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“Al evocarte, tango querido, siento que tiemblan las baldosas de un bailongo y oigo el rezongo de mi pasado… cuando tu canto nace al son de un bandoneón”. (El Choclo, Enrique Santos Discépolo)
Con su música y sus letras que impregnan el alma de distintos sentimientos, el tango ha traspasado las fronteras y ha permanecido en el tiempo, fusionándose con otros ritmos.
En los últimos años se trasladó de los salones de baile a las salas de terapia, con el propósito de ayudar a personas con diversos padecimientos, como el alzheimer y el parkinson.
La Licda. Ginette Sánchez Gutiérrez, bailarina, profesora de la Escuela de Psicología y estudiante de la Maestría en Ciencias del Movimiento Humano de la Universidad de Costa Rica (UCR), investigó acerca del Efecto agudo de una sola clase en dos intensidades diferentes de tango en el estado de ánimo y el esfuerzo percibido en adultos mayores.
Los resultados de este estudio se dieron a conocer en el XVIII Simposio Internacional en Ciencias del Deporte, el Ejercicio y la Salud, celebrado recientemente en la Escuela de Educación Física y Deportes de la UCR.
La Licda. Sánchez ha trabajado desde hace varios años con personas adultas mayores en actividades relacionadas con el movimiento y la relajación.
También ha comprobado los resultados de estas terapias en población adulta mayor como bailarina e instructora de tango, es integrante de la Asociación de Maestros, Bailarines y Coreógrafos de Tango Argentinos (AMBCTA) y de la Academia de Tango Fantasía.
Según dijo la investigadora, la literatura científica registra numerosos estudios sobre los beneficios psicológicos y físicos del ejercicio en personas adultas mayores. No obstante, hay muy pocos trabajos relacionados con el tango, por lo cual considera que el suyo es pionero en este campo.
Agregó que en algunos de estos trabajos se utiliza una escala denominada POMPS (Profile of Moods States), que mide cinco estados de ánimo: tensión, depresión, cólera, vigor y fatiga. En otras investigaciones se ha medido la autoeficacia, un indicador de bienestar general, y los afectos positivos y negativos.
El ejercicio en moderada intensidad beneficia más el estado de ánimo, que uno de baja intensidad, indicó la psicóloga.
AL COMPÁS DEL TANGO Y LA MILONGA
El propósito de la investigación de Sánchez fue determinar si existían diferencias significativas en el estado de ánimo y en el esfuerzo percibido en adultos mayores, en una clase de tango de baja y otra de mediana intensidad.
Para ello trabajó con población de tres centros diurnos de atención, ubicados en Cartago, Tibás y Heredia, con una muestra de 40 personas, entre hombres y mujeres, con una edad promedio de 78 años. En la clase de tango de baja intensidad participaron 21 mujeres y un hombre y en la de moderada intensidad 13 mujeres y cinco hombres.
En la clase de baja intensidad utilizó música de tango clásico, que en términos musicales es un compás de cuatro por cuatro, un poco más lento, y en la de moderada intensidad el ritmo de milonga, que es más rápido y tiene una métrica de dos por cuatro, muy similar a la del merengue.
La actividad consistió en una sola clase de 25 minutos de duración, en la que se hizo práctica individual y en parejas. Las instrucciones estuvieron a cargo de Sánchez, quien ejecutó todos los movimientos junto con las personas participantes.
Los instrumentos de medición utilizados fueron la escala de estados anímicos POMPS y la escala de esfuerzo percibido de Borg, los cuales se administraron antes y después de la clase.
También hubo un espacio de diálogo, en el que la investigadora conversó con los participantes en torno a la experiencia y a aspectos culturales relacionados con el tango.
RESULTADOS SIMILARES
De acuerdo con la investigadora, al inicio de la clase el esfuerzo percibido arrojó puntajes bajos en ambos grupos, pues se encontraban en estado de reposo. Posterior a la clase hubo un aumento significativo en la percepción del esfuerzo físico de forma similar en ambos grupos, no a causa de las intensidades de la clase, sino por el hecho de realizar ejercicio.
Los estados de ánimo de tensión, depresión, cólera y fatiga, que son los negativos, se mantuvieron bajos, mientras que el vigor, que se asocia con la alegría y la energía, se mantuvo alto, lo cual es un resultado positivo.
Este estudio además permitió conocer otros aspectos que van más allá del tango y que son importantes de tomar en cuenta en futuras investigaciones en las que se trabaje con población adulta mayor.
Al respecto, Sánchez expresó que si bien no encontró diferencias significativas entre los grupos de baile según la intensidad, las personas participantes experimentaron un pequeño aumento de tensión al final de la clase.
En su criterio, esto se debió al uso de los instrumentos de medición, los cuales les resultó difícil de comprender, a pesar de que se utilizó una escala reducida y se modificó el tamaño de la letra para facilitar la lectura. Por lo tanto, lo ideal es utilizar la entrevista cuando se trabajan aspectos psicológicos con esta población.
Otro factor que afectó las intensidades de la clase fue la dificultad y novedad que presentó el baile de tango, que obligó a detenerse y repetirlo una y otra vez. De allí que lo conveniente podría ser ealizar varias sesiones y no una sola clase, pues se observó que a más práctica mayor es el disfrute de lo que hace.
Un inconveniente más es la carencia de estudios sobre los efectos psicológicos y fisiológicos del baile del tango para apoyarse, a excepción de unos pocos realizados con personas que padecen parkinson y alzheimer, en los que se han visto los resultados positivos obtenidos en estos pacientes.
En este sentido, la Licda. Sánchez planteó la necesidad de realizar más investigaciones acerca de los efectos del baile del tango en personas adultas mayores.
Considera, según su propia experiencia en la enseñanza del tango, que este baile podría aportar múltiples beneficios para esta población, lo cual también se ha podido comprobar científicamente en los estudios de efecto crónico (varias sesiones), pues han contribuido a aumentar el nivel de autoconfianza, bienestar psicológico, equilibrio y la marcha en esta población.
También por la gran influencia que ha tenido esta música en el país, lo cual se ve reflejado en las numerosas canciones que fueron compuestas a ritmo de tango, como Caña dulce y el Huellón de la carreta, y en las obras de compositores tan reconocidos como Julio Fonseca y Héctor Zúñiga, entre otros.
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