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Doce fotografías, realizadas en diferentes momentos a lo largo de 3 años, componen la muestra “Mujeres Ngöbe”, que el artista y fotógrafo Marco Chía exhibe en el sitio en Internet del Museo de las Mujeres.
Esos trabajos muestran desde la confección de los vestidos tradicionales, y otros textiles de ese grupo étnico, hasta imágenes enigmáticas de reuniones en la Asamblea Legislativa. Ese recorrido visual captura un amplio rango de edades de las fotografiadas.
El mencionado museo ocupa una pequeña oficina en la residencia de su directora, Claudia Mandel, quien mantiene algunos trabajos artísticos de manera permanente. Las exposiciones virtuales se pueden apreciar en el sitio http://museodelasmujeres.co.cr.
Chía manifestó que su intención al mostrar estas imágenes es “crear empatía y solidaridad” y que debió buscar un equilibrio entre el hecho de fotografiar a personas de una comunidad cultural diferente, sin caer en la trampa de mostrarlas como exóticas.
“La primera preocupación es que el fotógrafo no sea protagonista, pero también es importante verlas de manera natural y retratarlas así, para crear esa mirada empática y solidaria; creo que es la mejor manera de que la exposición sirva de algo”, indicó.
Dichas fotos las tomó entre el 2006 y el 2009, durante varias giras que realizó a cuatro de las cinco comunidades ngöbe del país, en las que acompañó a funcionarios de la organización Comunidades Ecológicas La Ceiba-Amigos de la Tierra (COECO CEIBA-AT).
Estas fotografías originalmente fueron realizadas para ilustrar publicaciones de COECOCEIBA-AT, en las cuales las personas que hablan son indígenas, por lo que su trabajo consistió en parte en retratar estas voces.
Destacó que durante esas giras fueron relevantes problemas “muy fuertes”, relativos a la pérdida de su territorio, la deforestación, la escasez de agua o la expansión de monocultivos, como la piña o la palma para extracción de aceite, “que los asfixia por la contaminación del agua”. Para enfrentar estas problemáticas, hizo ver que hay muchas mujeres ngöbes con un buen grado de empoderamiento en la dirigencia comunal.
Para captar sus fotos utilizó un lente que le permitió hacer acercamientos a distancia. Agregó que como fotógrafo gusta de poner en práctica la técnica de “ser invisible” para los sujetos fotografiados, al tiempo que en sus visitas a las comunidades ngöbes aprendió mucho del bosque, de las plantas y la medicina natural.
Por su parte, la directora del museo: la historiadora de arte Claudia Mandel, explicó que la idea detrás de la exposición era mostrar -de cara al Día Internacional de la Mujer, celebrado el 8 de marzo- “la realidad poco visibilizada de las mujeres en la marginalidad” y recordar que ese día no solo se celebra a la mujer blanca occidental.
Tras apuntar que uno de los objetivos del Museo es la defensa de los derechos de los pueblos originarios, Mandel expresó que el trabajo de Chía le “conmovió mucho” y enfatizó la necesidad de mostrar “esta parte de la lucha de las mujeres por tener su lugar”.
SENSIBILIZACIÓN
El Museo de las Mujeres de Costa Rica es una asociación sin fines de lucro, que se formó en el 2009. Mandel explicó que la idea surgió en el 2007, cuando cursaba el Doctorado en Estudios Culturales de la UCR y uno de los temas abordados, como parte de su proyecto de tesis, fue el de las prácticas estéticas feministas en el arte contemporáneo sobre la violencia contra las mujeres; a partir del trabajo del grupo denominado Colectiva de Mujeres Públicas, de Argentina.
“Me pregunté cómo sería posible que la gente pudiera conocer estos trabajos, pues no había ningún espacio, y llegué a la conclusión de que había que crearlo”, recordó. Así, Mandel contactó al Museo de las Mujeres de Argentina, de quienes recibió mucha ayuda acerca de la conformación formal de la iniciativa. Además, destacó el apoyo de su familia y algunas compañeras para formar la asociación.
