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TEATRO, COMUNIDAD, LIBERACIÓN E INTERCULTURALIDAD.
El proyecto teatral de Rafael Murillo Selva-Rendón
Adriano Corrales Arias
Ensayo
Editorial Arboleda
2011
Es el título del nuevo libro de Adriano Corrales Arias y en el que nos presenta un proyecto cultural en envergadura que debe ser no solo conocido, sino también promovido por todas aquellas personas e instancias que estén honesta y verdaderamente interesadas por opciones sociales éticas y políticas radicalmente frescas e innovadoras para nuestro mundo.
Rafael Murillo Selva-Rendón es un hombre de teatro integral. Así, comienza Adriano su presentación de este soñador centroamericano, que asume el arte en su doble esencialidad: como un dispositivo de liberación del ser (Heidegger) y como una razón compasiva, sensible al sufrimiento del Otro (Rorty). Su proyecto nos llega como salvación, como una gota de esperanza en un mundo signado por la alienación y el egoísmo, sumido en la más absoluta inercia, abatido como está por el cinismo del sistema global, en el que hasta las mismas fuentes del saber han abandonado la luminosa función del pensar.
Como toda investigación sociocrítica, el trabajo de Adriano Corrales comienza por preguntarse por las condiciones de emergencia de aquello sobre lo que reflexiona: ¿Cómo es posible que aparezca en Centroamérica este tipo de dramaturgia? Responder a esa pregunta sociocrítica implica asumir un punto de vista doble, es decir, panorámico y puntual, al mismo tiempo; de ahí que su análisis ponga a dialogar las historias y saberes locales con las historias y saberes universales, por no decir globales.
Munido de la teoría crítica de vanguardia en América Latina, la teoría poscolonial del grupo M/C, Adriano interpreta el teatro de Rafael Murillo Selva-Rendón (RMSR, de ahora en adelante) como una propuesta intercultural por excelencia y propone desde el comienzo, con la ayuda de eminentes pensadores como Raúl Fornet-Betancourt, poner las palabras en su lugar, para poder valorar con justeza, los alcances liberadores del TEATRO IDENTIFICADOR ANÓNIMO de RMSR.
Deja claro que no debe confundirse multiculturalidad ni transculturalidad con interculturalidad; esta última va más allá de las dos anteriores. Se trata de una filosofía que reúne lo mejor de los pensadores dialógicos de todos los tiempos y se propone como la mejor ruta alterna que tenemos frente al totalitarismo de la vía globalizada, entrelanzándose, por eso mismo, orgánica aunque no desproblematizadamente, con el proyecto descolonizador del M/C javeriano de Colombia.
Puestos así los marcos de referencia, Adriano comienza por ofrecernos un panorama histórico del teatro en Centroamérica y resiente una crisis en las artes escénicas al haberse alejado del “gran público” y al haberse aislado en los teatros a la italiana y en las salas de cámara, generalmente comerciales, en las academias y en discursos estéticos convencionales y unilaterales, algunas veces experimentales pero autosuficientes y endógenos dentro de la circunstancia de un teatro «escénicamente correcto».
Según Adriano, en muchas de esas salas comerciales se intenta seducir al gran público con “espectáculos anodinos, estereotipados, (…) muchas veces rayanos en la obscenidad o en la pornografía”. Y debe de estar en lo cierto porque eso me recuerda desgraciadamente la triste realidad de bastantes espectáculos teatrales en Costa Rica, como si la cultura popular se limitara a ese tipo de manifestaciones.
En otras ocasiones, nos cuenta Adriano, se ha intentado un teatro multicultural que no ha sido otra cosa que un simple saqueo de nuestros símbolos y prácticas más representativas expuestos como productos exóticos venidos de la periferia para ser exhibidos en las vitrinas del primer mundo o expuestos aquí como cultura de exportación, lista para el consumo del turista o para el sentimentalismo barato del nativo.
