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El monto que pagaron los costarricenses en sobornos durante el último año triplicó lo registrado en el 2009 y también aumentaron la cantidad de dádivas pagadas por los ciudadanos para obtener un servicio público.
Así se señala en un apartado dedicado al tema de la corrupción en “Estructuras de Opinión Pública”, investigación elaborada por el catedrático de la Escuela de Matemáticas de la Universidad de Costa Rica (UCR), Jorge Poltronieri.
El estudio estimó que durante el último año se pagaron de ¢18.414 millones para obtener algún servicio que se supone “público” y “gratuito”, lo cual triplica los ¢6.069,6 que se estimaron para el 2009.
Poltronieri aseguró que los efectos de la crisis económica hace dos años hicieron que el monto por sobornos bajara con respecto al 2008 (estimado ¢9.395 millones); pero para este año, se muestra una gran “recuperación” en este rubro.
También, la cantidad de sobornos estimada para 2011 se incrementó en 45.842 pagos de este tipo en relación con el 2009, aunque aún se mantiene por debajo de los 439.769 reportados en 2006.
FLEXIBLES CON LA CORRUPCIÓN
El estudio muestra que los costarricenses son tolerantes a algunas formas de corrupción, como es el caso de fotocopiar libros. Esta práctica es totalmente aceptable para el 37,8%, mientras que un 17,8% dice estar “bastante de acuerdo” y otro 13,8% “podría estar de acuerdo”.
Otras formas de corrupción con alta aceptación son la compra de discos compactos y DVD “piratas”, evitar pagar el pasaje del autobús, modificar los medidores para el pago de agua y electricidad, y no pedir facturas para evitar el pago del impuesto de ventas.
Por el contrario, los actos de corrupción más rechazados por la población son el incluir datos falsos en documentos (93%), la evasión de impuestos (89,8%) y que un funcionario público favorezca a un pariente (89,2%).
Poltronieri llamó la atención sobre el hecho de que existe una alta aceptación a que se copie durante exámenes académicos, por parte de personas con educación universitaria; la cantidad se hace menor conforme baja el nivel educativo de los encuestados.
La consulta de opinión pública muestra que la mitad de los encuestados no sabe a dónde puede denunciar un caso de corrupción, mientras que un 36,9% opina que las denuncias son poco efectivas contra los corruptos.
La encuesta consultó a los costarricenses respecto de los trámites que realizan con más frecuencia y si para obtener el servicio público debieron pagar algún tipo de dádiva o soborno.
El porcentaje más alto se pagó en el trámite de sacar un automóvil de un depósito policial, o recuperar un vehículo robado, con un total de ¢4703.5 millones, seguido por la gestión para sacar la licencia de conducir con ¢2010.8 millones.
Esta última es el trámite con la mayor cantidad de sobornos pagos, con un total de 84.663; mientras que arreglar una multa de tránsito con un funcionario es la diligencia que tiene el mayor porcentaje de sobornos, pues ocurre en el 51,5% de los casos.
Recuperar un vehículo, de un depósito o robado, cuesta en promedio ¢666.667. El segundo soborno más caro es el que se paga para modificar datos del registro de la propiedad con un promedio de ¢610.000.
Al realizar un “índice de corrupción”, la encuesta señala que la provincia de Alajuela es la que presenta mayor cantidad de casos, mientras que por región la más “corrupta” es la Zona Sur.
Poltronieri destacó que, por primera vez, se registraron índices más altos de corrupción en las zonas rurales que en las urbanas.
El investigador sumó el monto pagado en sobornos a los rubros que también han significado un costo para los costarricenses como consecuencia de una mala gestión del Estado, como el costo por robos, el pago a médicos privados, la compra de medicinas y la deuda de Gobierno a la seguridad social.
En total, estos rubros suman ¢582.754 millones, cifra que la ciudadanía gasta anualmente como consecuencia de los malos servicios recibidos, por lo que Poltronieri criticó al Gobierno en su pretensión de cobrar más impuestos mediante una reforma fiscal.
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