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El medio Oriente y el Norte de África en el siglo XXI
Ensayo sobre las dicotomías y las protestas populares
Roberto Marín Guzmán
EUCR
230 pgs
Quienes hayan leído sus libros anteriores y artículos, escuchado sus conferencias o asistido a sus lecciones, posiblemente estaban esperando con ansias este libro; es que el doctor en Historia Roberto Marín es uno de los mayores expertos acerca de temas de los países de Medio Oriente y el Norte de África.
Los acontecimientos que la prensa occidental y, por extensión, incluso académicos, políticos y estudiosos insisten en llamar la primavera árabe, requieren un análisis puntual y profundo, ajeno de aplicar modelos externos y dispuesto a comprender desde sus propias condiciones lo que ocurre.
Este ensayo nos da la posibilidad de acercarnos a ese análisis.
Con una excelente documentación, certificada por las 90 páginas de notas y bibliografía que tiene el libro, el autor se ha sumergido en una investigación concienzuda que intenta explicar para el lector occidental de los hechos algo que no puede verse de otra manera que como un proceso histórico.
Una gran extensión que va desde Marruecos hasta Afganistán con similitudes culturales, políticas, económicas, históricas y geográficas, tiene a la vez importantes diferencias entre sus países que hacen desaconsejable la explicación simplista con que suele verla Occidente.
Un elemento común y esencial para comprender la realidad de esas sociedades es su cultura, árabe o musulmana particularmente su religión, el Islamismo. A lo largo del Islam o los países que conforman este región y son musulmanes, existen diferencias en cuanto a tres aspectos religiosos esenciales como son el +Corán, que es el texto sagrado, la +Sunna o tradición, que es la interpretación y prácticas de la religión y la +Sharia o ley islámica que contempla los preceptos e interpretaciones de los jueces.
Otro aspecto clave es la historia política ya que la mayoría de este territorio estuvo bajo el dominio del imperio otomano durante los seis siglos de su existencia, hasta la Primera Guerra Mundial en el siglo XX. Posteriormente, el imperialismo occidental, en particular británico y francés, dominó sus territorios; y, más adelante, el proceso de descolonización dio paso al control de las economías por parte de las inversiones de compañías occidentales transnacionales extractoras de los recursos naturales.
Los gobiernos del las antiguas colonias eran dóciles cuando no cómplices de Occidente o habían sido impuestos por las fuerzas imperiales en retirada.
Las luchas de independencia en los países de esa región entonces luchaban por la propiedad de los recursos de sus tierras, administraciones gubernamentales más justas que garantizaran mejores condiciones de vida para las mayorías y consolidar una identidad nacional, aspecto en el que la tradición cultural o religiosa era principal.
Así las cosas, en la segunda mitad del siglo XX, luego de que las potencias europeas se debilitaran por la Segunda Guerra Mundial, los grupos de lucha liberadora en los países del Norte de África y Medio Oriente se hicieron con el poder y establecieron nacionalizaciones de los recursos, sistemas políticos socialistas en algunos casos y monopartidistas en la mayoría, algunas monarquías que luego serían derrocadas y otras que aún persisten.
Por su larga historia de dominación, estas excolonias no tenían experiencia de gobiernos republicanos o representativos, por lo que durante décadas sus pueblos toleraron regímenes monopartidistas y extensos gobiernos de tipo dictatorial.
Las condiciones de injusticia social y problemas económicos, así como la supresión de garantías individuales como la libertad de expresión y el disenso fueron motivo para que generaciones más jóvenes empezaran a expresar inconformidad.
Por un lado, algunos acusaban la negligencia y corrupción de los gobernantes, lo que fue caldo de cultivo para que neo fundamentalistas acudieran a reclamar desde la fe una mejor conducta de los gobernantes. Tratándose de pueblos devotamente religiosos, clamaron por la aplicación de la +Sharia o los preceptos políticos basados en el +Corán.
Sustentada en el descontento, se favoreció la radicalización de algunos grupos que argumentaron la +yihad o defensa de la fe y sus cánones, como la base de una lucha política.
Al igual que en los países pobres de Occidente y Oriente, los pueblos del Islam reclaman mejores condiciones de vida y una más equitativa distribución de la riqueza, el cese de la corrupción y gobiernos más eficientes y representativos. El juego de intereses de Occidente por sus recursos naturales, particularmente el petróleo que es de masivo consumo diario indispensable para sostener su dinámica industrial, distorsiona las luchas reivindicativas e inyecta armas en el conflicto. La incipiente o inexistente democracia representativa, la tradición política clientelista, favorecen gobiernos muy débiles e inestables, mientras la fe religiosa se consolida como antídoto a las estragos de la globalización
La cultura, los aspectos geoestratégicos, económicos y políticos, vistos desde la perspectiva histórica, es lo que ofrece este ensayo que será presentado el lunes 21 de noviembre a las 4:30 pm en el auditorio Abelardo Bonilla de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica.
Este documento no posee notas.