Tras un intenso trabajo de adaptación y montaje, aunque respetuoso de la estética original, el “Colectivo Teatral Experimental Seis Palabras2 presenta a partir del 5 de diciembre “La Casa de Bernarda Alba”, del poeta y dramaturgo andaluz Federico García Lorca.
Ese colectivo es “hijo” del grupo independiente Teatro Palíndromos y la pieza se mantendrá en cartelera durante 15 días consecutivos en una casa abandonada en Zapote.
Es decir, para llevar a cabo este montaje, el grupo teatral abandonó los escenarios tradicionales y más bien llevó a Bernarda Alba a un inmueble que no cuenta con luz eléctrica, por lo que la iluminación consistirá en candelas y una lámpara de canfín. Ello también implica que el público -únicamente diez personas por función- debe movilizarse entre las habitaciones para seguir la trama de la obra, que involucra a siete actrices y un actor.
A través de un comunicado de prensa, el director y actor Pavlo Almengor expresó que se trata de una puesta en escena “delicada”, ya que significó un riesgo importante. No obstante, “logra trasmitir la emoción de la obra”, al tiempo que destacó que el público vivirá la historia desde la sala misma de la casa, “espiando la vida de unas mujeres enclaustradas sin claustro ni puerta de salida”.
Diego Salgado, director del Teatro Palíndromos y quien fungió como director tutor de esta puesta en escena, manifestó a UNIVERSIDAD que la puesta en escena es llevada a cabo por “Seis Palabras”, pues Palíndromos se especializa en montar únicamente teatro original. “Precisamente, por la vocación experimental del colectivo es que se planteó montar a Lorca y darle un tratamiento particular”, acotó.
Según Salgado, entre los principales intereses del grupo figuró la idea de respetar la estética original de Lorca y al mismo tiempo darle un sentido particular; “por ello, se ajusta muy bien a la idea de hacerlo en una casa”.
De hecho, fue a partir de la idea de experimentar con este colectivo que se buscó un texto adaptable para montarlo en el inmueble. “Como amante del teatro de Lorca, propuse esta pieza y originalmente se dijo que es muy complicada para montarla en una casa, pero pensé entonces que eso es aún mejor; aunque es cierto que se trata de un texto que de por sí es complicado de montar. Lorca presenta una gran complejidad por ser tan mágico”, detalló.
A LA LUZ DEL CANFÍN
“La Casa de Bernarda Alba” es uno de los últimos trabajos de Lorca -quien murió asesinado en 1936 por las huestes franquistas-; en el texto, la protagonista, que recién acaba de enviudar, impone un prolongado y riguroso luto a sus hijas.
En ese contexto, la hija mayor está por casarse con un sujeto mucho menor que ella, quien a su vez es pretendido también por las dos hermanas menores, lo cual -como es de esperar- detona una tormenta entre los personajes.
En ese sentido, Salgado hizo ver que el tema de una casa, en la que se vive bajo una represión basada en el qué dirán, “siempre está presente y no pierde vigencia; no se necesita contextualizar demasiado para que el  mensaje llegue a la gente”.
Añadió que lo más complicado fue el planteamiento de la obra en forma tal que el público comprenda que se tiene que mover de un lado a otro sin que se le tenga que indicar constantemente;  es decir, cómo hacer que la puesta en escena fluya de un lado a otro si el público también se tiene que mover y el espacio es estrecho. Ello se solucionó mediante una luz que lleva la batuta (una lámpara de canfín) que la gente deberá seguir.
Salgado puntualizó que “la obra es complicada por la cantidad de actrices; debimos prescindir de varios personajes, lo cual fue muy difícil; aun así, en cada función tendremos diez personas del público y un elenco de ocho actrices ocupando el espacio”.
 

 
Visite a Bernarda
“La Casa de Bernarda Alba” se estrena el 5 de diciembre y se presentará a diario hasta el 19 del mismo mes.
Las funciones serán a las 7 p.m. y la entrada tiene un costo de ¢5.000 en el sitio y ¢3.000 en la preventa. Se puede llamar al teléfono 8818-7661 o al correo electrónico [email protected]
Es importante recordar que el cupo está limitado a diez personas por función.