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“Si algo necesita cirugía mayor en la estructura de la República es el Poder Judicial. La columna central del edificio de la democracia se está carcomiendo aceleradamente”, dijo el exministro de Seguridad Pública.
La filtración de un borrador de sentencia en el caso Crucitas, atribuido a un magistrado suplente de la Sala Primera, “es la primera gota de pus que queda clarita en las tapias o paredes de travertino del edificio de la Corte Suprema de Justicia”, dijo Castro.
“La podredumbre empieza a salir por las paredes de la Corte. Ya es hora de que la Asamblea Legislativa hable en serio de lo que está pasando (en el Poder Judicial)”, dijo el exministro, al referirse a los últimos acontecimientos que sacuden a ese poder de la República.
En una entrevista con UNIVERSIDAD, Castro lanzó además durísimas críticas a la gestión de la presidenta Laura Chinchilla, cuyo gobierno, dijo, ni siquiera tiene “timón”, habló de una eventual precandidatura suya luego de que una encuesta de opinión lo situó como segunda fuerza en una convención por el Partido Liberación Nacional, consideró que el sistema de aplicación de justicia en el país es “un desastre” y advirtió que Costa Rica enfrenta una situación muy difícil, en todos los campos, especialmente en materia de educación, salud, economía y seguridad.
Castro criticó con dureza el sistema de elección a magistrados suplentes de las diversas salas, al considerar que se realizan “a dedo” y no debieran pasar por “un filtro político, y “en donde hay que ser amigos” para ser seleccionado, al tiempo que fustigó la forma como se produjo la reelección del actual presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora, que dijo, se realizó “de forma misteriosa, y sin estar en agenda”.
“Ha llegado la hora. Vamos a ver si los diputados escuchan el timbre”, dijo Castro en relación con el escándalo que salpica al exmagistrado suplente Moisés Fachler y abogados y funcionarios de la firma Industrias Infinito.
Castro dijo que en el caso de la filtración del borrador se debe investigar si hubo “tráfico de influencias”, qué otras personas están detrás del caso y sentar responsabilidades que no sean “simbólicas”.
“Habrá que ver si no existe un delito más grave que se llama tráfico de influencias”, señaló el exministro, luego de que se destapó el caso.
Sobre los problemas que a su juicio afectan al Poder Judicial de Costa Rica, Castro dijo que hay un exceso de “verticalidad”.
“El sistema de aplicación de justicia es un desastre. Lo único es que tiene una coraza gigantesca, porque la gente no quiere creer que entre los actuarios de la justicia los pizuicas andan sueltos”.
“Usted ve ese edificio, ve a esos señores magistrados, tienen como unos secretos terribles, de cómo se mueven las cosas”, lamentó.
“Hay un caldo terrible de vanidad y de chorizo. El chorizo aquí tiene muchas caras. Hay una enorme verticalidad en la Corte. Un magistrado no debe reelegirse más de dos veces, 16 años es más que suficiente, aunque sea el mejor”, insistió.
Sobre la administración de la presidenta Laura Chinchilla, Castro dijo que se trata de un gobierno “insípido, desabrido, mudo, ciego y aburrido”.
“Sin rumbo es lo mínimo, no se atreve a hacer lo que hay que hacer”, enfatizó.
“¿De qué nos sirve que haya un grupo de lanchitas que van sosteniendo si el buque principal no está anclado, sumido en la pereza, la incompetencia, y en la irresponsabilidad? Doña Laura está encerrada en su oráculo, que le mantiene la imagen, se la infla, pero no produce nada, ni chistes”, ironizó.
Sobre sus posibles aspiraciones políticas, dijo que no ha definido si lanza una precandidatura. “Un proyecto político me interesaría mucho si existe un plan, un programa, un equipo y un apoyo necesario para llevarlo adelante”, puntualizó.
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