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Antisionismo radical

En referencia a los comentarios del Prof. Méndez (Semanario #1924, 16/22/11) reitero que no tengo nada contra el marxismo. Si se instaura un régimen que supere las dinastías norcoreana y cubana y el fracasado modelo soviético generando un paraíso del proletariado, aplaudiré y felicitaré a don Tito.

En referencia a los comentarios del Prof. Méndez (Semanario #1924, 16/22/11) reitero que no tengo nada contra el marxismo. Si se instaura un régimen que supere las dinastías norcoreana y cubana y el fracasado modelo soviético generando un paraíso del proletariado, aplaudiré y felicitaré a don Tito.
Para Méndez, quien explique el punto de vista israelí es un “fundamentalista”; eso incluiría a destacados sionistas como Einstein, Isaac Stern, Marc Chagall, Steven Spielberg, Freud y otros pensadores y premios Nobel de reconocida labor por el Estado de Israel.
El fundamentalismo, al igual que el comunismo, se caracteriza por una sumisión incondicional a un líder, a quien se le debía obediencia absoluta, pues se considera predestinado a cumplir una misión que sólo él puede lograr y por su dogmatismo se facilitaba la creación de una estructura dictatorial. Hay anulación de la crítica interna y prohibición del pensamiento individual. Se fabrican palabras, frases y consignas para descalificar a quienes no pertenecen al grupo, que son considerados inferiores (reaccionarios, retrógrados, revisionistas, etc.) como lo hicieron los marxistas reales, hay prohibición de abandonar la organización y quien lo hace es severamente penado.
Nada de esto se da en el sionismo, forjador de la única democracia en el Medio Oriente, con partidos que van desde la extrema izquierda a la extrema derecha.
La bibliografía de don Tito es parcialmente cierta, una media verdad que se convierte en mentira completa. No aclara que desde la creación de Israel, la navegación por el estrecho de Tirán hacia el puerto de Eilat, estaba bloqueada por cañones egipcios y desde ese país los ataques de los terroristas (fedayín) ocurrían todas las semanas. Egipto y Siria recibían armamento soviético moderno, incluyendo aviones MIG, mientras Israel no tenía un suplidor de armas.
Ante la nacionalización del canal de Suez en 1956, Inglaterra -que en el 48 había apoyado a los árabes- presentó con Francia un plan, que les permitiría a ellos recuperar el control del canal y a Israel aprovecharse para abrir la ruta hacia Eilat, a la vez que Francia le supliría las armas que angustiosamente requería para mantener un precario equilibrio militar con los árabes.
El resto es historia, Francia e Inglaterra se retiraron sin haber logrado ninguno de sus objetivos a pesar del éxito militar, Israel capturó el Sinaí y se retiró luego de obtener garantías para la libre navegación por Tirán. El periodo 1956-1967 fue tranquilo y permitió un gran progreso en Israel,  cuyo principal interés era lograr la paz.  En 1967, Nasser volvió a bloquear Tirán, y declaró que “el único método que aplicaremos contra Israel será el de la guerra total, que finalizará con la exterminación de la existencia sionista». (Radio egipcia, «La voz de los árabes», 18 de mayo de 1967). Esta y otras amenazas se encuentran en http://www.sixdaywar.co.uk/crucial_quotes.htm
Israel derrotó a los tres países que habían desplegado sus ejércitos para aniquilarlo, les ofreció devolver todo a cambio de la paz lo que fue rechazado (adjunto uno de tantos sitios sobre los 3 “NO” http://en.wikipedia.org/wiki/1967_Arab_League_summit) ante lo cual permaneció en los territorios capturados, que contrario a lo que absurdamente dice la bibliografía de don Tito, le daban una gran seguridad estratégica como se demostró en la guerra de Yom Kipur de 1973. Si el ataque árabe se hubiera desencadenado desde las fronteras de 1967, ya no existiría Israel. Aunque el Instituto Gallach insista en la “negativa de Israel a retirarse”, le informo a don Tito que Israel devolvió el Sinaí desde hace más de 30 años.
La primavera Siria sobrepasa los 7000 muertos, el año académico 2011 terminó, y los filósofos que por supuesto no son maniqueos, fundamentalistas y sin doble moral, se fueron sin decir nada.  Los términos masacre, genocidio, asesinato, los reservan curiosamente para quienes han tenido que defenderse de los déspotas que hoy acribillan a sus pueblos.

  • Mayer Tropper (Profesor)
  • Opinión
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Notas

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