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Los índices de pobreza han aumentado y no se ven opciones de mejora.
El 2011 al parecer cerrará como un período pobre en la gestión de la Presidenta Laura Chinchilla, con un gabinete desarticulado, que no precisamente responde a su líder, una bancada oficialista dividida, un partido bajo una profunda crisis ideológica, proyectos económicos y sociales que no terminan de arrancar. Verdaderamente queda un sabor agridulce al analizar el año de gobierno.
Las herencias del gobierno anterior no podían ser peores; este año ha transcurrido de conflicto en conflicto, entre huelgas, manifestaciones, paros y bloqueos de sectores tan diversos, como distintas sus luchas, procesos de concesiones viciados, poderes de la República cuestionados y un sinfín de deficiencias que el pueblo le reclama a su Presidenta.
Podemos recordar los eternos arreglos en el puente de la “platina”, la devastación en Crucitas, la fuga de información desde el Poder Judicial a manos privadas, una fracción legislativa que no escucha a su líder en el gobierno, pero sí a su líder anterior y que solamente obtuvo 24 diputados, faltándole cinco para obtener mayoría simple.
“Es un partido con divisiones claras y fuertes, liderazgos debilitados, con un enfrentamiento abierto entre los Arias y la presidenta Chinchilla, que un momento era un secreto a voces, pero que ya se destapó. Esto generó un problema de ingobernabilidad”, manifestó el analista político Víctor Ramírez.
Una carretera a Caldera que cada vez que llueve pone en riesgo la vida de miles de personas, debido a la falta de fiscalización y control de los encargados en su momento. Experimentamos el colapso vial en las carreteras, aeropuertos, puentes y puertos, ya que el país dejó de invertir hace tiempo.
Las encuestas indican que la Presidenta pasa desapercibida y que muchos de los ciudadanos consideran que no ha sabido tomar las riendas de la nación, la confianza del consumidor se ha visto reducida y las condiciones de vida de las clases medias y pobres empeoran.“Doña Laura pareciera que es una persona con un liderazgo disminuido, con muchos costarricenses cuestionando su capacidad de gobernar y el rumbo que lleva el país, se trata de un pueblo más chúcaro y apolítico. Esto crea una situación difícil”, indicó Ramírez.
Víctor Ramírez. Pasamos de ser uno de los países de la región con los mejores índices de sociales, políticos y económicos en décadas pasadas, a una nación paralizada, que enfrenta graves problemas y no cuenta con los recursos para enfrentarlos, así como una política exterior que deja mucho que desear.
En materia de pobreza la cifra promedio pasó de 21,3% a 21,6%. En total hay 92.122 personas en la línea de pobreza en 2011 en la zona urbana, mientras que en el área rural la cifra es de 70.950, para una variación del 4,4% y 4,8% respecto del año anterior.
De acuerdo con Ramírez, el gobierno de Laura Chinchilla recibió una herencia del gobierno anterior que no podía ser peor; vinculado con un enorme déficit fiscal, tan grave que tuvo que convertir el plan fiscal en su proyecto estrella, iniciativa que en cualquier país genera controversia, pues imponer nuevos impuestos a la población y empresas nunca es bien recibido.
“El tema de Crucitas ha sido candente este año, aunque se finiquitó hace unos días, es una evidente herencia de la administración anterior. El colapso financiero de la Caja también es una herencia, Caldera y el país viene con graves deficiencias de gerencia y gestión pública desde hace más de treinta años”, añadió el experto.
Para Ramírez, el tema de seguridad ciudadana viene más allá del gobierno anterior, pero en esa administración tampoco se hizo mayor cosa; lo cierto es que estamos amarrados a un sistema muy complejo de elementos internos y externos, como el narcotráfico, el lavado de dólares y el crimen organizado que ha servido al deterioro de la seguridad.
UN MAL GOBIERNO
Según el politólogo Francisco Barahona, este ha sido un mal gobierno, con un mal gabinete y una Presidenta con poco liderazgo, que no ha tomado las decisiones necesarias ni ha impulsado compromisos de acción en buena parte de sus ministerios.
“Son tiempos difíciles en que le toca gobernar, con una crisis profunda que no hemos sentido tan fuertemente en nuestro país, pero que tiene efectos, con una herencia basada en espejos y no realidades, que han afectado gran diversidad de sectores. Este gobierno no ha querido enfrentar la verdad y ser crítica con ella”, argumentó Barahona.
El experto recordó que mientras en el mundo las marchas de los indignados hacen referencia a los graves errores de las políticas del modelo neoliberal, esta administración sigue defendiendo ese sistema.
“Haciendo un balance, creo que la balanza se inclina a lo negativo, las encuestas de opinión son claras, no hay liderazgo, en política exterior el trabajo se ha concentrado en Calero y unos cuantos viajes de la Presidenta, no hay cercanía con los países centroamericanos, no hay planteamientos para el sector agrícola y la autoproducción del país, se trata de un desgobierno por inercia”, concluyó.
Nuevos movimientos sectoriales exacerban el país
Gobierno no cumple expectativas de ciudadanos
Costa Rica retrocede en índices sociales
María José Núñez([email protected])
Montserrat Sagot, Socióloga.
En materia de política social el gobierno de Laura Chinchilla no mostró avances significativos en 2011, las expectativas de los ciudadanos siguen sin cumplirse, la ejecución de promesas de campaña está ausente, además los índices sociales en lugar de mejorar han retrocedido.
Costa Rica es el único país de Centroamérica que aumentó levemente su nivel de pobreza, de acuerdo con el último Informe Estado de la Región y aunque tiene niveles aceptables en materia educativa, la inversión ya es insuficiente.
