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La aplicación de políticas preventivas y posibilitadoras, como el juego, la recreación y la representación positiva de los niños en medios, son vitales para la formación y desarrollo de las personas menores de edad, según señaló el VII Estado de la Niñez y Adolescencia (EDNA), presentado por el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia (CNNA).
La presentación tuvo lugar en el Centro de Cultura de Derechos de la Niñez y la Adolescencia, ubicada en la sede del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) el pasado 17 de noviembre.
María Pérez Yglesias, vicerrectora de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (UCR) –institución encargada de la coordinación académica de la investigación–, aseguró que en la sétima entrega del EDNA, el enfoque de trabajo no fue presentar únicamente estadísticas, sino realizar un “balance” entre esas cifras y las políticas que se dedican a mejorar las condiciones de esta población.
“Tenemos que pensar en dar muchísimo acceso a nuestro niñas y niños”, enfatizó Pérez, quien opina que es momento de que las estadísticas de los EDNA anteriores sean aplicadas en concreto.
La coordinadora académica de la investigación, Marisol Gutiérrez, coincidió con este punto y recalcó la urgencia de fortalecer el rol de los gobiernos locales en estas políticas, específicamente el nivel de trabajo de los Subsistemas Locales de Protección (SLP), que buscan la descentralización de la responsabilidad entre entes estatales, representados en el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia y la sociedad civil.
Gutiérrez mencionó como un ejemplo exitoso de iniciativas locales de cuido a los CEN-CINAI, programa que al 2009 atendía en atención y protección infantil a un total de 17.768 niños, según datos presentados en el EDNA.
En otros aspectos, la coordinadora urgió la creación de un observatorio centrado en captar datos sobre tratamiento de los menores de edad en temas de cultura, educación y salud, especialmente en temas de farmacodependencia y sexualidad.
SIN SANCIONES PRIVATIVAS
El EDNA presenta, como su conclusión principal, la necesidad de enfocar las políticas dirigidas a menores de edad a iniciativas posibilitadoras, como el juego y la educación, y motiva a disminuir sanciones físicas y privativas.
Marisol Gutiérrez explicó que hace falta implementar acciones para fomentar la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo, tal como los programas del Ministerio de Educación Pública (MEP) “Avancemos” y la modificación curricular de las materias consideradas especiales con el programa “Ética, Estética y Ciudadanía”.
Respecto a la labor del MEP, el ministro de Educación, Leonardo Garnier, sostuvo que a pesar de las críticas contra la política de permitir el “arrastre” de materias en lugar de obligar a la repetición completa de los años académicos, no piensa volver atrás, pues la medida es una ayuda social que permite a los jóvenes que tienen debilidades en algunas materias, mantenerse en las aulas y no perder la motivación en el sistema.
El EDNA explica, en sus estadísticas, que uno de cada tres estudiantes de Educación Diversificada tiene un desfase en su edad y que esto responde a los fracasos en el sétimo año; aún no se ha logrado minimizar el impacto de la transición entre la primaria y la secundaria. Sétimo es igualmente el año donde las cifras de deserción son más fuertes.
La Coordinadora Académica del EDNA afirmó que la penalización de los jóvenes y las políticas de mano dura no son la solución, y que se debe buscar la forma de educar sin recurrir a ellas.
El documento presentado estima que mientras que cualitativamente los padres opinan que el castigo físico como método de reprensión es menos utilizado que a principios de la década de los 90, las estadísticas del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) muestran que el número de personas menores de edad atendidas por maltrato físico en dicha institución, durante el primer trimestre del 2010, equivalen a un 64% del total de niños tratados en el 2009.
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