La Seguridad Social significa solidaridad. Trabajo solamente con la Caja Costarricense del Seguro Social en nuestro Hospital de Grecia, porque creo en la solidaridad de este ejemplar Sistema de Salud. No creo en las instituciones privadas que ven en las caras de sus clientes, como se les llama en esos lugares, un gran signo de colones, por ser negocios enteramente mercantilistas; que primero cobran o piden una tarjeta de crédito antes de atender y consolar a nuestros hermanos que están enfermos. En esos lugares el mejor médico es el que cobra más caro y no precisamente el que usa su conocimiento para beneficio de los pacientes.
La realidad de la Caja. Hoy nuestro hospital y toda la Seguridad Social afrontan un terrible peligro. Hay un poderoso grupo de empresarios-políticos corruptos que quieren que la Caja quiebre y desaparezca para seguir acumulando riqueza entre unos pocos, a los que no les importan sus hermanos más necesitados. Y es que la salud, vista desde los intereses comerciales y privados, es un gran negocio lucrativo. Prueba de ello es que por ejemplo una sola cirugía -como lo puede ser una cesárea- en un hospital privado puede costar entre 2 a 3 millones de colones. Y tal vez a ese mismo Especialista en la Caja se le pagan aproximadamente ¢5000 mil por hacer la misma cirugía. Con esto no estamos diciendo que queremos ganar también millones, porque comprendemos que la Seguridad Social es solidaria, y del dinero que todos aportamos es que se pagan sueldos justos por un honorable y gratificante trabajo. En muchos países del mundo donde no existe un Sistema como el nuestro, los seres humanos mueren cada día porque no pueden pagar seguros caros y altas sumas de dinero por el derecho a la Salud, que también es el derecho a la vida.
III parte
Las autoridades de la Caja pretenden que los costarricenses crean que los culpables de la crisis somos los trabajadores de la salud, que por más de 30 años hemos venido realizando jornadas de trabajo extenuantes y perjudiciales para nuestra propia salud, de más de 32 horas en forma continua. Me pregunto cómo podemos los trabajadores ser los culpables, si estas horas extra que paga la Caja significan un 2,7% solamente del presupuesto total, y curiosamente las guardias médicas existen hace más de 30 años y nunca habían quebrado a la institución.
Pero hoy queremos decirles a las autoridades que no se puede tapar el sol con un dedo, que ya sabemos quiénes son los verdaderos culpables de esta crisis. Sabemos y tenemos pruebas de que el Estado nunca le ha pagado a la Caja lo que le debe, siendo el mayor deudor. A mayo del 2011 el Estado le debía a la Caja ¢430 000 millones. Y ahora pretende pagarle con bonos que nadie quiere comprar.
También hay pruebas contundentes de que el 10% de todos los morosos de la Caja le deben el 75% de toda la deuda. Se trata de 6000 compañías privadas que le deben más de ¢119 000 millones de colones. Será que estas empresas tienen influencias poderosas, porque parece que a las autoridades de la Caja nunca les ha interesado cobrarles.
Otra gran causa de la crisis, y de la que todos hemos sido testigos, es el dinero que empresarios-políticos corruptos infiltrándose hábilmente en los altos puestos de la Caja, le han robado. Recordamos algunos casos como el famoso Préstamo Finlandés o el Juicio Caja-Fishel.
También queremos reiterar que la otra causa de la crisis, y confirmada por el Informe de la Comisión de Notables en octubre de 2011, es la gran cantidad de plazas creadas para puestos administrativos, la mayoría en el edificio central de la Caja en San José; del año 2005 al 2010 se crearon casi 5000 plazas administrativas y solamente 423 plazas para Médicos Especialistas. Los Notables denuncian en su informe que estas 5000 plazas administrativas no produjeron ningún beneficio y que lo único que significan es un gasto enorme de dinero.
Defendamos lo que es nuestro. Nosotros, el pueblo, vamos a iniciar esta gran lucha. Vamos a elevar nuestra voz para proclamar que la Salud es uno de nuestros derechos más fundamentales e inviolables según establece la Constitución Política; y además, como todos los trabajadores aportamos recursos económicos para la Caja que rebajan de nuestros justos salarios, debemos exigir Servicios de Salud para y por el pueblo, que sean de calidad y dignificantes.
Para el futuro también debemos exigir que las personas encargadas de nuestra salud tengan la capacidad y experiencia comprobada para producir los mejores resultados, y que no sean escogidos por influencias o favores políticos. Como lo ratifica la misma Comisión de Notables, debemos solicitar inmediatamente que la elección de la Junta Directiva, Presidencia Ejecutiva, Gerencias y Directores de los hospitales de la Caja sea DESPOLITIZADA.
Quisiera finalmente recordar lo que el principal mentor de la Seguridad Social, el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, un médico ejemplar y de inigualable conciencia social y humanística, dijo sobre su gran obra maestra cuando providencialmente nos la obsequió:
“Creemos que para asegurar las bases de la paz futura del pueblo costarricense, es necesario consignar en la Constitución el principio que crea los seguros sociales como un derecho inalienable de los trabajadores, administrado por la Caja Costarricense del Seguro Social.  La Seguridad Social busca el amparo de los grandes núcleos humanos, de las grandes masas trabajadoras, frente a los excesos que pueden cometer las minorías adineradas”.