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Podríamos hablar de docenas de casos en que la razón humana resuelve toda una problemática sin tener que apelar a lo milagroso. De hecho los filósofos franceses del siglo XVII, diferencian entre “estados de ser” y “procesos o categorías de la razón”. Generalmente los movimientos de grupos místicos conciben los estados de la conciencia o de ser, como el “todo” de la evolución humana. Consecuentemente, se abocan a obtener estados de conciencia muy altos, pero no les dan importancia a las categorías del pensamiento que nacen del uso de la razón. En muchos casos las consideran de menor importancia que los estados de la conciencia. Mucho de esto proviene de las escuelas del misticismo y principalmente del hinduismo y del budismo, donde lo importante es obtener la salvación iluminativa por estado de conciencia y no llevar a cabo una obra de vida consecuente con un destino intelectual, filosófico o teológico. Incluso se propone el abandonar de la ciencia, para recluirse en el “ashram” y meditar hasta alcanzar un nivel de conciencia iluminativa. Yo personalmente no culpo enteramente un alma así, pues más de una vez he querido yo mismo escapar del laboratorio y refugiarme en el monasterio para el resto de mi vida.
Un balance entre ambos puntos de vista parece ser la ecuación más indicada. Un inscape y un exscape. Ambas siendo parte de la naturaleza humana y ambas logrando mayor felicidad. Aun así añoro el monasterio de vez en cuando. La quietud y la disciplina de vida con su regularidad se combinan con una praxis intelectual monástica, en forma exquisita. Pero hay muy pocos monasterios con laboratorios de ratas y eso me lleva a buscar un sentido monástico de vida dentro la universidad. En fin, estoy agradecido con la Vicerrectoría de Investigación, con el Dr. Manuel Martínez Herrera y con la Dra. Sandra Badilla Chaves, por la oportunidad que me han brindado de continuar mis trabajos investigativos y propuestas intelectuales dentro del recinto universitario.
Realmente creo que hay que forjar una nueva Costa Rica y desde luego América Latina, a través de la praxis intelectual y científica. Debemos romper la brecha entre nosotros y las naciones industrializadas, a través del esfuerzo del corazón y la decisión del alma y de la mente. Hasta cierto punto es una praxis de disciplina monástica también. No conozco un investigador científico o intelectual latinoamericano que gane excesivos sueldos. Yo ciertamente no gano mucho. Pero esos ideales de servir a nuestra cultura y civilización no se pueden evaluar solamente con dinero. Es algo intangible también.
En todo caso la diferenciación entre estado de conciencia y categorías del pensamiento, llevó eventualmente a un Occidente que separó lo religioso de lo laico. Esto eventualmente produjo una especie de agnosticismo en la ciencia y en la cultura intelectual. Por eso es que cada vez que viene un gurú o maestro de Oriente, miles de personas lo comienzan a seguir. El agnosticismo lleva al materialismo y este a su vez a una especie de cansancio extremo y fatiga para con la vida misma. Al no encontrar esos sublimes ideales del monasterio, que nos mantienen trabajando porque balanceamos lo trascendente con lo inmanente, la mente se cansa. Especialmente cuando entra en contacto y es bombardeado por el capitalismo consumista y sus promesas de paraísos falsos y felicidades artificiales de peluche muerto. El consumismo como entidad adictiva, esclaviza al alma y a la praxis conductual. Consecuentemente vienen las neurosis noogénicas o neurosis existenciales. El alma añora el liberarse de estas cadenas y los gurús orientales ciertamente proveen este camino de cómo eliminar dichos obstáculos. Es por esa razón que en Occidente se oscila entre una religiosidad desesperada y un ateísmo carente de significado anímico. Los gurús y los santos de Oriente y de Occidente, si permiten una reevaluación de la vida y de sus propósitos. Una nueva frescura y una nueva intencionalidad. Consecuencia de todo esto es que en Occidente las masas carentes de significado de vida, necesitan de vez en cuando una inyección de lo bienaventurado y de lo religioso.
La Eternidad añora al hombre tanto como el hombre añora a la Eternidad. De hecho lo numinal danza en medio de lo fenomenal como esa estatua del Sr. Shiva Nataraja, que baila sobre la cabeza de un demonio. Cuando entran las falsificaciones, través del mundo consumista, ofreciendo la felicidad, se ofusca en algún grado el alma en su jornada de héroe en búsqueda del Yo o del Self. Con el tiempo nos daremos cuenta que hay más en la vida que tener dos carros y dos casas, más dos vacaciones al extranjero cada año.
Desear con desesperación lo absurdo, es llegar a convertirse en un ser absurdo. Escribir un libro tiene que ser más importante que ir a un partido de fútbol. Al menos leer un libro que nos eleve. Las masas no deben continuar siendo manipuladas con dosificaciones de lo absurdo. ¡Amén de cada campaña política!
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