La escritora, exministra de Cultura y Premio Magón, Carmen Naranjo, falleció hoy a los 83 años de edad a consecuencia de un cáncer que la aquejaba desde hace varios años.
La reconocida intelectual deja tras de sí una profunda huella en la literatura costarricense, tanto por su producción propia, como por ser guía y mentora de muchos otros escritores.
Naranjo estudió filología en la Universidad de Costa Rica para luego realizar posgrados en universidades de México y Estados Unidos.
Se desempeñó como embajadora de Costa Rica ante Israel; fue subgerente administrativa de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y asistente de gerencia del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Destacó particularmente como Ministra de Cultura durante el gobierno de Daniel Oduber y también fue directora de la editorial EDUCA y del Museo de Arte Costarricense. Además, en su momento también dirigió los programas regionales del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF).
Como escritora, a lo largo de su prolífica carrera ha dejado textos como “Los Perros no ladraron”, “Diario de una multitud”, “Cinco temas en busca de un pensador”, “El Caso 117.720”, o “Más allá de Parismina”.
Naranjo fue durante mucho tiempo colaboradora del Semanario Universidad, donde aún figuraba como parte del Consejo Editorial del suplemento Libros.
“Carmen Naranjo es una figura fundamental en las letras costarricenses. Como autora en cuentos, novelas, ensayos o poesía su producción se renovó constantemente. “No me gusta repetirme, decía, creo que la literatura es creación siempre”. Y así lo hizo durante toda su extensa carrera al buscar voces, estructuras, recursos y técnicas que hicieron de cada uno de sus libros una innovación”, recordó el periodista de UNIVERSIDAD, Manuel Bermúdez.
“Consecuente irreductible con sus convicciones y su amor por Costa Rica, mantuvo siempre una observación crítica de la realidad nacional. En su bucólico refugio en Tambor, de El Cacao, Alajuela, desde que se levantaba en la mañana estaba encendida la radio sintonizada en Universidad. Al lado, la lectura que no podía faltarle, el semanario UNIVERSIDAD en el cual era miembro del Consejo Editor del Suplemento Los Libros”, comentó Bermúdez
Durante una de sus últimas entrevistas dadas a UNIVERSIDAD, Naranjo recordó lo difícil que fue su venida al mundo, a pesar de lo cual siempre se declaró como una persona feliz.
“Mi papá siempre quería que yo descansara, porque había nacido en condiciones difíciles. Mi madre no quería tener más hijos y así que tuvieron que quitarme las agujitas que se había puesto para tratar de abortar. Por eso vino mi abuela, para cuidarme”, relató Naranjo.
“Luego adquirí poliomelitis y papá trajo de España un médico que puso muy gentilmente a disposición de todos los que nos había dado poliomelitis. Entonces pusieron una pilita para que nadara. Así, nadando recuperé el movimiento de las dos piernas”
A pesar de estas dificultades, Naranjo recordó que hasta llegó a practicar deportes como el baloncesto y el tenis, como prueba de su inquebrantable voluntad.
“Creo que he tenido una vida muy feliz, vencí a las enfermedades, vencí muchas dificultades, venido todo eso se vive muy feliz, se aprecia el día, se aprecia la obra de Dios que tanto hemos destruido”, afirmó.