Se educa para el bien o para el mal, no hay más.
Recientemente Óscar Arias dijo: gobernar es educar, en lo cual estamos totalmente de acuerdo.  Don Alfredo González Flores, fue un gran gobernante, por lo tanto un gran educador de este pueblo, también lo fueron Don Juanito Mora, Don Jesús Jiménez y muchos otros que educaron por el bien de este pueblo.
¿Pero para qué educa alguien que? siendo presidente de este país, viola la constitución para entregar generoso a Millicom, como si fuera de su propiedad, la telefonía celular, una gran riqueza que pertenece a este pueblo, pero luego se niega a aclarar por qué tanta generosidad con un monopolio privado y además extranjero? ¡Para el mal!
¿Cómo educa: desmantelar el CNP, cerrar las Juntas Rurales de Crédito del Banco Nacional y los Estancos, para meter nuestra comida en el libre comercio de los alimentos, arruinando así nuestra agricultura y nuestros agricultores, sólo para favorecer a grandes importadores de alimentos. ¡Mal ejemplo!
¿En qué educa?: violar la Constitución que impide la reelección presidencial, solo para ser de nuevo presidente y servir así mezquinos interés del gran capital nacional y extranjero. ¡Mal ejemplo!
¿Cómo es que educa?: amenazar al pueblo diciéndole: “si no se aprueba el TLC, tendrán que hacer fila para tirarse del puente de Los Anonos.” ¡Para el mal!
¿En qué puede educar?: primero declarar paz a la naturaleza y luego declararle la guerra con un decreto que dice: “La Minería de Oro a Cielo Abierto de Las Crucitas es de Interés Público y Conveniencia Nacional,” si esta es la más destructora y contaminante de la naturaleza.” ¡En el mal!
¿Cómo es que educa?: primero imponiéndonos un TLC a base de mentiras, engaños y amenazas, ofreciendo carros Mercedes Benz y motos BMW, lo cual es una burla sangrienta a la inteligencia de los costarricenses, para luego -basado en el TLC- arrebatarnos el INS y las Telecomunicaciones, alegando que “son monopolios públicos que no tienen ninguna razón de ser”.  Pero sí los entrega generoso a monopolios privados extranjeros. ¡En el mal!
¿Qué educación puede dar quién? sabiendo que el ICE es la empresa más eficiente y eficaz de América, cubre todo el territorio nacional con magníficos servicios de telefonía y electricidad y con las tarifas más bajas del mundo.  Se sabe de sobra, que el ICE produce el 95 % de la eléctricidad con energía renovable, una de las más altas del mundo, agua, sol, viento y volcanes. Se sabe que, ninguna empresa como el ICE en toda América está mejor capacitada para continuar construyendo plantas hidroeléctricas y de energía limpia, se sabe también que no habrá faltante de energía como falsamente se afirma. Pero se sigue mintiendo, engañando, con el cuento de que si no viene la inversión privada nos quedaremos a oscuras, solo porque eso favorece a los cogeneradores privados a los cuales pertenece. ¡Para el mal!
¿Qué educación puede dar quien? inaugura con bombos y platillos una casa presidencial que no existe, una carretera que es un desastre ecológico, social y económico, presentándola como la autopista que nos conduce al desarrollo. Quien en nombre del desarrollo, le arrebata a los costarricenses muelles, aeropuertos, carreteras y demás, con el cuentazo de dar “obra pública en concesión”, pero que no hacen obra alguna como pasa en Puerto Caldera, o la carretera San José  Caldera, donde Autopistas del Sol construyó únicamente la cuarta parte, la que no sirve, la que se hunde, se derrumba y causa problemas sociales. Las otras tres cuartas partes, las que sí sirven, más los puentes de la cuarta parte mal construida por Autopistas del Sol, hace muchos años la construimos los costarricenses con nuestro dinero, con el concurso de nuestros magníficos ingenieros y obreros. Pero Autopistas del Sol y sus socios, nos cobran por pasar por toda la carretera, porque así se lo permite quienes nos resultaron pésimos gobernantes y peores educadores.
Como se ve, hay buenos gobernantes y educadores, y los malos que en los últimos veinticinco años vienen dando malos ejemplos, llevando a Costa Rica al caos en el que estamos viviendo.