Sin dejar de tomar en cuenta la cuestión psicológica que se le achaca al jugador nuestro, que se ha citado como causa de su comportamiento en la cancha, lo cual es discutible, hay que tomar en cuenta otros problemas más importantes que ese, como lo es el entorno en que se desarrolla esa actividad.
Primero que nada hay que desterrar de una vez por todas a ese “montón de fiebres “metidos a dirigentes deportivos, sin arte ni oficio en la materia. Una vez hecho eso y con gente capaz en la Federación, con un verdadero Ministro del Deporte, ni político ni bombeta, habrá que entrarle al “problemón” de sacar del saco a por lo menos cinco de esos que se dicen equipos.
Esta es la causa real de nuestra mediocridad futbolística. Esa gran cantidad de gente – “jugadores”- que no saben ni parar, ni recibir y menos entregar una bola al mejor colocado, o que la retienen sin sentido, hasta que la pierden.
Da lástima verlos quemados dentro de la cancha, que a falta de facultades, no hacen otra cosa que causar “faules” a diestra y siniestra. Nuestros  “jugadores” no le quitan la bola a nadie, si no es con tremendo “faul”, para alzar luego los brazos en un acto estúpido y cínico, queriendo  engañar a todos.
¿Quién puede tener ganas de ir a ver ese circo? Tanto en “primeras” como en segundas – que es peor,- lo que sobra a granel, son estos sujetos esperando un “gol de guaba”  -como jugar chances o lotería- y creerse luego que son de Selección.
No hay otra forma de mejorar nuestra calidad, que escogiendo, no llenando “campos”, pues aquí lo que menos se hace, es entender que el futbol es ASOCIACIÓN. Se cree que con una, dos o tres figuras de cierta calidad -según la condición económica del Club- ya se tiene equipo, o EQUIPAZO. Sea, que los restantes “jugadores” pueden ser cualquier hijo de vecino. Nuestro futbol  marcha hacia la ruina. Ya hay muchos signos de ello.
Con siete equipos es más que suficiente. Así dejaremos de traer foráneos sin ton ni son. Hay que sentar la regla, que funcione con rigor, sin intervención alguna de  leguleyos, para que ningún jugador federado pueda ir a actuar fuera del país, antes de sus 25 años, y si lo hace, ningún Club lo podrá contratar luego. Y punto.
Que “se hagan aquí”, de por sí, la gran mayoría de los que emigran, se van para esas ligas de mi…. seria, que son las cenicientas de Europa y de otros continentes. Dejemos de estar propiciando mejengas con gente que como no sabe patear una bola, patea al contrario. ¿Prueba de ello? La exagerada suma de lesionados que hay y que culpan al zacate plástico. Hay que eliminar la Liga de Segunda  -recurtidero de “quemados- que nada bueno le ha dejado a este deporte. Es mejor volver al sistema de las RESERVAS, que tenían los equipos. Al menos se mantiene jugando a tanta BANCA desocupada.
Si en los cantones quieren hacer sus campeonatos mejengueros, que los hagan, pero en el futbol organizado que haya orden. Por el camino que actualmente transitamos, no vamos a ir más A NINGÚN MUNDIAL, aunque resuciten y traigan al “mago” Helenio Herrera… o al malcriado de Mouriño.
Hace ya más de 50 años que HH dijo: “Pocos pases a gran velocidad, llegar al marco contrario en el menor tiempo posible…” También dijo: “Talento + Entrenamiento + Inteligencia + Físico = Campeonatos  “y aquí no hemos aprendido nada (tomado de “ La-pelota-no-dobla-.blogspot.com.2011/11/20/frases-de helenio-herrera-html”). Por eso es que me atrevo a afirmar, que nada beneficioso hace La Sele, como le dicen, con estar jugando con grandes equipos, que lo que vienen a hacer es a foguearse ELLOS.
A usarnos como su “sparring” y probar suplentes, llevándose además miles de dólares que no se tienen.  Lo que necesitamos es foguearnos NOSOTROS con otra clase de equipos, para conseguir lo que la MAYOR nunca ha tenido: Conjunto.
Eso que están haciendo, será para buscar brillo personal los dirigentes -que solo en eso piensan- y hasta invitando a premios Nobeles, como si se tratara de un banquete. Pero al futbol de nada le sirve. Candil de la calle y oscuridad de la casa, nuestra eterna congoja.
Que no sean tercos, que no se llenen de jáquimas con el Estadio vacío, y que se dejen de tanta ocurrencia, que ya estamos cansados de eso.
Para terminar, solamente decir “hay perdonen”, como lo hacía aquel famoso contertulio porteño, en el espacio radial de Juanito Martin G. (q.e.p.d.).