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La estrategia impulsada por Estados Unidos es fracaso rotundo, dice exministro Fernando Berrocal. (Foto archivo: Katya Alvarado)
El gobierno estadounidense ha enviado a dos representantes del más alto nivel de la administración del presidente Barack Obama para desestimular los intentos de los gobiernos centroamericanos de empezar a discutir la propuesta guatemalteca de despenalizar las drogas.
No obstante, los presidentes de Centroamérica acordaron el 6 de marzo en Tegucigalpa abrir, en una cumbre prevista para el 24 de este mes en Guatemala, la discusión del tema de la despenalización de las drogas.
Se trata de una iniciativa impulsada por el nuevo presidente guatemalteco Otto Pérez Medina, curiosamente un militar de “línea dura”, quien apenas asumió las riendas de su país se ha dado a la tarea de promover una vía complementaria al problema de la criminalidad y el tráfico de drogas que sacude a la región.
Estados Unidos frunció el ceño apenas circuló la iniciativa del mandatario guatemalteco, expresando abiertamente su oposición y dejando claro que la opción militar sigue siendo prioridad para la primera potencia mundial en la guerra contra el narcotráfico.
Así lo dejó claro en Costa Rica el 28 de febrero la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Janet Napolitano, quien realizó una gira por varios países del istmo, justamente en momentos en que Pérez Medina enviaba a su vicepresidenta Roxana Baldetti a la región a explicar ante los mandatarios centroamericanos su iniciativa destinada a abrir un debate regional en torno a la despenalización.
Una semana después, el vicepresidente Joseph Biden reiteraba primero en México, y luego en Honduras, ante los mandatarios del área, la negativa de Washington a admitir la despenalización como una opción válida para enfrentar el flagelo del narcotráfico.
Con la estrategia promovida por Estados Unidos, basada en su concepto de seguridad y combate frontal por la fuerza contra el narcotráfico “nosotros estamos poniendo los muertos” reclamaron en Tegucigalpa varios mandatarios de Centroamérica, incluida la presidenta costarricense Laura Chinchilla.
La iniciativa de Guatemala ya tuvo un enorme eco en otros países latinoamericanos, como México y Colombia, los más golpeados por el flagelo de la producción y tráfico de cocaína.
La represión por la vía militar contra el tráfico de drogas, la opción de Estados Unidos, sólo ha traído más violencia, sangre y dolor a la región. En México, la violencia asociada al comercio de las drogas ha cobrado la vida de unas 50.000 personas en el último quinquenio.
Al colocarse el tema sobre el tapete, quedó abierta la posibilidad de que sea un punto de discusión en la próxima cumbre de las Américas, que se celebrará el 14 y el 15 de abril en la ciudad colombiana de Cartagena, incluso con el aval de Washington.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aplaudió, el 10 de marzo, que pueda quedar abierta una puerta para la discusión del tema, tras señalar que su país “tiene autoridad moral” para hablar sobre el asunto.
Portavoces del gobierno norteamericano insisten en que Estados Unidos cree en las alianzas y en su ayuda para combatir el narcotráfico, y una eventual discusión del asunto en la Cumbre de las Américas permitirá a Washington insistir en su posición en torno a la despenalización.
La vía militar impuesta por Estados Unidos ha sido un fracaso absoluto, y el debate sobre la despenalización es totalmente válido, dijeron varios analistas, diputados y autoridades consultadas por UNIVERSIDAD, incluido el fiscal general de la República, Jorge Chavarría. (Ver recuadro 1: Respuesta al problema es equivocada y provocó más violencia, dice fiscal).
“La posición que adoptó Centroamérica (en la cumbre de Tegucigalpa) es la correcta, porque el problema del narcotráfico no es sólo un problema de policía, militar y de seguridad, es también de salud pública y hay muchos componentes importantes, como atacar las causas y no sólo los efectos”, dijo a UNIVERSIDAD el exministro de Seguridad Pública, Fernando Berrocal.
“Hay, por ejemplo, un componente de prevención, que tiene que ver con el ataque a las causas, como la pobreza, la miseria y la marginalidad”, explicó el exministro.
