¿Tenía algún conocimiento la candidata del Partido Liberación Nacional (PLN), Laura Chinchilla,  sobre la estructura establecida para manejar los fondos dirigidos al transporte de la campaña política del 2010?  Las respuestas a esta pregunta de parte de analista y personas allegadas a la política están dividas, pues mientras por un lado unos consideran que era imposible que desconociera la estructura, otros estiman que un candidato presidencial por lo general delega esta tareas y se ocupa de grandes lineamientos.
Por ejemplo, para el politólogo Francisco Barahona son ineludibles las responsabilidades directas de la actual mandataria en torno a este escándalo.
“Chinchilla defiende al partido que la ha hecho presidenta, vicepresidenta y diputada, y lo que hacen es echarle las pulgas a otro perro, yo dudo que se hayan hecho a las espaldas de ella”, aseguró Barahona.
Aunque Barahona asegura que es muy difícil probar que ella haya tomado la decisión directa, estima que ella como excandidata deberá enfrentar los compromisos, por ser la responsable directa de los miembros del comando de campaña.
 
“Así como ella ahora es responsable de los errores y aciertos de sus ministros, pues igual ella es la principal responsable de lo que sucedió durante la campaña electoral”, enfatizó el analista.
También Douglas Caamaño, quien ha presentado la documentación sobre las aparentes irregularidades ante el Tribunal Supremo de Elecciones y la Fiscalía General de la República, afirmó que si bien es cierto que dentro de un proceso electoral todos tienen muchas obligaciones, la cantidad de presuntas irregularidades hace difícil que la candidata desconociera esa situación.
No obstante José Miguel Corrales, excandidato presidencial del PLN, es de la tesis de que si hay un problema que enfrentan los candidatos en los procesos electorales es la carencia de control de “todo lo que sucede” a lo interno.
“En su momento yo dí los nortes de lo que se quería en campaña”, comentó.
El político también fue enfático al señalar que los dineros públicos no deberían ser administrados por entes privados como lo son los partidos políticos, porque “en las arcas abiertas hasta los justos pecan”.
Esa misma opinión la externó Víctor Ramírez, quien estima que la entonces candidata Chinchilla podría desconocer porque por lo general el aspirante pone a gente de su confianza y sobre todo en el manejo de recursos de campaña participan los miembros de los mandos medios de la estructura de la organización política, que son quienes “mandan”.
Ramírez, quien se encargó de la imagen y la comunicación de la campaña de Corrales en 1998, dijo que son las estructuras medias las que vienen con una historia de vicios y solo eso conocen y practican dentro de los procesos de campaña electoral.