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Los rectores de la Universidad han tenido que tomar decisiones sobre la expansión en infraestructura en diversas oportunidades y ante diversos desafíos. Esto ha sido tema de conversaciones y discusiones en el claustro universitario; en particular, me acuerdo de las conversaciones con uno de ellos, don Fernando Durán Ayanegui, en aquel entonces Rector, y otras más recientemente, ya en mi calidad de Profesor Emérito, con el cual me une el amor y servicio a nuestra benemérita institución. En mi caso, en mis más de cincuenta años de servicio ininterrumpido a la Universidad de Costa Rica, mi alma mater, desde los años pioneros de la investigación institucional, nos ha guiado no solamente el formar a los estudiantes -nuestra razón de ser, y desarrollar investigación de punta en ciencia y tecnología, sino también, la consideración de nuestro aporte y de la UCR al desarrollo nacional. Por ello, en esta contienda electoral para Rector, que reviste enorme importancia para el futuro de nuestra institución y por ende del país, deseo compartir mi razonamiento sobre mi voto y el cual comparto con don Fernando.
Recordábamos en una oportunidad el período en que se dio, luego de una negociación ardua pero exitosa, el primer préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consolidándose la infraestructura de la Ciudad de la Investigación, para cuatro centros CIMAR, CIBCM, CELEQ, CIPRONA, la Unidad de Microscopia Electrónica y el LANAMME, además de negociar con el Gobierno y otros actores socioeconómicos, nos quedó realmente claro que el fortalecimiento de la investigación en la universidad requiere redoblar el desarrollo de sus capacidades científico-tecnológicas como un concepto que no es absoluto, sino que es relativo a los objetivos institucionales y del desarrollo nacional el cual debe ser sostenible dentro del paradigma del desarrollo humano.
Por su clara conceptualización de lo anterior, por su visión universitaria de excelencia académica para toda la Universidad, es por lo que creo en Don Héctor González como futuro rector. Su liderazgo y capacidad concertadora, no oportunista, en un entorno actual que es tan crucial como el que mencioné le tocó vivir, como Rector, a don Fernando, son garantía de poder lograr consolidar un gran aporte a la investigación, desarrollo e innovación, impulsando así el esfuerzo que se ha venido realizando desde entonces.
Algunos actores en la actual coyuntura electoral siguen insistiendo en proyectos como un parque científico, que trasladan el riesgo a la universidad mientras otros actores actúan con retórica discursiva sin mostrar hechos y capacidad real de innovación, negociación y defensa de la autonomía. Por eso con base en su capacidad, liderazgo, honestidad, hechos reales y experiencia, don Héctor es el rector que la UCR necesita, porque él cree firmemente en la reducción de las asimetrías entre áreas y unidades por medio del fortalecimiento de la inversión en el recurso humano y equipamiento, así como en la sinergia docencia-investigación y sobre todo porque él posee la certeza de cómo lograr la construcción de la correcta articulación tecnológico productiva que requiere de un diálogo universidad-gobierno-sector empresarial transparente, constructivo, honesto, humanista y con visión solidaria con los sectores más vulnerables del país.
La Universidad requiere de un liderazgo inteligente, capaz, honesto, humilde, con ética, con visión, un académico de probidad que no tema el tomar decisiones, que trabaje incansablemente, con tal dedicación que sea el último que salga diariamente y el primero en llegar, que esté hombro a hombro con la comunidad universitaria, que sepa negociar a los más altos niveles, con organismos internacionales, financieros, universidades líderes mundiales y que sepa atraer a la universidad una amalgama de beneficios y recursos, pero que por sobre todo, nunca olvide que es un universitario a tiempo completo, que con base en su trayectoria, con firmeza y humildad sepa tomar decisiones, inspirar confianza y tenga al bienestar de Costa Rica por encima de todas las cosas.
Por todo ello, por su programa para la Universidad, por su visión de la investigación y su quehacer para con los estudiantes, porque piensa en toda la Universidad, no solo en un grupo perteneciente a ella, es que, como profesor emérito, investigador y gestor, estoy apoyando a don Héctor González, a quien, con mucho honor, daré mi voto el día de las elecciones.
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