Berrocal consideró “importantísimo” que los países de Centroamérica abran el debate al tema de la despenalización de la droga. “¿Por qué nos quieren meter sólo en una estrategia militar y de seguridad”?, se preguntó el exministro, tras resaltar que la región impuso un criterio de “independencia” en la cita presidencial de Honduras.
Por su parte, el politólogo Luis Guillermo Solís consideró que la discusión sobre la despenalización no es contradictoria con la política de Estados Unidos en el combate al narcotráfico.
“Centroamérica no está diciendo que dejará de aplicar las otras medidas, sino diciendo que las actuales no dan resultado y nos generan una serie de problemas adicionales”, dijo Solís a UNIVERSIDAD.
Añadió que tampoco es nuevo que Estados Unidos rechace la despenalización, porque su prioridad es el combate por la vía militar. “Esta es una estrategia fallida, no se ha traducido en una menor incidencia de la violencia en la región ni se están exportando menos drogas”, dijo.
Solís comentó que el tema de la despenalización es un asunto “complejo”, pues su adopción tendrá serias implicaciones sobre la salud pública y requeriría que Estados Unidos también la incorpore en sus políticas antidrogas, por ser el principal país consumidor.
“Me parece que la despenalización es un componente más de múltiples estrategias que se tienen que acometer de manera simultánea porque una sola cosa (la salida militar) no resulta, eso está clarísimo”, advirtió.
El diputado del Frente Amplio, José María Villalta, también consideró de gran importancia que se abra la discusión en América Latina sobre la despenalización de la droga.
“Creo que lo más importante del planteamiento del presidente de Guatemala es que pone al desnudo el fracaso rotundo de la estrategia de combate al narcotráfico impuesto por Estados Unidos”, comentó.
Villalta dijo que “México y Guatemala son países desangrados por la violencia, no se ha reducido el narcotráfico, se han gastado millones de dólares en militarizarlos y siguen desangrados y desestabilizados política y socialmente por el narcotráfico”.
El también legislador Danilo Cubero, jefe de fracción del Movimiento Libertario, dijo a UNIVERSIDAD que se trata de un tema delicado, que necesita “muchísimo foro de discusión”.
“Es un tema que hay que discutir y una propuesta (la de Guatemala) que hay que analizarla de forma muy pormenorizada”, insistió.
El exministro Berrocal dijo que la propuesta promovida por el presidente de Guatemala es “la visión correcta, la que tiene que seguir Centroamérica, una visión integral, porque no se trata sólo de un problema del Comando Sur y de la DEA estadounidense”.
“Este problema hay que mirarlo con otros ojos, porque si no nunca saldremos adelante. Se trata de un gran triunfo para Centroamérica que además se coloca de nuevo en el mapa mundial”, señaló.
Por su parte, Solís se mostró convencido de que la posición centroamericana no afectará las relaciones con Estados Unidos ni cambiará la posición de Washington en torno a la estrategia para combatir el narcotráfico.
Fiscal general
Respuesta al problema es equivocada y provocó más violencia
El fiscal general de la República, Jorge Chavarría, consideró que la discusión en Centroamérica sobre la despenalización de la droga es totalmente pertinente, tras advertir que la estrategia seguida hasta ahora ha sido equivocada, y provocó “más violencia”.
“La estrategia ha sido equivocada, no tenemos menos narcotraficantes ni menos consumidores, y más bien aumentó la violencia y los problemas en América Latina”, dijo Chavarría ante una consulta realizada por este semanario.
“La pregunta es: ¿Qué vamos a hacer a futuro?… Que hay que discutir el tema hay que discutirlo”, comentó.
El fiscal advirtió que desconocer el fracaso de la estrategia actual “es augurarnos un futuro muy incierto”. Y puso a Costa Rica como ejemplo, no tiene ejército y ha logrado combatir el narcotráfico, puntualizó. Además, comentó que “no se puede seguir llenando las cárceles, porque esa tampoco es una solución”.
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