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Los severos recortes anunciados por el nuevo gobierno español, con el fin de reducir el déficit que agobia a las finanzas públicas, podrían ser contraproducentes en términos de generación de empleo; mientras tanto volvió a bajar la calificación de la deuda española, lo cual complica las posibilidades de recuperación económica.
Según lo ha manifestado el propio Mariano Rajoy, esos recortes de gastos del sector público podrían alcanzar los 40.000 millones de euros para fin de año, entre otras medidas impulsadas.
Muchos analistas no han dudado en calificar la actual crisis como la peor en la historia de España, que ahora la enfrentará con un gobierno de derecha, cuyo ministro de economía -Luis de Guindos- ostenta el nada aliciente currículo de haber sido presidente ejecutivo para España y Portugal del desaparecido gigante financiero Lehman Brothers.
Por ejemplo, el economista costarricense Juan Manuel Villasuso consideró que el camino marcado por Rajoy es errado, pues “los esfuerzos del Estado deberían orientarse más hacia la generación de empleo que hacia la contracción del gasto”.
Las medidas tomadas por el mandatario podrían incidir, además, en el resurgimiento de los amplios movimientos de protestas de ciudadanos indignados, que ya España vio a lo largo del 2011.
El colectivo ¡Democracia Real Ya!, surgido el año pasado a partir de la indignación ciudadana, organizó el pasado 15 de enero la primera serie de manifestaciones simultáneas en muchas ciudades españolas, bajo el lema de la defensa del sistema de salud pública.
RECORTES
Mariano Rajoy ocupó el puesto de presidente del gobierno español a mediados de diciembre y, en su discurso de envestidura ante el Congreso, puntualizó que la taza de desempleo ronda el 23% de la población económicamente activa, mientras que anunció que el déficit fiscal previsto del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) implicaría un recorte de gastos total de 16.500 millones de euros para este año.
Así, el último día laboral del año presentó un plan de recortes inicial, que alcanza 8.900 millones de euros (más de ¢5.7 billones a ¢651 el euro), lo cual representa el mayor recorte en la historia de España, según lo han consignado diversos medios.
Esa medida fue acompañada por un aumento en los impuestos sobre la renta, que cayó como un yunque sobre la opinión pública española sorprendida, pues uno de los pilares de campaña del hoy presidente fue precisamente que no los aumentaría.
En una entrevista concedida recientemente a la agencia noticiosa EFE, Rajoy justificó el aumento de impuestos decretado en diciembre como una medida «dura y dolorosa, pero absolutamente imprescindible”, en vista de que, según dijo, al asumir el gobierno encontró el déficit fiscal en un 8% del PIB, dos puntos por encima de lo que había anticipado el anterior gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Esos adjetivos contrastan con lo dicho por su ministro de hacienda, Cristóbal Montoro, quien el pasado 11 de enero -en una comparecencia ante el Congreso- calificó el recorte como “ponderado” y el esfuerzo tributario como “moderado y temporal, y con el compromiso del gobierno de rebajar dicho impuesto una vez se ponga en marcha el crecimiento”, según lo publicó el diario venezolano El Universal.
Los socialistas, por su parte, han difundido una videocinta que recopila declaraciones de Rajoy durante la campaña, cuando manifestó que “subir los impuestos es más paro, más recesión, peor situación económica para las familias y clases medias”.
Hasta ahora, los recortes han significado para el sector público el congelamiento de los salarios y de la creación de plazas, así como un aumento en las horas laboradas por semana.
Además, Rajoy buscará la aprobación de un proyecto de ley para disminuir en un 20% la subvención a los partidos políticos, según la información consignada en las páginas de Internet de los ministerios de Economía y Hacienda.
Por otra parte, la Radio y Televisión de España (RTVE) y la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (RENFE) han visto cercenado su presupuesto en 200 millones de euros.
Si bien el total de los recortes anunciados por Rajoy en su discurso de investidura asciende a los mencionados 16.500 millones de euros, según declaraciones recogidas por el citado medio venezolano, el propio presidente estaría manejando una cifra que podría alcanzar los 40.000 millones a final de año, ante el imprevisto tamaño del déficit.
Todo ello se da en un contexto donde el desempleo, en ese país, podría alcanzar la cifra de 5.5 millones de personas. El panorama se complica aún más, pues la empresa de calificación de riesgo de la deuda Standard & Poor’s, recién el pasado 13 de enero, volvió a bajar la nota a la deuda española de “AA-” a “A”.
De hecho, la más reciente recalificación de deuda, realizada por esa empresa privada, golpeó también a Francia, Austria, Eslovenia, Italia, Eslovaquia, entre otros países. Esas bajas en la calificación implican que, para colocar los bonos de sus deudas, los países deben pagar intereses más altos, lo cual los ahoga aún más económicamente.
“RENCO Y LO EMPUJAN”
Las medidas anunciadas por Rajoy caminan por un trayecto muy diferente al que parece dar buenos frutos al otro lado del Atlántico, al presidente de Estados Unidos -Barak Obama-, quien con el nuevo año celebró haber alcanzado un nivel de desempleo del 8.5%, lo más bajo desde febrero del 2009.
En declaraciones recogidas por la agencia noticiosa Reuters, Obama aprovechó las buenas noticias para pedir al Congreso de su país que apruebe una prórroga para todo este año en recortes de impuestos a la clase media.
Obama manifestó públicamente su convencimiento de estar avanzando por el camino correcto y, según publicaron otros medios, el mandatario estadounidense buscaría poner fin a dos años de congelamiento salarial para los empleados del sector público.
Sobre el tema, el economista Juan Manuel Villasuso indicó que ante una crisis como la que atraviesa España, con 5.5 millones de personas desempleadas, una política tan drástica de reducción del gasto más bien puede implicar un agravamiento del problema.
“Algunos recortes serán justificados, pero en la magnitud como los hace Rajoy significarán un frenazo económico”, advirtió.
Villasuso recordó que las llamadas políticas de shock, como lo es la magnitud de recortes emprendidos y pretendidos por el actual presidente español, siempre generan resultados negativos, y aún más cuando se aplican en pleno ciclo recesivo.
Para el analista, el presidente español pertenece a “esa vertiente económica que cree en el recorte de los gastos”, a lo cual se suma el hecho de que se encuentra “sometido” a la presión de la canciller alemana Ángela Merkel y el presidente del gobierno francés Nicolás Zarkozy. Es decir, “tras de que es renco, lo empujan”, acotó.
Un criterio económico similar expresó el Premio Nobel de Economía del 2008 -Paul Krugman-, el pasado 12 de enero en su columna del diario estadounidense New York Times.
Ese especialista llamó la atención sobre los países de Grecia, España e Irlanda, los cuales han adoptado fuertes medidas de austeridad. “En cada caso el desempleo, se disparó porque los recortes en gasto gubernamental golpean principalmente a los productores domésticos”, aseguró.
En su análisis, Krugman añadió que con la aplicación de ese tipo de medidas, la reducción de los déficit presupuestarios fue inferior a lo esperado, pues los ingresos por cobro de impuestos cayeron, ante lo que calificó como un “colapso” de la producción y del empleo.
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