Hace ya mucho tiempo venimos oyendo sobre la acción en torno a ejes temas. Quizás hemos oído alguna gente dictando normas y estatutos, o qué hacer o cómo vivir para ser más “ecológicos”, más “éticos”, o más emprendedores.  …Que cuidarse a sí mismo equivale al inverso potenciado de hacer a los demás lo que al final desearía que le hicieran, perfecto; pero, no estaremos olvidando un precepto fundamental: Uno de los aspectos humanos básicos es la integridad, que conlleva dignidad. Los indignados son también aquellos que no saben ni entienden mucho de letras, pero viven en angustia inmersa en comunidades decadentes y en franco retroceso.
Vienen fechas emotivas, alguna triste como la del 7 de diciembre de 1995 donde recordaremos la tragedia de los compañeros ecologistas de AECO, organización que orgullosamente construimos partiendo de cero, con compañeros del Movimiento Humanista del Silo y otros más que destacaron luego (…tarea de investigación pendiente…), pero también otra fecha que para el caso URGE abordar y es la del 3 de diciembre, Día Internacional contra el Uso de Plaguicidas, y decimos contra el uso de plaguicidas y no el término abuso, porque está demostrado en todo el mundo que podemos sembrar sin usarlos del todo.
El uso de estos ha sido a gran escala, con miles de toneladas, principalmente en toda la franja ecuatorial del planeta, pero también más allá de ella. No es tema de mi especialidad, pero creo que no se limita al adecuado desecho de los envases de dichos tóxicos, sino que los han usado indiscriminadamente, cuando por ejemplo la EARTH (que es prácticamente una universidad con proyección internacional) ha venido demostrando –junto a otros centros de investigación agrícola igualmente reconocidos-  que la agricultura a mediana escala es muy productiva y con menos gastos de insumos si se hace orgánicamente, y ellos han experimentado ampliamente con plátano, banano y no sé si con otras plantas que se siembran de modo intensivo y extensivo.
Es quizás unos de los peores crímenes de lesa humanidad el intoxicar de modo esporádico o sistemático, con efectos evidentes o al tiempo. En zonas de alta incidencia de tóxicos se presentan luego de la mano, las siete lacras sociales, y hablamos de violencia, de deserción estudiantil, de hogares destruidos y de drogas y pobreza, no extendernos con degradación de la fauna silvestre… y ¿cómo no mencionar los componentes clorofosforados, y otros más?, que sin ser especialistas en química, debemos entender que su dilución, no los hace inactivos, ya que no los desintegra molecularmente, sino que su acción se prolonga en el tiempo, dentro de los organismos de los seres vivientes. Si teníamos el concepto de lo que es un campo con radiactividad, que no solo afecta a un sitio, sino que igualmente corre con el río y se desplaza hasta que finalmente llega a la mesa y a la comida -no solo de las poblaciones cercanas-, sino a los productos que todos compramos en el mercado.
Decían por allí que en el pasado no se aplicaron las normas ISO en algunas plantaciones, y creo que en el presente tampoco, y la no aplicación de alguna de las tales normas solo se puede explicar, mas no justificar, en zonas como Guácimo, o también cercano a lo que se conoce como Puerto Cortés en la zona sur, y miles de lugares en toda América, el nivel de incidencia y puntualidad de la delincuencia, de deserción estudiantil y curiosamente una alta explosión demográfica entre adolescentes.
Ante este hecho que es de irreparables consecuencias para las comunidades más afectadas,  debiéramos preguntarnos cómo paliar para que no siga avanzando esta tragedia nacional de los tóxicos (Costa Rica creo que sigue con el mayor promedio en uso de plaguicidas por hectárea)… Hay una manera ligera como se expenden esos químicos y la ignorancia y negligencia sobre divulgar información relativa a su peligrosidad, y a “su adecuado” uso, es evidente en muchos lugares. Aquí es por lo que se debe comenzar a ser diligente, hasta concretar acciones correctivas por parte no solo de las autoridades del ramo, porque el esfuerzo debe venir de todos.
Un intercambio de opiniones hay que hacer entre especialistas y luego -o paralelamente-  pueden estar divulgando información recopilada en cada pueblo. Por cierto que la universidad en comunión con la comunidad mediante los TCU y otras proyecciones de acción, ha de ver si se redobla interés en este tema.  Por tanto, podemos sacar conclusiones de archivos que les adjunto, y del artículo que escribió curiosamente un colega… Por tanto, el reto queda entonces en las instancias de gobierno, en los agrónomos y en dirigentes sociales.
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