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A la memoria del Doctor Carlos Manuel Quirce

El Doctor Carlos Manuel Quirce Balma ha partido de entre nosotros intempestivamente. Hoy queremos recordarlo con el cariño, respeto y admiración que en vida le profesamos. No creo que tenga la fortaleza de hablar en este momento, de mi relación personal con el Doctor Quirce, de quien tuve el privilegio de su amistad; sin embargo, a manera de un tributo quisiera hacer una breve reflexión acerca de algunos aspectos de su prolífica personalidad.

El Doctor Carlos Manuel Quirce Balma ha partido de entre nosotros intempestivamente. Hoy queremos recordarlo con el cariño, respeto y admiración que en vida le profesamos. No creo que tenga la fortaleza de hablar en este momento, de mi relación personal con el Doctor Quirce, de quien tuve el privilegio de su amistad; sin embargo, a manera de un tributo quisiera hacer una breve reflexión acerca de algunos aspectos de su prolífica personalidad.
El Doctor Quirce fue siempre un espíritu inquisitivo dedicado al estudio y a la investigación, como su única gran pasión y vocación, que se manifestaba de una manera francamente monástica. Sus logros académicos fueron muchos, combinando en su formación, la química, la psicología, la psicofarmacología y la estresología, contando en su haber con diversos títulos universitarios de bachillerato, maestría, doctorado y pos-doctorado.
Obtuvo a partir de su vasta producción intelectual, numerosos reconocimientos y distinciones de prestigiosas universidades europeas, norteamericanas y latinoamericanas. Fue miembro honorífico de distintas asociaciones y sociedades nacionales e internacionales. De hecho, en su hogar -que tuve el placer de conocer- tenía las paredes y repisas de su sala repletas de títulos y blasones, que daban crédito de su estatura intelectual y humana.
El Doctor Quirce fue ante todo un científico y un humanista, con una enorme capacidad de asombro e intuición, a partir de lo cual, conjugó su amor por el conocimiento y la verdad, que bien sabía él que no eran lo mismo. Su producción intelectual es amplísima y diversa con numerosas publicaciones en prestigiosas revistas nacionales e internacionales, así como en la prensa nacional donde destacan sus provocadores artículos en el Semanario UNIVERSIDAD.
Fue un científico riguroso de método experimental, grupo control y T de Anova; sin que ello eclipsara su faceta mística, siendo un pionero de la meditación trascendental en Costa Rica. Era también un profundo conocedor de las tradiciones espirituales ancestrales orientales y amerindias, que inspiró su “Modelo de arriba y de debajo de la conciencia”.
Estuvo profundamente preocupado y mortificado por el materialismo consumista y la degradación humana de las llamadas sociedades de “libre mercado”, que en su criterio atentan contra la espiritualidad y dignidad de cada quien y del bien común. Sus artículos en el Semanario UNIVERSIDAD son testigos fieles de su pensamiento social y político, los cuales también fueron plasmados en un libro que contiene sus últimas reflexiones, que espero sinceramente vea pronto la luz del sol.
Ese fue Carlos Manuel Quirce Balma, un académico, un científico, un humanista y un místico. Pero ante todo, nuestro maestro, compañero y amigo que nos deja un legado que habremos de saber honrar, continuando con sus promisorias y pioneras investigaciones a partir de la pródiga alianza entre la Facultad de Farmacia y la Escuela de Psicología según era su deseo, lo sé, porque así me lo manifestó en varias ocasiones; así mismo, es menester difundir su esclarecido pensamiento que tanto se requiere en la contemporaneidad.

  • Dr. Manuel Martínez Herrera
  • Opinión
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