El experto en temas de seguridad, Isaac Beltrán, asegura que es necesario tener “más Estado”, si se quiere combatir con éxito al crimen organizado. (Foto: Javier Córdoba)
Los países de la región Centroamérica, México y Colombia, requieren de una carga tributaria de al menos un 20% de su Producto Interno Bruto (PIB), si quieren combatir efectivamente al narcotráfico y bajar las tasas de homicidios.
Este es el criterio del profesor universitario y asesor de Naciones Unidas (ONU) en temas de seguridad, Isaac Beltrán, expuesto la semana pasada durante el II Foro de Transparencia de América Central y República Dominicana, organizado por Transparencia Internacional en Costa Rica.
Beltrán ha trabajado en diversos análisis sobre las formas en que operan las “empresas criminales” y cómo el tener estructuras organizativas flexibles, sumado a la gran cantidad de dinero que generan, provoca una gran ventaja sobre los aparatos estatales de seguridad y justicia.
 
En su análisis sobre el comportamiento de las organizaciones criminales de su natal Colombia, Beltrán asegura que se ha comprobado que hay dos variables de las que depende el fracaso criminal: la severidad de la pena (cuántos años en prisión por un delito) y la probabilidad de evitar esa pena.
Explicó que el segundo factor es más relevante, pues la actividad criminal se ve impulsada cuando siente que hay pocas posibilidades de ser detenidos por las autoridades o de llegar a una condena.
“En Colombia hay 17.000 homicidios al año, pero solo un 3% llega a una etapa de sentencia, lo que es similar a los otros países latinoamericanos. Cuando se tiene solo un 3% de condenas, se está mandando una señal muy clara de que cometer delitos paga”, comentó Beltrán.
Aseguró que en contraste con su país, donde viven aproximadamente 45 millones de personas, en naciones como Francia (con 75 millones) ocurren menos de 600 homicidios al año, y de estos más del 80% son resueltos por las autoridades.
“La justicia se ha diseñado bajo el supuesto de que el delito es algo excepcional, pero cuando el delito se vuelve algo cotidiano, inmediatamente el sistema colapsa”, advirtió.
Detalló que el empresario criminal sabe que parte de su éxito es propiciar condiciones para que la corrupción y otros delitos llenen el sistema judicial, y así hace más difícil la tarea de las autoridades.
También asegura que los líderes del crimen organizado saben lo inconveniente de controlar directamente a los líderes políticos más visibles, por lo que optan por un sistema de control de las autoridades locales, y de reclutar a todo aquel sujeto entrenado que desechan los cuerpos de policía y los ejércitos.

PAGAR IMPUESTOS
En criterio de Isaac Beltrán, se ha comprobado que hay una relación directa y exponencial en la reducción de la tasa de homicidios, en aquellas sociedades que pagan altos porcentajes en impuestos.
Mostró una gráfica en la cual los países con mayor carga tributaria, tienen las menores tasas de homicidios, como Finlandia, donde con una carga del 60% del PIB, hay menos de un asesinato por cada 100.000 habitantes cada año.
“Los países con más asesinatos en esta región son Guatemala y Honduras, con tasas mayores a las de Colombia, y son estos países los que tienen la menor carga tributaria. Si queremos como sociedad bajar las tasas de homicidios, tenemos que hacer una apuesta por nuestro Estado”, enfatizó.
El experto no encuentra válido el argumento de que la población no apoye una mayor carga de impuestos porque “los políticos se los roban”, ya que una mayor disponibilidad de recursos debe ir acompañada de mejores controles contra la corrupción, y sobre todo, de un mayor interés ciudadano sobre el destino de sus recursos.
“No nos debe dar miedo pagar bien por cada voto que un partido político consigue, pues si no lo financia el Estado, lo financian los narcos. Tampoco tiene mucho sentido luchar contra narcotraficantes llenos de dinero, con policías que cobran bajos sueldos”, declaró.
A su parecer, los países de la región centroamericana necesitan de una carga tributaria cercana al 20% del PIB, para distribuir mejor la riqueza, ya que a las necesidades de la población que no llene el Estado, llegarán las organizaciones criminales a suplirlas y ponerlas a su favor.