En el 2010, participó en el III Congreso de Museos de la Mujer y presentó el proyecto. A partir de entonces, el Museo de las Mujeres de Costa Rica forma parte de la Red Internacional de Museos de las Mujeres; de manera que esa instancia colabora con la difusión de las exposiciones virtuales.
Mandel informó, además, que este año participará en el cuarto congreso, que se realizará en Australia, donde se espera constituir una asociación internacional.
“No solamente es importante que exista el espacio, sino que el abordaje de este tipo de obras tiene relevancia didáctica y pedagógica, ya que se salen del canon tradicional de la historia del arte”, subrayó.
La especialista detalló que el museo está abierto a recibir visitas de grupos de diversa índole. La última de esas visitas la llevó a cabo un grupo de estudiantes de la Maestría en Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional (UNA). “No solo se trata de ver las obras, sino de ir más allá y adentrarse en su concepto. El hecho de que 20 personas que cursan una maestría puedan ver este tipo de exposiciones, implica un ejercicio de reflexión que se traduce en actividad”, acotó.
Anunció que la próxima muestra abordará el tema de la trata de personas y en noviembre -en conjunto con el Instituto de Estudios de Género de la Universidad Estatal a Distancia (UNED)- se organizará un concurso nacional de fotografía denominado “Cero violencia contra las mujeres”.
Mandel dijo estar consciente de que “el arte no produce revoluciones, pero contribuye al pensamiento, la reflexión y la sensibilización -que es crucial-, de manera que el arte apela a esa posibilidad de que la gente sienta empatía”.
Una realidad de lucha y represión
La mencionada muestra fotográfica se inauguró en momentos en que aún se mantiene la tensión alrededor de comunidades panameñas de esta misma etnia, las cuáles, recientemente, llevaron a cabo medidas de protesta como bloqueos, lo que los llevó a sostener fuertes enfrentamientos contra la policía local, que incluso cobraron varias vidas.
Esa situación se produjo, al defender esas poblaciones sus derechos, ante una ofensiva de actividades mineras e hidroeléctricas en sus territorios.
El pasado 15 de febrero, UNIVERSIDAD informó sobre la gran cantidad de proyectos mineros que se desarrollan en Panamá, los cuales abarcan miles de hectáreas. Ese reportaje, también, abordó el vacío legal que enreda la situación de los proyectos que se quieren llevar a cabo en la comarca indígena Gnabe Buglé panameña y cómo la administración de Ricardo Martinelli ha buscado la complicidad de “gobiernos socios”, para impulsar un proyecto de explotación minera, sobre todo el gobierno de Corea.
Posteriormente, en una entrevista concedida a este medio, Anabella Giracca, directora de Cátedra de Comunicación y Diversidad Cultural de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), afirmó que en general los estados latinoamericanos son “racistas” en su trato a las comunidades indígenas.
En esa oportunidad, Giracca no solo lamentó que la situación de represión vista en Panamá no es ajena a otros países, sino que los periodistas españoles Francisco Gómez Nadal y Pilar Chato Carral -quienes hace un año fueron “invitados” a abandonar Panamá debido a sus denuncias de violaciones a los derechos indígenas- denunciaron que en ese país “hay una situación crítica, especialmente para aquellos periodistas que informan sobre la situación de derechos humanos y de las protestas indígenas”.
Al respecto, tanto Chía como Mandel indicaron que la muestra se había planeado desde mucho antes de que esa situación estallara y no quisieron valerse de esos hechos para promocionarla.
No obstante, el fotógrafo expresó que esos conflictos en Panamá inciden “fuertemente” en las comunidades ngöbes costarricenses, ya que “se ven como hermanos; son poblaciones que migran entre ambos países de manera muy libre y lo que suceda en Panamá lo sienten en carne propia”.
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