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Don Carlos Quirce y la ciencia de la conciencia

Deseo referirme al nuevo libro del Doctor Carlos Quirce  Balma, ya que hace honor a la conciencia para la Costa Rica del siglo XXI.

Deseo referirme al nuevo libro del Doctor Carlos Quirce  Balma, ya que hace honor a la conciencia para la Costa Rica del siglo XXI.
Hablar de la sociedad es referirse a un abstracto; la sociedad no es nada, es solamente una forma de relaciones de producción. Para hablar de la organicidad humana y la cultura es necesario hacer referencia a la consciencia o la percepción de lo que acontece en la mente humana, no sólo como forma completa de vida mental, sino como un dispositivo de sensibilidad que permite la dirección, el sentido.
Pero ¿dónde están, además, las emociones como la ansiedad, el temor, la vergüenza o la tensión de las cuales no somos conscientes?; están ocultas, irresueltas, lanzadas a los abismos de la confusión del capitalismo destructor del alma. No tener conocimiento de las emociones es estar expuesto a que otros te las direccionen hacia sitios comerciales que afectan tu economía profundamente, eso es todo.
Conciencia, es la función humana que nos permite tener conocimiento de la realidad dentro y fuera de nosotros, para vigilar una realidad que nos favorezca; la función sociobiológica de la conciencia es “tener conocimiento de todo lo que es significativo para mí si deseo sobrevivir.”(Fromm, 1968)
El sueño costarricense de los spa o la ilusión de modernidad de las prótesis electrónicas, son otros estados de la conciencia que me liberan del cuidado de sobrevivir, me impiden tener claro lo que es útil o de lo que me amenaza por parte de la realidad.
Para “ver” la realidad, cada sociedad crea sus propias formas de represión, o sea, de inconsciencia social. Esta represión no es ejecutada sólo por la familia individualista, sino especialmente por los sectores poderosos que dictan modelos y normas sólo para su propia conservación. El Doctor Quirce nos recuerda que mucho de lo que está reprimido en la Costa Rica actual es la moral, lo verdadero y lo racional.
¿Cuál contenido de la realidad permanece consciente y cuál permanece en la inconsciencia social, o sea filtrado, dictado por los medios de difusión de masas pagados por los ricos, no por las personas trabajadoras de clase media que apenas mantiene a su familia, muy entarjetados? Lo mediático de la realidad, convierte a esta sociedad costarricense en una totalmente refractaria a su propia crítica. El consenso hecho al lenguaje de masas ha convertido lo inmoral en moral, lo irracional en racional y lo feo en bello; este es el “sentido común” imperante en el país, con un inconsciente demasiado irracional, no el lugar donde también reside la emocionalidad inteligente que nos orienta.
Lo que está llenando nuestra consciencia no es real sino ficción manufacturada, mucho de lo verdaderamente real no es consciente porque la crítica a las estructuras sociales es tabú, esoterismo. Si los y las costarricenses apercibieran su propia realidad harían algo para combatir las tragedias de la corrupción, de la difusión de masas, de la pobreza, etc. pero esto no conviene a los sectores dominantes que ocasionan esas tragedias. No todo lo que está reprimido es sexual.
Falsas consciencias, pensamientos deformados, cerebros lavados por el filtro social de intereses mercantiles, se curan con la función de la conciencia crítica o pensamiento crítico, la crítica social y la crítica a las ideologías. La actitud crítica e interrogante de este libro, hace perder la fuerza y la rigidez consolidada de una serie de mitos sobre la sociedad costarricense, como son la “Costa Rica de la paz y de la democracia”; trae a la consciencia lo que de lo contrario permanecerá en el inconsciente de quien no tenga acceso a este tipo de literatura, que no forma parte del pasado por su lenguaje y su integralidad analítica.
El interés de los seres humanos en la Costa Rica industrial está situado en la producción, el intercambio y en los bienes de consumo de cosas, es un humano que tiene la necesidad extrema de poseer y manipular cosas. El Dr. Carlos Quirce nos informa que en este marco social la experiencia del ser humano y su propia identidad se pierden, no hay “inside”, sino enajenación, pensamiento superficial.
Lo que verdaderamente está reprimido en la Costa Rica actual es la ansiedad, la falta de identidad, el aburrimiento, el miedo, la inseguridad y la masificación; los costarricenses se unen al “sentido común” para salvarse de su inseguridad y sustituyen la inteligencia por la aparatología y el consumo.
Vivimos en una sociedad en donde han crecido de manera exponencial los bienes de consumo,  pero a estas alturas es importante preguntarnos ¿de qué somos pobres?
La literatura del Dr. Quirce es cadenciosa, como su voz, suave y explicativa; es como estar viajando hacia una cascada, para caer en un río sinuoso de conceptos frescos, que finalmente te conducen a una ribera de lanzas y pétalos; digo pétalos porque sus palabras son muy delicadas,  mientras que los contenidos son crítica dura al espíritu de todos y todas las que lo leemos.

  • Idahyma Barrantes F.
  • Opinión
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