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Con “Facetas del Partido Vanguardia Popular”, un breve volumen publicado a finales de 2011, el catedrático Gerardo Contreras se perfila como el historiador clave del comunismo en Costa Rica.
Gracias a esta reciente obra, Contreras ya registra diez libros relacionados con la historia y las vicisitudes del comunismo en el país, tema que despierta un gran interés, sobre todo, entre los estudiantes y los analistas.
El libro, publicado por la editorial Estudios Contemporáneos, tiene un formato muy sencillo y oportuno: el de preguntas y respuestas. Ello hace que se presente como un material muy valioso para los estudiantes de Estudios Generales y para quienes empiezan a conocer cómo surgieron las raíces del comunismo costarricense.
“El libro se elaboró mediante el sistema de preguntas y respuestas, en razón de considerar que así es un tanto más didáctico”, expresó el autor.
Así, mediante el volumen, el lector puede enterarse de que el Partido Comunista de Costa Rica se fundó un 16 de junio de 1931, pero ya desde antes se había desatado un hervidero de conciencias en torno al tema de la justicia social.
En ese camino, se antecedieron a su fundación del comunismo figuras como Gregorio Soto, Ruperto Sáenz, José María Zeledón Brenes, Omar Dengo, Carmen Lyra, Amado Chaverri, Francisco Arias, entre otros.
Ante la pregunta “¿qué planteaba el programa del partido?”, llama la atención que en su punto siete de su propuesta programática se estipulara “la emancipación político-jurídica de la mujer” costarricense, tema que será retomado incluso por liberales como Óscar Arias Sánchez en su primer gobierno y que sigue todavía como un asunto pendiente en la sociedad nacional.
Para aquellos se acerquen por primera vez al tema, “Facetas del Partido Vanguardia Popular” les resultará de gran utilidad.
El libro, por ejemplo, puntualiza cómo a los comunistas, a lo largo de todo el siglo XX, nunca se les permitió presentarse a unas elecciones con ese nombre, por lo que en un principio debieron hacerlo como “Bloque de Obreros y Campesinos”.
Así, para 1940, en un principio su candidato presidencial no fue Manuel Mora Valverde, como de entrada podría creerse, sino Ricardo Jiménez Oreamuno, quien ante las críticas feroces de la burguesía, retiró su nombre, no sin antes advertir: “no tengo más que unos huesos y un cuero viejo que ofrecer a la patria”.
Y en el volumen es posible precisar, también, que fue gracias a una recomendación de monseñor Víctor Manuel Sanabria, que el Partido Comunista de Costa Rica, nombre oficial entonces, decidió en 1943 cambiar su denominación por el de Vanguardia Popular.
“Vivencias del Partido Vanguardia Popular”; “La historia no es color de Rosa”; “Semblanza de Luchadores del Partido Vanguardia Popular”; “Manuel Valverde y los logros de la Democracia Costarricense” son algunos de los últimos libros en los que Contreras se ha enfocado en escrudiñar la huella del comunismo en el país.
Esta obra, sin embargo, quizá vaya a tener una recepción más alta que las anteriores, gracias a la sencillez y a la puntualidad con que es desarrollado el contenido, el cual está debidamente documentado.
Las luchas de Vanguardia y sus alianzas con los calderonistas y la Iglesia Católica, y su papel protagónico en la guerra del 48 son otros de los contenidos abordados en la obra.
En relación con el 48, el libro afirma, por ejemplo, que tanto el presidente de la República, Teodoro Picado, como su hermano René Picado, entonces ministro de Seguridad, se negaron a dotar a los combatientes comunistas con las armas más modernas, lo que evidenciaba la fragilidad de la alianza y la desconfianza hacia los camaradas comandados por Manuel Mora.
El libro, entre pregunta y pregunta, hace un largo recorrido desde 1931, fecha oficial de fundación del Partido Comunista, hasta una coyuntura clave como fue la de 1983, en la que Vanguardia Popular sufre una fractura en su seno dirigencial de la que todavía hoy, casi 30 años después, no se repone.
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