el recurso hídrico.
A su parecer, además de una política nacional de gestión hídrica, hace falta un aparato de cooperación con el resto de países de América Central, donde el 60% de las cuencas de agua son compartidas; sin embargo, en la práctica política esta cifra es olvidada.
Como ejemplo de esta circunstancia, ridiculizó la diferenciación entre las cuencas del río San Juan, según desemboquen ríos nicaragüenses o costarricenses en ellas.
“El agua no reconoce fronteras, no llega a Peñas Blancas y se devuelve”, bromeó. “No podemos hablar del agua mía y el agua tuya; tenemos que hablar del agua nuestra”, instó.
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