Asimismo, el sector salud público experimenta uno de los momentos más críticos de su historia, con una Caja Costarricense de Seguro Social en números rojos, con movimientos constantes de lucha de gremios por mejores condiciones y con la imposibilidad de atender eficientemente a todos los asegurados que lo requieren.
Las enormes listas de espera ponen en riesgo la salud de los costarricenses, las deficientes condiciones de las salas de operación, laboratorios, consultorios y demás pone en jaque el derecho fundamental a la salud, debido a la falta de acción de los gobiernos y al saqueo constante al que se ha visto expuesta la Caja.
Otros sectores relacionados con la producción nacional, transportes, educación, indígenas, ambientalistas y demás han hecho eco de su molestia por la falta de acciones para el desarrollo o por las iniciativas fallidas que han sido inconsultas y que el gobierno ha tenido que echar atrás.
Todos estos movimientos sociales, han puesto en evidencia un sistema político con poca capacidad para negociar y conciliar, un manejo inadecuado de los programas sociales y una tendencia a restarle importancia al sentir de los ciudadanos.
Para la administración Chinchilla no ha sido fácil lidiar con estos problemas, incluso hay expertos que afirman que en realidad no ha logrado desarrollar ese liderazgo que se requiere para enfrentar los problemas de un país, aunado a una salida constante de sus piezas de gobierno y un gabinete poco comprometido.
“Esto no ha sido un año muy positivo en materia social, pues tenemos un gobierno que estoy a punto de denominar como fallido, pues no corresponde a las necesidades de los ciudadanos, lo que ha provocado una serie de enfrentamientos y una gran efervescencia en diversos sectores, tanto actores viejos y nuevos, como es el caso del movimiento de los motociclistas”, comentó la socióloga Montserrat Sagot.
De acuerdo con la experta hay un enorme retroceso en los índices, pues la pobreza ha aumentado, el país va para atrás en defensa de los derechos de las mujeres, no hay compromisos con los nuevos temas de derechos humanos y la democracia experimenta un resquebrajo social.
Sagot aseguró que, desde su punto de vista, no se logra visualizar a corto y mediano plazo una tendencia a la mejora, por el contrario, pareciera que el gobierno está aumentando los procesos de exclusión.
La especialista detalló como razones principales de este retroceso en el área social a un equipo de gobierno desarticulado e inadecuado, que no responde a los requerimientos del país, así como poca capacidad, por parte de la Presidenta Chinchilla para articular a ese gabinete.
Plan fiscal, caballo de fuerza que no arranca
Administración sin camino para impulsar competitividad
María José Núñez([email protected])
El gobierno actual ha puesto toda su fe y todo el futuro de cualquier otra iniciativa en manos de la aprobación del proyecto de plan fiscal, un caballo de fuerza que no ve el momento de arrancar, pues tiene tantos detractores como artículos en su redacción.
Cualquier iniciativa planteada en las promesas de campaña está vinculada directamente a la posibilidad de generar recursos para el gobierno y, por ende, para los ministerios encargados de los temas sociales, económicos y políticos.
“Su proyecto estrella (de Laura Chinchilla), el plan fiscal, es sentido por el pueblo como un mecanismo para aumentar la pobreza, pues como está propuesto, sobre todo con Impuesto al Valor Agregado (IVA) siguen siendo los sectores más pobres y la clase media, la que se ve expuesta al mayor desembolso”, detalló la socióloga Montserrat Sagot.
Para la experta, el plan fiscal se convertirá en un efecto cascada negativo que aumentará la pobreza e insatisfacción de los sectores populares, quienes no sienten que sean realmente los ricos quienes más pagarán con la iniciativa.
El economista Leiner Vargas coincidió con este criterio y aseguró que el gobierno continúa con grandes desafíos pendientes, asociados con la competitividad y la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo.
Mientras continuamos relativamente estables en ciertos indicadores, señaló el especialista, sobre todo en la parte financiera de la inflación o el área cambiaria, existe una gran inestabilidad en el crecimiento de largo plazo, hemos dejado de ser competitivos.
“Más allá del tema económico, estamos hablando de un modelo político, que se ha venido impulsando desde hace años en Costa Rica, que sufre cada vez más un deterioro y que no es posible subsanar con las deficientes políticas de Estado que impulsan el clientelismo”, argumentó Vargas.
Por el contrario, se requiere de un gobierno con visión de concertación a largo plazo, ministerios y jerarcas comprometidos con el país y una Presidenta que establezca los recursos económicos y humanos en aquellas instituciones clave para el desarrollo.
Consultado el experto analista Luis Paulino Vargas, en una edición anterior de UNIVERSIDAD, en materia de pobreza y ante el leve crecimiento que ha experimentado el país por cuarto año consecutivo confluyen una serie de factores o tendencias.
“La economía ha estado atrapada en un ciclo de bajo crecimiento económico, lo cual es producto del impacto de la crisis mundial, y en general, las insuficiencias del modelo neoliberal, evidentemente agotado”, detalló Vargas.
Esta situación ha puesto al país en un proceso difícil de solucionar, pues alcanzar índices más alentadores depende de implementar un proceso de reformulación en profundidad del modelo de crecimiento.
“Tenemos un modelo neoliberal desde hace 27 años, que perpetúa la pobreza y ahonda brutalmente la desigualdad, a la vez provoca un problema de déficit fiscal estructural. Pero ahora, encima de todo, también ha tocado techo y perdió toda su capacidad para sostener el débil crecimiento económico”, indicó Vargas.
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