Y es que efectivamente, hubo una época en que en Centroamérica y, muy particularmente en Costa Rica, las políticas de extensión artístico-cultural por parte del Estado fueron tomadas muy en serio y hasta se llegó a subvencionar el tipo de teatro dirigido a lo que Adriano llama “el gran público”. Ante este estado de cosas, el libro de Adriano nos presenta la propuesta dramatúrgica de RMSR como una renovación teatral que responde a esa crisis, pero que implica al mismo tiempo una respuesta a las urgencias históricas de su época y de su región.
De modo que Adriano nos presenta el teatro de Rafael Murillo como una propuesta estética que incluso rompe con las anteriores formas de ruptura y, por lo tanto, se trata de una forma de superación cultural, más que de una simple recuperación de tradiciones culturales. Y hablo de superación porque como toda idea verdaderamente innovadora, no se trata de simplemente reavivar algo sino de hacer surgir, frente a la antigua experiencia, algo verdaderamente nuevo: GÉNESIS.
En el caso de la propuesta dramatúrgica de RMSR, se trata de un cambio total del paradigma teatral: no hay público, no hay escenario, no hay autor, ni texto, ni literatura; solo hay un lugar cualquiera y actores también cualesquiera y una historia vivida que representar. Verlo para creerlo. Y lo vimos. El público que asistió a la presentación del libro el miércoles 16 de noviembre de 2011 en la Casa de la Cultura Amón del Instituto Tecnológico fue testigo de los alcances éticos, políticos y sociales del Teatro identificatorio anónimo de RMSR. En el documental presentado, se ve a gente que afirmaba tan íntimamente conmovida, como lo estaban los ahí presentes, que ¡EL TEATRO LOS HABÍA HECHO VER!
¿Cómo se logra esto? Para averiguarlo, vale la pena echarle una leidita al libro de Adriano Corrales. Pero el trabajo de Adriano no solo deja claro el significado del teatro de Murillo Selva-Rendón y las posibilidades de su aparición dentro del signo de su época; sino que también deja claro las condiciones y vicisitudes de la emergencia de su propio proyecto de investigación dentro de la misma universidad. Por eso, toda la investigación de Adriano y su proceso resulta ser una experiencia tan doblemente sociocrítica que invita a una reflexión metacrítica de la cultura como un todo. Es decir, lo obliga a uno a replantearse nuevamente la pregunta fundacional sobre qué es la cultura; de pensar en las relaciones entre cultura e historia, cultura y saber y, más concretamente cultura y disciplinas sociales, cultura y universidad, y hasta en la radical pregunta de si vale la pena seguir cultivando la cultura, o si más nos valdría quitarle lo que tiene de culto.
Lo que al final de cuentas nos confirman tanto las vicisitudes de la investigación de Adriano como el trabajo teatral de Murillo Selva-Rendón que allí se valora, es que ha llegado el momento del punto de torsión de la occidentalización mundial y que, como dice uno de nuestros más insignes poetas, “nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer”. …Y porque “en el peligro siempre crece lo que salva”, le acota un poeta alemán al poeta costarricense.
Este insigne hondureño, hermano nuestro, ha probado la verdad de la declaración de Enrique Dussel de que SÍ es posible pensar fuera del pensamiento eurocéntrico del que ahora, convertido en un poder deslocalizado y heterárquico, se defiende hasta la misma Europa. Según este filósofo latinoamericano, no solo es posible pensar desde la periferia, sino que además desde allí se puede pensar incluso con ventaja. ¡RMSR lo ha logrado!
En el proyecto teatral de RMSR, se respira el verdadero numen de todo arte: la intuición del instante creativo, la experiencia de ese instante en que el ser se deja venir y acaece una instantánea metafísica. Cuando buscamos al ser humano, lo luminoso del instante de su potencia es lo poético de su destino: GÉNESIS. Y en Centroamérica un teatrista ha mostrado cómo es posible que la razón poética pueda derrotar a la razón científico-social.
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