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Dios ha tenido muchos nombres

“Y la visión del Brahmán todopoderoso te  librará de todo dolor”.  Yoga Darshana Upanishad

“Y la visión del Brahmán todopoderoso te  librará de todo dolor”.  Yoga Darshana Upanishad
En la India llaman a Dios con diferentes nombres: el Brahmán entre ellos y con una clara connotación monoteísta; La biblia lo llama Jahvé y Jehová, pero en un sentido monoteísta; Lao tsé, el filósofo chino y fundador del taoísmo, lo llama Tao, también en un sentido monoteísta. Para Lao Tsé el Tao o ser divino  es unidad de contrarios, que él llama ying y yang.
Heráclito de Éfeso, filósofo griego y ahora muy recordado por la filosofía en general, lo llama Zeus, pero no en un sentido politeísta, más bien en un sentido monoteísta. Dice Heráclito en el frag.49: “Zeus quiere y no quiere ser llamado con el nombre de Zeus”. El fragmento alude o señala que la divinidad o Dios es unión o unidad de contrarios, el mismo pensamiento que hemos visto se encuentra en el taoísmo.
En otro lugar señala Heráclito:”El rayo dirige todas las cosas”. El rayo es -como sabe cualquiera que haya leído sobre religión griega antigua- “el arma punitiva de Zeus”. Pero al atribuirle al rayo la dirección y gobierno del universo y el hombre, es decir de todas las cosas, es posible que el filósofo esté pensando en Zeus en un sentido monoteísta también.
La idea de un Dios todopoderoso, dueño absoluto del universo, está en los hebreos también. Puede ser que Heráclito esté influido por los israelitas. Solo hay que imaginar los múltiples intercambios culturales y religiosos que había en los antiguos pueblos.
Heráclito también llama a la divinidad o ser divino “el justo”, “el sabio”, “el Nous” (espíritu), “el Daimon”, no entendiéndose en esta última palabra el significado  que adquirirá posteriormente. Anaximandro, otro filósofo griego, llama a la entidad espiritual “Lo Indeterminado” y dice que es inagotable.
Mircea Eliade, gran filósofo e historiador de las religiones y en clara disonancia y polémica con los materialistas, ha revalorizado el fenómeno religioso, tratando de barrer el fanatismo y dogmatismo que ha azotado a algunas religiones.
Para un autor como Eliade, la lucha religiosa, es decir, la guerra entre las distintas religiones, es estéril, inútil, injusta, irracional. El fenómeno religioso puede ser comprendido por la mente del hombre. Autores como Eliade han encontrado similitudes, parentescos, igualdades, puntos de contacto en las diferentes religiones, llegando a considerarlo un fenómeno intrínseco al ser humano, no importando la región de procedencia. La religión debe unir al hombre, no desunirlo.
Después de todo, las religiones deben tratar de construir un mundo de justicia, amor y bondad, que debe ser su meta. Entre un taoísta, un cristiano y un judío auténticos, no vemos gran diferencia.
Entonces, ¿cuál es la religión verdadera?, ¿la mía o la tuya?, ¿la mía?, -¡no, la mía!-, ¡entonces jalémonos los pelos!; –tranquilos, tranquilos, no nos pongamos fanáticos y dogmáticos. Busquemos una solución.

  • Héctor Andrés Naranjo Rojas (Profesor)
  • Opinión
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